Nota de tapa de Prensa Obrera, periódico del Partido Obrero, Nº 1067
UNA REBELIÓN MUNDIAL
En el aniversario del ArgentinazoNo es una rebelión que abarque a todo el mundo, pero ya es una tendencia, y es esto lo que importa. El levantamiento popular en Grecia, liderado por la juventud, tuvo por detonante el ‘gatillo fácil' contra un joven, pero la oleada de fondo es la bancarrota capitalista internacional.
A un horizonte de miseria se ha sumado, para esta juventud, la evidencia de que no escasean los billones de dólares cuando se trata de rescatar a un banco, pero nunca hay unos miserables pesos para el trabajo, la educación, la vivienda y la salud.
La juventud se encuentra también en pie de guerra en Italia, donde continúa un plan de movilizaciones y ocupaciones de facultades y universidades, y en Francia, donde van creciendo las huelgas en las escuelas secundarias, de alumnos y docentes.
El viernes 12 está prevista en Italia una huelga general de 24 horas.
Una simple ocupación de fábrica, en Chicago, conmocionó a la opinión mundial, por la sencilla razón de que remite a la crisis de los años ‘30, lo que rápidamente despertó la alarma de los capitalistas, y eso mismo también sirvió como punto de convocatoria de numerosos activistas y organizaciones en Estados Unidos.
En China, el país encargado, por los capitalistas, de sacar al capitalismo mundial de la crisis, las cosas son aún más gruesas, porque la movilización de miles de obreros y trabajadores es cotidiana, así como los choques con la policía, debido al cierre de empresas y a los patrones que huyen sin pagar los salarios adeudados y las indemnizaciones.
En China se vuelven a reunir las condiciones, como ha ocurrido varias veces a lo largo del siglo XX, para una gigantesca y definitiva revolución social.
En esta lista, los argentinos no estamos a la cola: en miles de fábricas y empresas hay una lucha cotidiana contra las suspensiones y los despidos; la consigna de que se deben repartir las horas de trabajo sin afectar a los salarios se expande con rapidez.
¡Es que este es el país que, en 2002, impuso la reapertura de miles de empresas vaciadas y su gestión por los propios trabajadores!
Ni la memoria de los luchadores es corta, ni el subconsciente colectivo se encuentra apaciguado.
La rebelión mundial en marcha les queda muy grande a los gobiernos ‘nacionales y populares' de América Latina, no hablemos ya de los que se etiquetan como ‘progresistas' para mejor servir al capital (como los Lula, Bachelet o Tabaré Vázquez).
Kirchner se ha visto obligado a nacionalizar las AFJP ¡pero para asegurar el pago de la deuda externa o para operar como el financista de última instancia de bancos y automotrices que fugan los dólares al exterior!
Sale al rescate del capital, no de los trabajadores, con los escasos recursos del débil Estado argentino, que no vacila en vaciar la caja de la Anses; los salarios y las jubilaciones tendrán que esperar, mientras los despidos y suspensiones prosiguen en masa.
Mientras la impotencia del nacionalismo vernáculo, capitalista y ladrón, está a la vista, los opositores del mismo campo patronal (incluidos sus ‘socialistas' y ‘progresistas') reclaman el rescate del FMI, o sea la entrega completa del país y un ajuste sin misericordia contra el pueblo.
La lucha para que la crisis la paguen los capitalistas significa: ninguna cesantía ni suspensión; que se repartan las horas de trabajo sin tocar los salarios; aumento general de salarios y jubilaciones; nacionalizar los bancos y el comercio exterior; requisar las mercaderías acaparadas y poner fin al pago de la deuda externa, todo esto para concentrar los recursos nacionales en un plan de desarrollo de las fuerzas productivas.
Una lucha de esta envergadura servirá para enseñarnos -en la práctica, por medio de la propia experiencia- que tenemos que luchar por un gobierno de trabajadores.
La crisis mundial del capital pone un punto final a la rutina y a la aceptación más o menos ciega de que las cosas son como son: tomemos nuestro destino en nuestras propias manos.
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