1 mar 2009

MILITANCIA GUEVARISTA: LA NATURALEZA DEL CAPITALISMO HUNDIÓ MÁS A TARTAGAL


Por Darío Amador
El desastre de Tartagal ha sido presentado hasta el momento como unatragedia natural. Sin embargo, nuevamente suelen ocultarse las razonesreales por las que miles de mujeres y hombres pobres en la Argentinasufren los embates de la “naturaleza”.
En realidad, es la naturaleza del capitalismo la que posibilita estetipo de catástrofes. El desmonte salvaje y descontrolado por parte deempresas extranjeras y nacionales; la acción depredadora de laspetroleras como Repsol YPF, Petrobras, Mobil Argentina, Ledesma,Tecpterol, Panamerican Energy, entre otras; la mano de losrepresentantes políticos del sistema demoliberal capitalista quepermite el ingreso y actuación incontrolada de esas compañías; losgrandes productores sojeros que destruyen el medio ambiente ydespilfarran los recursos naturales de todos los argentinos; en fin,la naturaleza del capitalismo es la que lleva al desastre, todo ellosostenido en el sistema de explotación del hombre por el hombre y porel imperialismo que como decía Ernesto Guevara, “bestializa alhombre”.Y a las anteriores razones se suman las políticas que fueron generandolas condiciones de pobreza generalizada, de clientelismo político, dedemagogia y engaño, de injusticia institucionalizada.En estos días, en Tartagal, surgió un protagonista para muchosimpensado: las Fuerzas Armadas del capitalismo, que con el beneplácitode las autoridades “democráticas”, se presentan ante el pueblo comobenefactores que reparten víveres ajenos. En términos militares, estose llama “Acción Cívica”, un tipo de actividad enmarcada en el amplioabanico cubierto por la “Inteligencia Militar”.Sabemos que existen muchas organizaciones políticas, sociales ysectoriales, que minimizan el rol de las Fuerzas Armadas delcapitalismo, sosteniendo que “los militares están políticamentederrotados y débiles” y que no debe tenérselos en cuenta al analizarlas posibilidades futuras de una revolución en la Argentina.La Comisión de Homenaje Permanente a los Combatientes Revolucionariospublicó en 2006 el ensayo “Rataplan, un análisis sobre las FuerzasArmadas del capitalismo argentino”.Reproducimos algunos de los párrafos de ese libro porque la situaciónde Tartagal ha puesto en escena, otra vez, a los militares locales.Dice la introducción de “Rataplan…”:“Veintitrés años después del fin de la última dictadura, las FuerzasArmadas en cuestión siguen siendo el soporte militar de la injusticiay la entrega. Más allá de las diferencias inter¬nas, todas ellas deorden táctico, en su seno, esas fuerzas tie¬nen objetivos comunes yliderazgos comunes. Como ejemplo de ello están los más de 400oficiales superiores en actividad que revistaban en Campo de Mayo, elprincipal y más sangui¬nario campo de exterminio de Argentina durantela última dictadura, entre los años 1975 y 1978.Gran parte de los mandos militares del ejército, en aque¬llos añosoficiales subalternos, participaron personal y activa¬mente en lamasacre y los crímenes de lesa humanidad pro¬ducidos en nuestro país.Todos los oficiales en actividad se formaron en escuelas militaresdonde los profesores nunca condenaron la barbarie y que también, enmuchísimos casos, participaron de ella.El “internacionalismo” de las fuerzas armadas del estado ca¬pitalistaargentino fue previo a la llamada globalización econó¬mica, política eideológica que el capitalismo mundial trató de presentar como unanovedad, una etapa superior del sistema actualmente hegemónico en lamayor parte del planeta.Sin embargo, desde la guerra de rapiña bautizada como “de la TripleAlianza” en adelante, los militares de origen argenti¬no participaronen decenas de acciones sumando esfuerzos a los de sus pareslatinoamericanos, bajo la mirada atenta y el apoyo en todos lossentidos del imperialismo yanqui.En todos los casos, las víctimas de esa barbarie fue¬ron los pueblosamericanos. Por mencionar sólo algunos: en Nicaragua, en El Salvador,en México, en Honduras, en Guatemala; en Brasil, Bolivia, Uruguay,Paraguay, Chile y Argentina en el marco del llamado Plan Cóndor; enlas guerras de los Balcanes a través de la provisión de armamento y deoficiales merce¬narios particularmente provenientes del llamado sector“ca¬rapintada”; y actualmente en la ocupación de Haití, país que, comoes de público conocimiento, fue invadido para derrocar a su presidenteJean Bertrand