23 ene 2007

ARRANCO EL FORO MUNDIAL SOCIAL.

Miles de representantes de organizaciones sociales participaron este sábado en Nairobi en la apertura de la séptima edición del Foro Social Mundial (FSM) que duró cerca de ocho horas. La fiesta popular con la que se inició el evento fue precedida de una movilización que concluyó en Uhuru, el Parque de la Independencia capitalino.
La marcha había partido del barrio popular de Kibera, convocada por diversas organizaciones religiosas, políticas y sociales.
En el “Uhuru Park” se le sumaron otros manifestantes. La tan activa como visible presencia de grupos religiosos ecuménicos que portaban carteles y ropas distintivas le dio un tono particular a la marcha.Lejos quedaban las pancartas y banderolas propias de las movilizaciones de apertura en las ediciones anteriores del Foro en Porto Alegre. Y la música -así como algunos cantos religiosos- reemplazaba las estridentes consignas políticas de las citas brasileras.La “apertura oficial” de esta séptima edición del FSM le correspondió al militante social brasilero Francisco “Chico” Whitaker, miembro del Consejo Internacional y uno de los ocho co-fundadores del Foro de Porto Alegre quien fuera distinguido en diciembre pasado con el Premio Nobel alternativo de la paz.Por otra Africa posibleWhitaker ratificó en su breve discurso los objetivos esenciales del FSM y reivindicó la importancia del mismo como espacio amplio de encuentro y búsqueda de alternativas. Representantes de América Latina, India, Europa y Palestina se sucedieron luego en el estrado.Una dirigente latinoamericana de Vía Campesina habló en nombre del conjunto de los movimientos sociales, ratificando el compromiso a favor de un cambio radical de sistema y de las lógicas neoliberales dominantes.Kenneth Kaunda, ex-presidente de Zambia, se convirtió con su discurso de casi una hora en el principal orador de la apertura, subrayando las aspiraciones de todo el continente a favor de otra Africa posible.Kaunda recordó con emoción a los dirigentes históricos de la independencia; reivindicó las luchas de liberación y subrayó los grandes desafíos que tiene por delante su continente. Entre ellos, un mayor reconocimiento hacia las mujeres, quienes ya ejercen un rol protagónico en la vida asociativa y social de muchos países africanos, entre ellos el anfitrión.Y fueron precisamente mujeres las que coordinaron el acto de apertura donde no faltó la música entre una y otra intervención política. Casi tres horas después del inicio, el acto se transformó en una gran fiesta popular. En la que no faltaron destacados grupos africanos, así como cantantes latinoamericanos. El brasilero Martinho Davila se convirtió en el detonante del baile colectivo que fue ganando de a poco el espacio abierto del parque capitalino.Cauto optimismo“Lo más importante de este acto es comprobar realmente que el Foro se está haciendo, finalmente, en Africa”, enfatizó Antonio Martins, otro de los co-fundadores del FSM.Del “sueño africano” a su realización concreta, un proceso de más de un año de preparación y organización prácticas. Que sin embargo no colmaron ciertas expectativas del militante mozambiqueño Tamele Varano, para quien la asistencia en la apertura “hubiera podido ser mayor”. Según su propia interpretación “se perciben ciertos problemas en cuanto a la movilización local”.Temas concretos de enorme preocupación en el continente, como el impacto del SIDA, la lucha contra la pobreza, el no pago de la deuda y la soberanía alimentaria estarán en el centro del debate keniano.En el cual, las relaciones económicas - financieras internacionales; la brecha Norte-Sur y el futuro mismo del foro altermundialista ocuparán también una atención total.EL FSM anticipa reunir a miles de representantes de los cinco continentes. Así como a personalidades de primer nivel mundial. Entre ellas, la keniana Wangari Maathai, premio Nobel de la paz 2004; el también Nobel sudafricano Desmond Tutu; así como dos mujeres africanas muy reconocidas: Winnie Mandela, ex-esposa de Nelson Mandela y la dirigente altermundialista Aminata Traoré.

POR SERGIO FERRARI (PRENSA ECUMENICA - ARGENPRESS)

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