Comunicado de prensa
H.I.J.O.S.
Viernes 6 de marzo de 2009
Un represor que estaba prófugo fue detenido el pasado 4 de marzo. Se trata de Orlando, alias “Hormiga”, un ex suboficial de Infantería de Marina que actuó como auxiliar de inteligencia desde 1977 a 1980. El torturador, que fue reconocido por sobrevivientes del ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio ESMA, se había fugado de la Justicia tras su procesamiento, por eso tenía orden de captura internacional emitida por el juez federal Sergio Torres (Mega-causa ESMA). El represor fue encontrado gracias a denuncias de los vecinos en un aserradero de Esquel, donde trabajaba. Pero todavía hay 47 represores prófugos: torturadores, violadores, asesinos y apropiadores de niños están entre nosotros. La Justicia tiene la obligación de buscarlos, enjuiciarlos y condenarlos por los delitos que cometieron en los más de 300 Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio que hubo en el país y en los que esos mismos represores decidían sobre la vida y la muerte de los 30.000 detenidos-desaparecidos. Hoy, son esos mismos genocidas los que compran en la misma carnicería del barrio que nosotros, los que se esconden en algún pueblo fronterizo para huir rápido de la Justicia, los que siguen teniendo secuestrados a nuestros hermanos nacidos en cautiverio. Desde hace décadas se esconden. Porque saben que están solos, muy solos. Que si son reconocidos son repudiados: esa es la condena social que construimos entre todos, con los vecinos en el barrio, con quienes se comprometen y denuncian que cerca de su casa vive un represor buscado por la Justicia, con quienes los repudian por las calles del mundo. Se esconden porque son asesinos. Pero de a poco van saliendo a la luz, con la condena social de un pueblo que quiere Juicio y Castigo para los genocidas, cómplices e ideólogos. De a poco, algunos represores, van estando en su lugar: en la cárcel común, perpetua y efectiva. Pero muchos otros, la mayoría, siguen sueltos, entre nosotros gozando de impunidad, algunos sin haber sido identificados todavía, por eso es fundamental el compromiso de todos para denunciarlos. Otros tienen beneficios como el arresto domiciliario. Todos debemos luchar para que la impunidad se termine. Porque si no, no podemos hablar de futuro. No podemos construir el proyecto por el que lucharon los 30.000. El Juicio y Castigo lo hacemos entre todos. La Justicia tiene que cumplir su parte. Tiene que intensificar la búsqueda de los genocidas prófugos. Los últimos casos de detención de prófugos siguen abriendo dudas sobre el trabajo de la Justicia: el represor Julián Corres, que actuó en el centro clandestino La Escuelita de Bahía Blanca y era administrador de la picana eléctrica bajo el alias "Laucha", estaba prófugo escondido en la casa de su madre; el represor Aldo Mario Álvarez, compañero de promoción y amigo de Ramón Camps y prófugo de la Justicia por delitos de lesa humanidad cometidos cuando era jefe de Inteligencia del Cuerpo V de Bahía Blanca, controla en las sombras una agencia de seguridad privada; Norberto Raúl Tozzo, asesino en la Masacre de Margarita Belén, fue detenido en un hotel en Brasil; el represor Hugo Carlos Fantoni, ex miembro del Estado Mayor del Cuerpo V de Ejército de Bahía Blanca, fue detenido en la Av. Santa Fe al 2700, por donde circula mucha gente. Estos ejemplos demuestran que los genocidas están entre nosotros, caminando cerca nuestro, y que es necesario que haya voluntad política para detenerlos y que tengan Juicio y Castigo.
CÁRCEL COMÚN, PERPETUA Y EFECTIVA PARA LOS GENOCIDAS, CÓMPLICES E IDEÓLOGOS RESTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD DE NUESTROS HERMANOS APROPIADOS APARICIÓN CON VIDA YA DE JORGE JULIO LÓPEZ
H.I.J.O.S. Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
Regional Capital en la Red Nacional
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