NUEVO
CUADRO DE SITUACIÓN EN ARGENTINA
LOS ZIGZAG DE MACRI Y LA PARÁLISIS PERONISTA
Héctor
Menéndez
Córdoba,
21 de febrero de 2016
El equipo de gobierno
actual no es el de un partido político que se haya construido históricamente,
representando a sectores sociales determinados en un debate de ideas y
programas. Por eso no se entienden entre sí los ministros/gerentes y el propio
presidente cuyos zigzag denotan también falta de preparación política y quizás
también una falta de coordinación con sus mandantes de la embajada.
Lo que parecía hace
diez días un giro del gobierno, llamando a extraordinarias al Congreso,
anunciando la elevación del mínimo no imponible sobre ganancias y la oferta a
la paritaria nacional docente de un aumento en dos cuotas del 40 % termina
siendo un malentendido, una nueva mentira, un bluf.
Los avances más
notables del gobierno del Virrey Macri son sus avances políticos sometiendo a
la derecha radical, a la derecha peronista y a la burocracia sindical antes
peronista a que lo apoyen, paralizando la organización de toda respuesta
de lucha que logre conmover su autoritarismo y fascistización. Hugo Moyano
hasta justificó el protocolo de seguridad que pretende legalizar los métodos
represivos fascistas con los que ahora “la piba” amenaza a los trabajadores.
Que comenzaron antes, sin protocolo, contra Creta Roja y los municipales
despedidos de La Plata.
Nosotros creemos que la
derrota electoral del kirchnerismo, el mejor gobierno burgués de Argentina, más
allá de las limitaciones desarrollistas burguesas con capital externo y de sus
distancias con la base obrera del peronismo, ha planteado un punto de inflexión
en la propia crisis histórica del PJ que se iniciara con la caída de Menem y de
la Alianza. La crisis que partió en tres a los dos partidos históricos de la
burguesía, UCR y Partido Justicialismo.
Dijimos entonces que
era histórica, que no remitiría, que la UCR y el PJ no volverían a unirse y a
ser lo que fueron. Ahora, la caída del gobierno del kirchnerismo y la
instalación de un gobierno colonial, del imperialismo, con el apoyo de sectores
de la alta burocracia sindical ex peronista ha abierto también una crisis
histórica en esta burocracia que ha cambiado su relación política histórica con
la clase obrera y no solamente que no se unirá en una sola CGT para apoyar al
gobierno virreinal sino que la lucha por defender a los trabajadores de
este ataque de la gran burguesía quedará en manos de los delegados, de las
internas y de los nuevos sindicatos que han crecido en los últimos años.
Si bien Smata no es un
sindicato, no tiene un convenio nacional que una a todas las fábricas
extranjeras de la industria automotriz en el país, el papel de Pignanelli como
sirviente de Macri organizando la ruptura del bloque del FpV en diputados para
que le aprueben los decretos ilegítimos de necesidad y urgencia con los que ha
puesto al país decididamente al servicio del imperialismo y de Clarín, me hace
acordar el papel del gallego Rodriguez de Smata en el 76 entregando, junto con
la patronal, la comisión interna de Mercedez Benz a los grupos de tareas de la
dictadura que los desaparecieron. La relación de esta conducta de Pignanelli
con las patronales extranjeras de la industria, en nombre de quien gobierna
Macri, es evidente. No admite prueba en contrario.
Las “visitas” en un mes
de los presidentes de Italia, Francia y Estados Unidos a Macri, de los
gobiernos de los países dueños de la industria automotriz que se llevan 10.000
millones de dólares anuales del déficit nacional del comercio exterior
automotriz no son ingenuas ni progresistas. Representan la nueva ubicación de
Argentina en el mundo del lado de sus viejos explotadores del imperialismo occidental.
La derrota electoral
del kirchnerismo, como dijimos antes, ha sido la derrota de la utopía
reformista de un nuevo capitalismo no parasitado por la enorme financierización
de la economía, un capitalismo productivo sin paraísos fiscales, unas organizaciones
internacionales sin el doble rasero de los países imperialistas que invaden
países y provocan guerras que buscan extenderse generando una situación
prebélica, unas Naciones Unidas democráticas, un FMI democratizado junto a los
demás organismos multilaterales de crédito. Esa lucha del kirchnerismo y en
especial de CFK se constituyó en una tendencia mundial del mundo colonial que
acompañó su denuncia a los buitres con 136 votos en la asamblea de la ONU y
esta derrota del kirchnerismo es también una derrota del mundo colonial. Qué
duda cabe.
El peronismo como
partido político cerró su ciclo histórico con la entrega nacional de los dos
gobiernos de Menem y el de su continuador radical De la Rúa. Cuando la
movilización popular de los ahorristas estafados eyectó a De la Rúa de la Casa
Rosada y las manifestaciones y asambleas barriales consagraron el que se
vayan todos mientras los cinco presidentes peronistas en una semana no
lograron estabilizar el país burgués y organizaron esa especie de gobierno
provisional de Duhalde que llamó a elecciones en abril/mayo del 2003, nosotros
dijimos que la crisis de los dos partidos históricos de la burguesía argentina
habían entrado en su crisis histórica, habían agotado el crédito político que
después de la primera y la segunda posguerra. El PJ y la UCR se partieron en
tres y no volverán a unirse. Sobre esto hay una verificación histórica en estos
catorce años.
El peronismo del
kirchnerismo fue un hecho nuevo en la historia del peronismo y del país. No lo
vamos a analizar aquí, pero los doce años en el gobierno lo mostraron como un
peronismo sui-generis, con cierta independencia del PJ, de la burocracia
sindical y de la clase obrera. No obstante su independencia, el éxito económico
y la lucha nacional del kirchnerismo le dieron cierta cohesión a las formas
diversas del peronismo histórico. Pero fuera del gobierno, en la oposición,
ante la necesidad de reorganizar internamente al partido emplazado por la
justicia macrista, el kirchnerismo, a pesar de tener cuadros valiosos
comenzando por CFK, no aparece como dirección de este peronismo diverso,
necesitado hoy de enfrentar la penetración del gobierno de las corporaciones.
Muchos de los sectores que florecieron con el crecimiento del kirchnerismo
protagonizan una múltiple protesta. La declaración de los 7.000 científicos
condenando la política antinacional de Macri y defendiendo los emprendimientos
técnicos y científicos del kirchnerismo es un documento de gran valor nacional,
político. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-292945-2016-02-21.html Debiéramos volantearlo en las
fábricas y en los barrios y con ellos manifestar exigiendo a las direcciones
sindicales un paro nacional.
La conclusión histórica
fundamental de esta derrota nacional y social es que la expulsión del
imperialismo y la liberación de los trabajadores es imposible bajo la dirección
política de la burguesía. Esta crisis nacional en el marco de la crisis mundial
del sistema capitalista replantea agudamente la organización política
independiente de la clase obrera. El proletariado argentino que fue el
protagonista social de las luchas históricas de las décadas del cuarenta,
cincuenta y sesenta del siglo pasado, sus cuadros avanzados actuales ante estas
circunstancias deben tomar la decisión de romper con esta dirección que ha
conducido ya tres veces a la
derrota.
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