miércoles, 19 de septiembre de 2012
Todos a la Plaza de Mayo y al Paro Nacional el 11 de Octubre
Por la unidad de la izquierda para impulsar:
Todos al paro y la
marcha a Plaza de Mayo del
11 de octubre / Abajo el Plan de Ajuste, Saqueo y Represión de
Cristina y los monopolios
Días atrás
decenas de miles de personas –la mayoría de clase media– se movilizaron por todo
el país repudiando al gobierno de Cristina. Algunas de las consignas eran
contra el intento de reelección, mientras que otras hacían referencia a la
corrupción, a las maniobras en los índices del INDEC, al abuso en la
utilización de la cadena nacional, etc.
Estas multitudinarias acciones fueron rechazadas desde el oficialismo,
cuyos funcionarios las acusaron de formar parte de una especie de
“conspiración” organizada por los representantes más conservadores de la
política nacional. Para construir
ese “relato” se han basado en declaraciones y gritos de ciertos manifestantes,
que en realidad no expresaban al conjunto.
Si bien es cierto que se notaba la presencia de activistas
de derecha y de que varios de sus representantes más notorios –como Macri, De
Narvaez o Binner– intentaron aprovechar las circunstancias para llevar agua
para sus molinos, no nos parece correcto ubicar a estos hechos dentro del marco
de una oleada de signo reaccionario, como han hecho algunos analistas de la izquierda.
Para nosotros estos se encuadran dentro del proceso más
general de resistencia a los efectos devastadores del plan económico del
gobierno, que para darle de comer a los grandes monopolios, no está dejando
“títere con cabeza”, aplicando medidas –como el impuesto inflacionario– que afectan
a una amplia porción de la sociedad, desde la clase obrera más pobre hasta gente
mucho más acomodada.
Por esa
razón, entre otros ese día marcharon familiares de las víctimas del accidente
de Plaza Once exigiendo castigo para los responsables y miles de oficinistas y
bancarios protestando contra el impuesto a las ganancias. Muchos de esos
bancarios –del Ciudad– habían rodeado el día anterior al edificio del Congreso
repudiando la denominada ley “Conti”.
No
obstante, en vez de debatir caracterizaciones, desde la izquierda tendríamos
que tratar de disputarle la conducción del proceso a los partidos de derecha,
ganando al menos a una porción de la clase media movilizada; convenciéndola de
que solamente la clase obrera en lucha será capaz de imponer una salida
democrática consecuente y un programa al servicio de las mayorías.
En ese
sentido tendríamos que llamar a todo el pueblo a marchar a Plaza de Mayo el 11
de octubre junto con la izquierda. Ese día parará la CTA de Michelli,
que se movilizará con la CGT de Moyano. Otra consigna que podríamos levantar es la Asamblea Nacional
Constituyente, un mecanismo democrático que puede ser aprovechada para terciar con
las “reformas” reeleccionistas y enfrentar el autoritarismo presidencial.
Así los socialistas
propondríamos una herramienta democrática que le permitiría a los trabajadores
y al pueblo decidir no solo quien tiene que gobernar, sino qué tipo de país hay
que construir. En un escenario como este la izquierda contaría con autoridad
para ganar a las masas para el programa socialista, el único capaz de sacar al
país de la crisis, rompiendo las cadenas de la dependencia y del saqueo.
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