Aristide.Como se sabe, la Comisión de Homenaje Permanente a los CombatientesRevolucionarios tuvo desde su origen, entre sus premisas, el rescatedel legado político, ideológico y hu¬mano del Comandante ErnestoGuevara, más conocido mun¬dialmente como “el Che”.Decía Ernesto Guevara:´Marx recomendaba siempre que una vez comenza¬do el procesorevolucionario, el proletariado tenía que golpear y golpear sindescanso. Revolución que no se profundice constantemente, esrevolución que regre¬sa. Los combatientes, cansados, empiezan a perderla fe y puede fructificar entonces alguna de las manio¬bras a que laburguesía nos tiene tan acostumbrados. Estas pueden ser elecciones conla entrega del poder a otro señor de voz más meliflua y cara másangelical que el dictador de turno, o un golpe dado por losre¬accionarios, encabezados en general por el ejército y apoyándose,directa o indirectamente, en las fuerzas progresistas. Caben otras,pero no es nuestra intención analizar estratagemas tácticas. Llamamosla atención principalmente sobre la maniobra del golpe militarapuntada arriba. ¿Qué pueden dar los militares a la ver¬daderademocracia?. ¿Qué lealtad se les puede pedir si son meros instrumentosde dominación de las clases reaccionarias y de los monopoliosimperialistas y como casta, que vale en razón de las armas que posee,aspiran solamente a mantener sus prerrogativas?´.(Ernesto Guevara, en “Guerra de guerrillas, un método”).A lo largo del presente trabajo, se encontrarán reflexiones sobre lapostura de algunos sectores populares que tuvieron, y en algunos casostienen, expectativas en que sectores de las Fuerzas Armadasinstitucionales en Argentina abandonen su compromiso histórico con lasclases dominantes y se pasen al campo popular en general y hasta alcampo revolucionario. Nosotros decimos al respecto que no esproselitismo ni deba¬te lo que puede hacerse con relación a esasfuerzas militares, sino, en todo, caso inteligencia.El Che también tenía una opinión sobre este asunto.´Esta afirmación no significa, de ningún modo, que se deseche lautilización de los militares como lucha¬dores individuales, separadosdel medio social en que han actuado y, de hecho, rebelados contra él.Y esta uti¬lización debe hacerse en el marco de la direcciónrevo¬lucionaria a la que pertenecerán como luchadores y no comorepresentantes de una casta´.(Ernesto Guevara, op. citada)”.La introducción citada termina también con una premonitoria frase del Che:“Es peligroso también que, llevados por el deseo de mantener por algúntiempo condiciones más favora¬bles para la acción revolucionariamediante el uso de ciertos aspectos de la legalidad burguesa, losdirigen¬tes de los partidos progresistas confundan los térmi¬nos, cosaque es muy común en el curso de la acción, y se olviden del objetivoestratégico: la toma del poder”Más adelante, en el capítulo titulado “Nueva estructura para unahipótesis de conflicto distinta”, señalamos algunos rasgos centralesdel accionar de las fuerzas armadas del capitalismo argentino en estaetapa:“A partir de las políticas planteadas por los EEUU hacia AméricaLatina, carac¬terizadas por la aplicación de las llamadas ´democraciascontroladas´ o ´con seguridad´, las FFAA de los sectores dominantesnativos adquirieron menor protagonismo en el terreno políticopropiamente dicho. Sin embar¬go, se mantuvieron los conceptos básicosde la doctrina antiinsurgente presentada hoy como ´lucha contra elterrorismo´, presentes todos ellos en la Doctrina de SeguridadNacional, entre otros:• Acción psicológica: uso de los medios de comunicación masiva yacción de los servicios de inteligencia de cada arma, con influenciaen los servicios de inteligencia dependientes del Estado (enArgentina, la SIDE), para controlar ideológicamente a la población yprevenir la posible reaparición de la in¬surgencia en cualquiera desus formas;• Acción cívica: desarrollo de políticas destinadas a obtener consensoen la po¬blación, legitimando a las FFAA y su accionar entre losciudadanos. Este trabajo está íntimamente ligado al anterior y ambosforman parte de los cursos que se daban antes en la Escuela de lasAméricas asentada an¬tiguamente en Panamá (reciclada en el Institutode Cooperación para la Seguridad Hemisférica (SOA / WHINSEC por sussiglas en inglés) y reasenta¬da hoy en Fort Benning y Fort Worth(EEUU) y Fort Buchanan (Puerto Rico). (Un caso testigo de laaplicación de la acción cívica en América Latina pue¬de encontrarse enel desarrollo del Operativo Independencia, en Tucumán, desde 1975hasta 1978, destinado a combatir a la Compañía de Monte Ramón RosaJiménez del ERP y a reprimir a la población local).• Operaciones de inteligencia estratégica y operativa: infiltración deelementos en organizaciones políticas y sociales con el fin de influiren sus decisiones y acciones, así como recopilación de informaciónsobre las mismas, la que será usada cuando dichas organizaciones setransformen en un objetivo militar.Los sucesos de Tartagal han puesto los puntos anteriores a la ordendel día. Especialmente lo vinculado con la Acción Cívica, es unelemento a tomar en cuenta.Prácticamente toda la ayuda social destinada a las víctimas de losaludes se encuentra depositada hoy en la sede del Regimiento de Monte28 con sede en Tartagal. Son los militares uniformados quienesdistribuyen alimentos, ropa, frazadas, medicamentos, etc., y tratan deaparecer ante los ojos del pueblo pobre como benefactores.El protagonismo militar es evidente, hasta el punto de que losprincipales funcionarios del gobierno nacional se instalaron en esecuartel para dirigir junto a los militares las operaciones de AcciónCívica.Pero el Regimiento de Infantería de Monte 28 no es cualquier unidaddel Ejército, sino que tiene su historia en otros asuntos.Esa unidad fue fundada tras la guerra del Chaco con el nombre de IIIBatallón del Regimiento 20 de Infantería “Cazadores de los Andes”, el15 de diciembre de 1943 en la ciudad de Tartagal.El 25 de abril de 1996, durante la presidencia de Carlos Menem,recibió el nombre de “Teniente Coronel Juana Azurduy”.De acuerdo a la historia oficial e institucional del ejército en el´Operativo Independencia´se produjo el bautismo de fuego delRegimiento. La unidad tuvo tres muertos en combate contra la Compañíade Monte del ERP: el Teniente Rodolfo Berdina, el Cabo IsmaelMaldonado y el Cabo Fredy Ordoñes.Los integrantes de esa unidad de combate de los enemigos del puebloeran conocidos como los “Rodillas Negras” por los refuerzos de cuerocolor negro que usaban en los uniformes. Fue precisamente eseregimiento el que obtuvo la mayor cantidad de distinciones honoríficasdurante el desarrollo del ´Operativo Independencia´, destacándoseentre otras cosas por su crueldad hacia los prisioneros guerrilleros yhacia la población civil.El Regimiento de Infantería de Monte 28 ya tenía experiencia en eldesarrollo de las actividades de Acción Cívica y participó con supersonal y medios en las tres campañas de lucha contra el cólera enlos años 1991, 1992 y 1993 en la zona de mayor peligro epidemiológicodel país; y colabora regularmente con el traslado de familias,enfermos y víveres cuando se producen inundaciones que afectan laregión.Desde 1992 el RIM 28 participa en las llamadas Misiones de Paz. En unade ellas, en los Balcanes, murió el Sargento 1ro Marcelo Aguilera, acausa de un accidente el 5 de septiembre de ese mismo año.La unidad en cuestión depende de la Brigada de Monte XII con asientoen Posadas, bajo el comando de la V Brigada Mecanizada.El Jefe del RIM 28 es el Teniente Coronel Carlos Andrés Freites, quienfue identificado públicamente como participante activo en losalzamientos de los sectores carapintadas del ejército.Por su parte, la Brigada de Monte XII de la cual depende el RIM 28,está encabezada por el General de Brigada Mario Gabriel Dotto, acusadoen 2008 por castigos físicos y humillaciones a soldados durante laguerra de las Malvinas.Las “virtudes” del general Dotto, dicho sea de paso hermano mayor delrepresentante de modelos Pancho Dotto, incluyen su desempeño comoprofesor en Cursos de Seguridad Empresaria, dictados en el InstitutoTecnológico de Buenos Aires (ITBA), del que a su vez es rector el exjefe de la Armada, Almirante Enrique Molina Pico.En este sentido, vale recordar lo que también se publicó en “Rataplan….”:´A modo de ejemplo, ver artículo de Clarín de fecha 3 de oc¬tubre de1996, página 17, bajo el título “Dura advertencia de la Armada”. Allí,el entonces jefe de la Marina, almirante Enrique Molina Pico,explicitó la posibilidad de un conflicto sindical en la centralhidroeléctrica de El Chocón, argumentando que mientras los militareschilenos están en condiciones de inter¬venir para defender losintereses de sus capitales, dueños de una parte de la empresa, losmilitares argentinos no estarían en condiciones de hacer lo mismo. Deesta manera, Molina Pico ratificó públicamente, de hecho, que laprincipal hipó¬tesis de conflicto de las FFAA eran las accionespopulares de protesta´.Este es el hombre que dirige el ITBA, un instituto privado con apoyosoficiales situado en Puerto Madero, en donde fue profesor sobre“seguridad empresaria” el general Dotto, de quien depende el RIM 28 deTartagal.El protagonismo asumido por el Regimiento de Infantería de Monte 28,de larga historia en la represión desatada en nuestro país, formaparte de una política oficial permanente de todos los gobiernosciviles desde 1983, destinada a lavar de culpas a las fuerzas armadasdel capitalismo y legitimar su accionar presente y futuro en el marcode la principal hipótesis de conflicto militar: los levantamientospopulares, la protesta masiva y el eventual accionar de losrevolucionarios que se atrevan a desafiar en todos los terrenos alsistema capitalista.El hecho de que el brazo armado de la burguesía no tenga unprotagonismo violento aún en la vida política argentina no implica sudebilidad. Simplemente, sus servicios represivos no son todavíanecesarios para el capitalismo, ya que el pueblo y sus organizacionesverdaderamente representativas no han superado el primer escalón de ladefensa militar del sistema, integrado por las llamadas fuerzas deseguridad (policías federal y provinciales, Gendarmería y Prefectura).Ese es el único motivo por el que no han sido convocadas a actuarcontra el pueblo.Las tendencias “insurreccionalistas” basadas en el espontaneísmo quecirculan en diversas fuerzas hermanas del campo popular deberían tomarnota de estos hechos. Sólo a través de una correcta caracterizacióndel enemigo, en términos de clase y de sus herramientas políticas ymilitares, será posible diseñar una estrategia capaz de llevar alpueblo argentino a la victoria.Partimos de reconocer que los diversos destacamentos revolucionariosque existen en Argentina están en situación de debilidad y de hecho,ninguno de ellos puede considerarse seriamente ni siquiera una fuerzapolítica nacional, esto es, extendida a lo largo y ancho delterritorio argentino y capaz de dar respuestas activas e integralesnacionales a los atropellos del capitalismo.Desde ese contexto de correlación de fuerzas desfavorable debemosempezar a analizar la realidad: no hay en este momento vanguardiarevolucionaria en la Argentina, en la medida en que no existe aún niorganicidad partidaria y de masas con influencia nacional, peroespecialmente no hay una estrategia seria e integral para la toma delpoder.Hay ideas fragmentadas, pensamientos aislados sobre tácticas yestrategias, esfuerzos y honestidad en muchísimos casos, pero no unaestrategia profundamente elaborada ni tácticas que permitan alcanzarlos objetivos de aquella estrategia.Las tácticas sin estrategia son caminos sin destino y la estrategiasin tácticas concretas no es más que una expresión de deseos en elmejor de los casos, y en otros una expresión del reformismo ya queésta desviación de larga trayectoria en el campo popular argentino secaracteriza por dar pasos “tácticos urgentes” dejando para un futuroincierto –e inexistente- lo verdaderamente importante que es, como sedijo, la toma del poder y la construcción de uno nuevo.Una estrategia para la toma del poder es en primer lugar un ensayo quese verifica correcto o se modifica a medida que se desarrollan lastácticas apropiadas y se vislumbra el transcurso del proceso político,los avances y retrocesos, el flujo y reflujo de la lucha de masas y dela propia vanguardia.Esa estrategia debe definir las herramientas necesarias para laconstrucción política entendiendo como políticas a todas lasherramientas y construcciones que apuntan a lograr el objetivo final,esto es, la victoria total y absoluta de las fuerzas revolucionariasen todos los terrenos.Es necesario aportar fraternalmente a los compañeros honestos quesinceramente quieren avanzar en un camino revolucionario en laArgentina, para que abandonen aquellas posturas que sólo generaránnuevas frustraciones, nuevas derrotas, y retrasarán los tiempos en quehabrá de desarrollarse indefectiblemente un nuevo auge de masas en laArgentina a partir de un cambio evidente en la correlación de fuerzasentre el pueblo y sus enemigos.La tragedia de Tartagal puede ayudarnos a comprender realmente contraquiénes estamos peleando o contra quiénes y cómo debemos luchar.

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