La detención arbitraria de Fredy Muñoz, corresponsal en Colombia de TeleSur, no es un hecho aislado y se vincula con una política de censura y persecución a los medios alternativos de comunicación.La situación que se vive en Colombia se aleja cada día más de la democracia... Todos los días, campesinos son asesinados, militantes perseguidos, familias desplazadas por la violencia que tiene que abandonar sus tierras, ametrallamientos en caseríos, paramilitares que controlan ciudades enteras, que manejan el Senado, estudiantes que desaparecen, amenazas constantes... todos los días...A esto se sumó ahora la detención arbitraria de Fredy Muñoz, corresponsal de Telesur, y para muchos de nosotros, un compañero que permitía que se conocieran e el resto del continente las aberraciones que aquí el estado, cuando no lleva a cabo, permite que se realicen y los medios de comunicación ocultan.La detención de Fredy es noticia, tiene que ser noticia, pero hay que entenderla dentro de un proceso aun más grave que involucra a importantes sectores del poder colombiano. Es un país en guerra con fachada de democracia, que se apoya en una doctrina de "seguridad democrática" que se contradice a sí misma constantemente, que cada vez es menos segura y menos democrática, pero que les sirve para justificar un presupuesto militar extraordinario en un país donde la educación (sólo por nombrar algo) es paga.No es casual que se detenga ahora al periodista de Telesur en un contexto donde las amenazas a los comunicadores sociales son constantes... donde el señalamiento, la persecución, la censura son cotidianas. Y esto lo que se debe dar a conocer... que los minutos que se le dedican al cubrimiento de su detención, de su traslado a Barranquilla, sirvan para que se sepa que cotidianamente se inventan acá cargos de terrorismo y rebelión a cualquiera que se oponga al régimen, a cualquiera que luche para transformar la durísima realidad... que todos los días fiscalías controladas por el aparato paramilitar inventan procesos que lleva meses desmontar pese a su evidente falta de autenticidad, que es cotidiano saber que a uno lo están espiando, controlando, que se hacen seguimientos, que existe una "red de informantes" dedicada a denunciar a quienes consideran sospechosos, que el régimen jurídico fue modificado y los procesos pasaron a ser mucho más injustos todavía, que el nivel de pobreza es altísimo, que la desocupación crece y crece, que el estado se esfuerza por firmar un tratado de libre comercio que sólo beneficiaría a unos pocos que ostentan el poder a costa de más hambre del pueblo, que la concentración de tierras crece día a día beneficiando al inescrupuloso sector ganadero, ligado tanto al narcotráfico como al paramilitarismo.La libertad de prensa es la víctima de estos días, personalizada en Fredy Muñoz, pero que perjudica a muchísimos más... que este suceso que está teniendo tanta repercusión sirva para que aunque la voz de Fredy esté amordazada, no suceda lo mismo con las voces a quien él les daba micrófono... las voces de quienes intentan mostrar lo que pasa todos los días en Colombia, las voces que gritan con esperanza porque quieren un país más justo.
FUENTE: MARIA DE ESTRADA - AGENCIA PRENSA RURAL
27 nov 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario