14 jul 2011

CORDOBA: COMUNICADO DE LOS VECINOS DEL ALTO VALLLE DE CALAMCHITA

"LA MEJOR POLÍTICA AMBIENTAL NO ES LA QUE SOLUCIONA LOS PROBLEMAS, SINO LA QUE EVITA QUE SE PRODUZCAN". Sergio Federovisky



Vecinos autoconvocados del Valle de Calamuchita en contra del vertedero regional de residuos.



DESDE CALAMUCHITA, CÓRDOBA, ARGENTINA, HACEMOS LLEGAR NUESTRA VOCES EN DEFENSA DE AGUAS, TIERRA, AIRE, FLORA Y FAUNA DE ESTE MARAVILLOSO VALLE TURÍSTICO EL CUAL MERECE RESPETO Y PROTECCIÓN AMBIENTAL.





Entre sombras.

Había una vez y dos también, un valle hermoso, surcado por ríos, engalanado de lagos, hermoseado por árboles, arbustos y hierbas en todos los tonos de verdes, donde se oía el canto de pájaros diversos.
Este valle era comandado por muchos dirigentes que, cómodamente sentados tras un escritorio, masticaban con la boca cerrada pero tenían la cabeza hueca. Poco les importaba el cuidado de la naturaleza. Cementaban ríos, permitían el desvío de aguas para riego de particulares, autorizaban la tala de árboles para que los campos se sembraran con soja y los dueños fumigaban con glisfosato; los adinerados construían cabañas y hoteles y como no existían plantas cloacales toda la mugre iba a parar al río.

Los jefes, en su mayoría inoperantes, permitían que un cacique decidiera por ellos, ignorando la voz del pueblo, las leyes nacionales y provinciales. Así, año a año, el valle se fue superpoblando y algunos visitantes se acercaban creyendo que no había dejado de ser el hermoso valle que sus padres les habían contado. Estos visitantes, al ver el descuido, no tenían reparo en dejar desperdicios por donde pasaban. Tal fue el desentendimiento de algunos jefes que el cacique, por intereses monetarios y particulares, un día decidió colocar un gran inodoro en el lugar más bonito, para que en ese recipiente se colocasen todos los desechos de las poblaciones. Muchos jefes, cómodos, aplaudieron la llegada del inodoro, tampoco hacían nada por sanear la bacinilla de su pueblo.
Así, poco a poco fue contaminándose el agua de los ríos, lagos y napas; el aire olía a putrefacción, los pájaros huyeron a otros valles, apenas se veían algunos pocos árboles que se compraban para “dar color”, pero nada tenían que ver con el paisaje real, también daban sombra al paisaje sombrío donde pocos se asombraban de cómo entre las sombras los oscuros personajes seguían aspirando a seguir destruyendo hasta el último vestigio de lo que en otros tiempos fue el más bello de todos los valles.

(Cualquier parecido con la realidad de nuestro valle NO ES PURA COINCIDENCIA)

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