Para terminar con la impunidad hay que participar y organizarse!
COMITÉS CONTRA LA REPRESIÓN Y LA IMPUNIDAD
La desaparición de Jorge Julio López es la cruda expresión de la impunidad que sigue imperando en la Argentina. Contra aquellos que quieren " embarrar la cancha" con teorías perversas e inverosímiles, queriendo sembrar dudas y convertir a la víctima en "partícipe" o casi responsable de su propia desaparición, tenemos que seguir exigiéndole al gobierno su inmediata aparición con vida, sano y salvo.
La desaparición Julio López muestra que los genocidas siguen activos; de ninguna manera podemos creer que vaya a ser esta Justicia, que les garantizó treinta años de impunidad, o este gobierno, que defiende los intereses de los mismos grupos empresarios que impulsaron la dictadura, los que vayan a impulsar el castigo por genocidio a todos los culpables. Ello sólo podrá lograrse con una masiva movilización de los trabajadores, los estudiantes, los sectores populares. Para impulsarla pongamos en pie cientos de Comités contra la Represión y la Impunidad en todo el país.
No nos van a detener
Con la persistente lucha de las organizaciones de derechos humanos, sociales, políticas, gremiales -que se expresa contundentemente cada 24 marzo- conseguimos que por primera vez una sentencia judicial reconozca que los delitos de lesa humanidad fueron cometidos en el marco de un genocidio. El CeProDH, a través de la actuación de la abogada Myriam Bregman, tuvo el honor de haber compartido junto varios organismos nucleados en el espacio " Justicia Ya!" de la querella que acusó a Miguel Etchecolatz por genocidio.
Esta sentencia abre la posibilidad de que juzgue a todos los genocidas (incluyendo a los empresarios ideólogos y los gerentes entregadores de activistas obreros), por todos los compañeros detenidos desaparecidos, y no solo a los pocos que han podido ser reconocidos por los sobrevivientes y por casos puntuales. Eso sólo se podrá hacer efectivo con una movilización masiva e independiente.
Tenemos que impedir que esta nueva desaparición sea un freno para los futuros juicios, intimidando a los sobrevivientes de los centros clandestinos de detención que vienen teniendo la carga de imputar a los milicos con sus testimonios. O que sirva para escarmentar a quienes hoy luchan por sus derechos.
Respondamos a ese 'mensaje' siendo cientos de miles en las calles, movilizados. Demostremos que ¡no van a poder!, que ¡no pasarán!.
Los paros de gremios como Suteba La Plata, las movilizaciones populares en Rosario, Córdoba, Neuquén, Capital, etc., deben ser sólo el inicio de un masivo reclamo nacional por la aparición con vida de Julio López y por el juicio y castigo a los responsables. Organicémonos en Comités para prepararlo.
El 95% de los genocidas sigue impune
Después de años en ese cargo, el propio Secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanián, reconoció que hay efectivos de la Bonaerense, que revistaron en campos clandestinos de detención de la dictadura, o sea en las propias comisarías y brigadas de la Provincia, que aun están en funciones.
Los organismos de derechos humanos venimos denunciando hace años que las fuerzas represivas estaban infectadas de apropiadores de bebés, secuestradores, torturadores, asesinos. El régimen nos respondió durante décadas con el Punto Final, la Obediencia Debida, los indultos y una Justicia presta a entorpecer el castigo a todos y cada uno de los miles de genocidas.
Hoy, a tres años de la nulidad de las leyes de impunidad, menos de un 5% de los represores están en la cárcel y solo dos ex policías han sido llevados a juicio oral . Como dijo la compañera Nilda Eloy de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, "mientras el otro 95 por ciento esté libre, nosotros estamos en peligro. No hablo de nosotros los testigos, hablo de nosotros como sociedad".
¿Hacía falta la desaparición de Julio para que reconozcan que hay genocidas en la Bonaerense? Y en el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada, la Policía Federal y el resto de las provinciales, la Gendarmería, la Prefectura, ¿cuántos y quiénes son? Ni que hablar de la SIDE y demás órganos de inteligencia con que cuentan cada una de las fuerzas represivas: hoy la Ley prohíbe que se conozcan los nombres de sus efectivos desaparecedores.
