El resultado del índice de precios en 1,1 es un escándalo político de repercusión nacional e internacional. Refrendado por el flamante “Consejo de directores” del Instituto, el índice salió a punta de pistola con una interventora puesta a dedo, cuatro matones de custodia, decenas de personas desconocidas merodeando los pasillos y un cordón policial en las inmediaciones del Instituto. Parecería que los trabajadores del INDEC fuésemos “forajidos” y “mafiosos” como decía el ministro del Interior Aníbal Fernández. Una vergüenza para un gobierno supuestamente abanderado de los derechos humanos, sin precedente alguno desde la caída de la dictadura. Hasta los menemistas y la derecha más reaccionaria aprovechan para sacar rédito, cuando siempre intentaron presionar para modificar las estadísticas en función de sus intereses. Resulta muy fácil para el gobierno “progresista” apretar a los trabajadores que carecen de estabilidad laboral mientras otorga fabulosas concesiones a los grandes empresarios que aumentan los precios. Diga lo que diga el gobierno, los trabajadores del Instituto no podemos dar fe del resultado del índice porque proviene de una interventora encerrada entre cuatro paredes y protegida por una guardia pretoriana que evitaba premeditadamente el ingreso de los trabajadores para conocer la forma de calcular el índice. Distintos analistas han coincidido en cuestionar el bajo incremento que registraron los precios de los rubros Turismo y Prepagas.
La intervención del IPC vino a imponer la manipulación de los datos recurriendo a la “manu militari” en función de la necesidades del gobierno de Kirchner para el año electoral en curso. Las consecuencias que traerá aparejada la intervención ya superan a los destinos de los trabajadores del INDEC y afectarán decididamente a los intereses del conjunto de la clase trabajadora que mediante las organizaciones gremiales se dispone a entablar negociaciones paritarias con los empresarios. La manipulación de los datos favorecerá los intereses de los empresarios quienes se apoyarán sobre esos argumentos para limitar las demandas de aumento salarial. Yasky, De Gennaro y los dirigentes de la CTA, al igual que Moyano y la CGT, deberían hacerse presentes en el INDEC y pronunciarse ya mismo contra la intervención del IPC y sus efectos nefastos sobre la clase trabajadora.
Se cae de maduro que no podemos tener ninguna confianza en Mármora. El director del Instituto le abrió la puerta a la intervención, acompañado por la pasividad de ambos gremios, UPCN y ATE. Mientras UPCN desapareció, las asambleas autoconvocadas en la vereda obligaron a los delegados de ATE a decir que si el índice de precios resultaba irregular convocarían a medidas de acción. Ya no hay más excusas que valgan. Debemos obligar a los delegados de ATE a poner la legalidad gremial al servicio de medidas de lucha contundentes para expulsar a los matones y a la policía y echar a la intervención del IPC.
Agrupación Marrón
Trabajadores estatales del PTS e independientes) 6/02/07
6 feb 2007
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1 comentario:
El fantasma de la inflación ya derrocó a muchos gobiernos. http://horacioinflacion.blogspot.com/
Creo que el tema de la inflación es serio pero no alarmante. Mucha liquidez, mucha presión por subas de salarios, los precios de los servicios muy bajos, y un gobierno que apela a mecanismos como el control de precios, el control de las estadísticas y otros mecanismos que a la largan le van en contra. ¿Como se controla esta inflación?
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Creo que se puede porque hay superávit, buena recaudación y buenas reservas. Pero hay que hacer todo muy bien porque la inflación, al instalarse barre pronto con todas esas bonanzas. Los economistas deben buscar 1)frenar lo más que se puedan la expansión de los salarios, 2)Buscar acuerdos globales (no controles de precios) para que las empresas mantengan o bajen los precios, 3)tratar de llevar lentamente los precios de los servicios a valores reales, y esta debe ser una variable de control, 4)Enfriar un poco la economía, retirando dinero del mercado por medio de bonos, u otros mecanismos (esta también es una variable de control).
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Pero que las medidas tengan éxito o no, depende de la guerra de las palabras que ya se está desatando: Algunos sectores importantes incitan a 1)aumentos de salarios, 2)aumentos de la proporción global de los ingresos de los asalariados, 3)conflictividad social que baja la producción y suben los precios, 4)Huelgas con los mismos fines, 5)Asustan para que la gente se desprenda rápido de los pesos...
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Ya han tenido "éxito" derrocando a varios gobiernos con esos métodos logrando desatar hiperinflaciones, siempre a costa de todo el pueblo y especialmente de los de menores ingresos. Pero el gobierno y los que no queremos una nueva debacle estamos muy a tiempo todavía de parar este ataque. La técnica no es fraguar datos sino conseguir el apoyo masivo de la población, debatiendo el problema para que los ciudadanos comprendan cual debe ser su actitud. Si se ha desatado ya la guerra de las palabras hay que asumirla con todo y nunca con cosmética ni disimulos. Horacio. http://horacioadmin.blogspot.com/
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