Quienes integramos Refundación Comunista y el Partido Comunista de los Trabajadores damos un paso de gran importancia: tomamos la decisión de unificar nuestras organizaciones. No nos juntamos, nos unimos. Unimos nuestras fuerzas; nuestra inteligencia colectiva, nuestras voluntades y nuestras convicciones. Lo hacemos reivindicando los principios que dieron origen a nuestros destacamentos y que son las razones que sostienen nuestra lucha. Nos unimos asumiendo la teoría revolucionaria del marxismo-leninismo, que es la teoría que expresa de la manera más profunda, precisa y científica, los intereses, las tareas y las luchas de la clase obrera para transformar la sociedad y acabar con todas las penurias y deshumanización que produce el sistema capitalista. Nos unimos en la convicción de que la lucha por preparar, organizar y llevar adelante la revolución socialista, como etapa de transición al comunismo, es la tarea central que debemos encarar los revolucionarios, y en torno a la cual debemos contribuir a organizar a los compañeros más decididos y conscientes de la clase obrera y los sectores populares. Nos unimos en la convicción de que sólo derrotando a la burguesía y al imperialismo en todos los terrenos, podremos conquistar un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Nuestra clase, los campesinos sin tierra, los pueblos originarios, los intelectuales proletarios y la juventud, podrán así abrir el camino a la solución de los gravísimos problemas que afectan nuestras vidas, instalando nuevos valores que organicen a la sociedad sobre la base de la solidaridad, la democracia obrera y popular, los esfuerzos compartidos y el goce colectivo de los frutos que ella produzca. Para alcanzar este objetivo, estamos dispuestos a encarar todas las formas de lucha que sean necesarias. Debemos socializar las tierras, las fábricas, los bancos, los recursos naturales. Pero también debemos socializarnos nosotros. La revolución socialista debe aportar a la humanización de los hombres, a transformar al ser humano, en un ser cada vez más humano. La revolución es impensable sin un hombre nuevo, Nos unimos en la convicción de que la conciencia revolucionaria (conciencia que hay que construir a nivel de masas) hará posible lo que es necesario. Para nosotros la revolución socialista es la tarea actual para nuestra clase y los sectores populares .No es un horizonte lejano, más o menos deseable: es una necesidad objetiva que precisa de instrumentos concretos que la materialicen y expresen el nivel de conciencia de nuestro pueblo. Partido, Frente antiimperialista y anticapitalista y Pueblo en armas son los instrumentos que debemos construir como expresiones del pueblo organizado y movilizado en la lucha por el poder. Nuestra unidad pretende aportar a este camino. Al dar este paso no nos autoproclamamos como el Partido de la revolución. Por el contrario, nos damos como tarea aportar a la construcción de dicho Partido en unidad con otros compañeros revolucionarios, y deseamos que este paso aliente a otros destacamentos, organizaciones y militantes a profundizar este camino.
Nos unimos porque somos internacionalistas, al tiempo que luchamos por la liberación de nuestra patria; apoyamos incondicionalmente a Cuba socialista y a los pueblos de América Latina que son parte de las luchas continentales por nuestra liberación y a todos los pueblos del mundo que luchan contra la opresión y agresión imperialista.
Nos unimos porque estamos convencidos de que sin una lucha tenaz y consecuente contra el reformismo y el oportunismo que hoy infecta a la mayoría de la llamada izquierda tradicional no podrá avanzar la revolución. El sectarismo, las prácticas aparatistas, la autoproclamación, hacen las veces de un chaleco de fuerzas que no deja desarrollar las enormes energías de nuestro pueblo, manteniéndolo siempre en los marcos del sistema. Otro tanto ocurre con las distintas variantes del nacionalismo burgués que se esfuerza por mantener a nuestra clase como furgón de cola de sus intereses. Proponemos entonces una organización cuyo objetivo sea la lucha por el poder., basada en la ideología del proletariado. Una organización que asuma la tarea de constituirse en vehículo y continente de los sueños populares, de sus reclamos, sus reivindicaciones y luchas, esas que nos permitan generar el poder popular necesario para lograr los cambios revolucionarios que son nuestro objetivo. Una organización que en lo interno levante las banderas de la democracia proletaria, profundamente revolucionaria y antiburocrática, con mecanismos estatutarios que aseguren estos atributos. Una organización donde se respete a ultranza el centralismo democrático. Es decir, una organización cuyas políticas surjan del debate fraterno de todos los compañeros, dejando atrás el verticalismo autoritario, asumiendo la necesidad de la coherencia de una línea definida. Estos y otros principios que sostenemos, son la razón suficiente y necesaria como para unirnos. Las cuestiones tácticas, que obligatoriamente irán surgiendo durante el desarrollo de la lucha de clases, las resolveremos en el debate colectivo y fraternal entre revolucionarios. Aquí no hacemos un acuerdo de cúpulas. Ponemos todo este proceso en manos de los compañeros para su debate y enriquecimiento que culminará en un próximo Congreso de unificación. A nosotros nos hubiese resultado más cómodo anunciar esta decisión de unirnos al final del proceso, y no al principio. Pero no buscamos nuestra comodidad. Buscamos unir a los revolucionarios, buscamos superar la dispersión que hace que muchas de nuestras energías se disipen. El hecho de anunciar públicamente los primeros pasos de este proceso de unificación, también nos compromete públicamente frente a los trabajadores y los militantes revolucionarios para llevarlo hasta su concreción. Los revolucionarios no ocultamos a los trabajadores nuestras intenciones. Las decimos abiertamente. Concretarlas es parte de nuestra seriedad.
PARTIDO COMUNISTA DE LOS TRABAJADORES
REFUNDACION COMUNISTA
27/01/2007
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