Cada vez que hay un muerto por luchar vuelven los mismos tipos de personajes siniestros: el operativo que asesinó a Teresa Rodríguez, estuvo al mando del gendarme genocida de apellido Jorge (abril de 1997), el que mató a los jóvenes Francisco Escobar y Mauro Ojeda en el Puente de Corrientes, a mando del torturador de Gendarmería Jorge Chiappe (diciembre de 1999); la masacre de Puente Pueyrredón estuvo comandada entre otros por el policía genocida Mario Mijín (junio de 2002). Son conspicuos miembros de las fuerzas y actúan contra los trabajadores y el pueblo. Estos compañeros luchadores son sus víctimas en gobiernos constitucionales y la muestra de para qué se mantiene la impunidad.
Nuestra compañera Carla Lacorte es una de las centenares de víctimas del gatillo fácil cuyos responsables también gozan de un manto de impunidad.
Más allá de su discurso, el gobierno de Kirchner, por su naturaleza, es incapaz de acabar con la impunidad en serio, ya que para eso debería disolver a las instituciones represivas como la Bonaerense.
Construyamos Comités contra la Represión y la Impunidad
El espacio Justicia Ya! es un ejemplo de cómo quienes queremos enfrentar en serio a la impunidad y lograr el juicio y castigo de todos los culpables –militares, policías y civiles– podemos actuar unitariamente para lograrlo. El juicio a Etchecolatz es un ejemplo de esto. Proponemos que este ejemplo se extienda. Organicémonos en cada lugar de trabajo, cada colegio, cada facultad, en cada barrio. Comités donde participen los centros de estudiantes y organizaciones obreras y piqueteras, los militantes de los organismos de derechos humanos independientes del gobierno, de los partidos de izquierda y todas y todos los que quieran terminar de una buena vez con la impunidad.
En primer lugar, para seguir exigiéndole al gobierno la aparición con vida YA de Julio López.
Movilizándonos; organizando a los sectores populares mediante actos, festivales, pintadas; garantizando la seguridad de los testigos, y todo lo que sea necesario hasta lograr el juicio y el castigo de todos y cada uno de los genocidas y sus cómplices.
Nunca más al " no te metás". Manos a la obra.
Ce.Pro.D.H.
Centro de Profesionales por los Derechos Humanos
COMITÉS CONTRA LA REPRESIÓN Y LA IMPUNIDAD
La desaparición de Jorge Julio López es la cruda expresión de la impunidad que sigue imperando en la Argentina. Contra aquellos que quieren " embarrar la cancha" con teorías perversas e inverosímiles, queriendo sembrar dudas y convertir a la víctima en "partícipe" o casi responsable de su propia desaparición, tenemos que seguir exigiéndole al gobierno su inmediata aparición con vida, sano y salvo.
La desaparición Julio López muestra que los genocidas siguen activos; de ninguna manera podemos creer que vaya a ser esta Justicia, que les garantizó treinta años de impunidad, o este gobierno, que defiende los intereses de los mismos grupos empresarios que impulsaron la dictadura, los que vayan a impulsar el castigo por genocidio a todos los culpables. Ello sólo podrá lograrse con una masiva movilización de los trabajadores, los estudiantes, los sectores populares. Para impulsarla pongamos en pie cientos de Comités contra la Represión y la Impunidad en todo el país.
No nos van a detener
Con la persistente lucha de las organizaciones de derechos humanos, sociales, políticas, gremiales -que se expresa contundentemente cada 24 marzo- conseguimos que por primera vez una sentencia judicial reconozca que los delitos de lesa humanidad fueron cometidos en el marco de un genocidio. El CeProDH, a través de la actuación de la abogada Myriam Bregman, tuvo el honor de haber compartido junto varios organismos nucleados en el espacio " Justicia Ya!" de la querella que acusó a Miguel Etchecolatz por genocidio.
Esta sentencia abre la posibilidad de que juzgue a todos los genocidas (incluyendo a los empresarios ideólogos y los gerentes entregadores de activistas obreros), por todos los compañeros detenidos desaparecidos, y no solo a los pocos que han podido ser reconocidos por los sobrevivientes y por casos puntuales. Eso sólo se podrá hacer efectivo con una movilización masiva e independiente.
Tenemos que impedir que esta nueva desaparición sea un freno para los futuros juicios, intimidando a los sobrevivientes de los centros clandestinos de detención que vienen teniendo la carga de imputar a los milicos con sus testimonios. O que sirva para escarmentar a quienes hoy luchan por sus derechos.
Respondamos a ese 'mensaje' siendo cientos de miles en las calles, movilizados. Demostremos que ¡no van a poder!, que ¡no pasarán!.
Los paros de gremios como Suteba La Plata, las movilizaciones populares en Rosario, Córdoba, Neuquén, Capital, etc., deben ser sólo el inicio de un masivo reclamo nacional por la aparición con vida de Julio López y por el juicio y castigo a los responsables. Organicémonos en Comités para prepararlo.
El 95% de los genocidas sigue impune
Después de años en ese cargo, el propio Secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanián, reconoció que hay efectivos de la Bonaerense, que revistaron en campos clandestinos de detención de la dictadura, o sea en las propias comisarías y brigadas de la Provincia, que aun están en funciones.
Los organismos de derechos humanos venimos denunciando hace años que las fuerzas represivas estaban infectadas de apropiadores de bebés, secuestradores, torturadores, asesinos. El régimen nos respondió durante décadas con el Punto Final, la Obediencia Debida, los indultos y una Justicia presta a entorpecer el castigo a todos y cada uno de los miles de genocidas.
Hoy, a tres años de la nulidad de las leyes de impunidad, menos de un 5% de los represores están en la cárcel y solo dos ex policías han sido llevados a juicio oral . Como dijo la compañera Nilda Eloy de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, "mientras el otro 95 por ciento esté libre, nosotros estamos en peligro. No hablo de nosotros los testigos, hablo de nosotros como sociedad".
¿Hacía falta la desaparición de Julio para que reconozcan que hay genocidas en la Bonaerense? Y en el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada, la Policía Federal y el resto de las provinciales, la Gendarmería, la Prefectura, ¿cuántos y quiénes son? Ni que hablar de la SIDE y demás órganos de inteligencia con que cuentan cada una de las fuerzas represivas: hoy la Ley prohíbe que se conozcan los nombres de sus efectivos desaparecedores.
Cada vez que hay un muerto por luchar vuelven los mismos tipos de personajes siniestros: el operativo que asesinó a Teresa Rodríguez, estuvo al mando del gendarme genocida de apellido Jorge (abril de 1997), el que mató a los jóvenes Francisco Escobar y Mauro Ojeda en el Puente de Corrientes, a mando del torturador de Gendarmería Jorge Chiappe (diciembre de 1999); la masacre de Puente Pueyrredón estuvo comandada entre otros por el policía genocida Mario Mijín (junio de 2002). Son conspicuos miembros de las fuerzas y actúan contra los trabajadores y el pueblo. Estos compañeros luchadores son sus víctimas en gobiernos constitucionales y la muestra de para qué se mantiene la impunidad.
Nuestra compañera Carla Lacorte es una de las centenares de víctimas del gatillo fácil cuyos responsables también gozan de un manto de impunidad.
Más allá de su discurso, el gobierno de Kirchner, por su naturaleza, es incapaz de acabar con la impunidad en serio, ya que para eso debería disolver a las instituciones represivas como la Bonaerense.
Construyamos Comités contra la Represión y la Impunidad
El espacio Justicia Ya! es un ejemplo de cómo quienes queremos enfrentar en serio a la impunidad y lograr el juicio y castigo de todos los culpables –militares, policías y civiles– podemos actuar unitariamente para lograrlo. El juicio a Etchecolatz es un ejemplo de esto. Proponemos que este ejemplo se extienda. Organicémonos en cada lugar de trabajo, cada colegio, cada facultad, en cada barrio. Comités donde participen los centros de estudiantes y organizaciones obreras y piqueteras, los militantes de los organismos de derechos humanos independientes del gobierno, de los partidos de izquierda y todas y todos los que quieran terminar de una buena vez con la impunidad.
En primer lugar, para seguir exigiéndole al gobierno la aparición con vida YA de Julio López.
Movilizándonos; organizando a los sectores populares mediante actos, festivales, pintadas; garantizando la seguridad de los testigos, y todo lo que sea necesario hasta lograr el juicio y el castigo de todos y cada uno de los genocidas y sus cómplices.
Nunca más al " no te metás". Manos a la obra.
Ce.Pro.D.H.
Centro de Profesionales por los Derechos Humanos
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