2 jul 2019

GRUPOS TROTSKISTAS SE REUNIERON EN CUBA SIN DENUNCIAR AL RÉGIMEN CATRISTA

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Grupos trotskistas se reunieron en Cuba sin denunciar al régimen castrista

Un evento sobre Trotsky, al cual Trotsky jamás asistiría

Por Daniel Campos
daniel.campos.d@gmail.com

Un Evento Académico Internacional sobre León Trotsky se llevó a cabo en Cuba organizado por el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello (ICIC), dependiente del Ministerio de Cultura del gobierno de Cuba. Fue una novedad de carácter histórico, ya que como todos los regímenes stalinistas del mundo, el régimen cubano eliminó a Trotsky de la historia de la revolución rusa y mundial durante décadas. Sorprendió entonces que se desarrollara un evento de homenaje a su persona en la casa “Benito Juárez de La Habana” entre los días 6 al 8 de mayo de este año. El evento abordó una gran variedad de temas vinculados a  él, su infancia, su juventud, sus relaciones con otros revolucionarios, su rol en las revoluciones, en la lucha política, en el arte y la literatura, en la Oposición de Izquierda, la fundación de la IV Internacional, entre otros.

Al evento asistieron personalidades, intelectuales y escritores como Paul Le Blanc, Susan Weissman, Robert Brenner o Eric Toussaint, junto a investigadores, cineastas, profesores y estudiantes. El Museo Casa León Trotsky de México se hizo presente con su directora Gabriela Pérez Noriega, de cuya administración hace parte también Esteban Volkov, el nieto de Trotsky. El coordinador del evento fue Frank García titular del Instituto Cubano de Investigación  Cultural Juan Marinello (ICIC). García, un funcionario que públicamente es un ferviente partidario de la reforma constitucional que impuso este año el régimen cubano. El ICIC que preside García, es miembro del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), asociado a la UNESCO que es una rama de la ONU.

De la lectura de los informes que entregaron todos los que estuvieron presentes resultó llamativa la ausencia de un tema en especial: La actual situación política de Cuba. Teniendo en cuenta que tanto las personalidades como los grupos que se reclaman trotskistas que estuvieron presentes abordaron los más variados temas, resultó llamativo que en relación a Cuba solo fuera mencionado el bloqueo imperialista. Y no se debatiera algo que es fundamental para la izquierda y el trotskismo mundial: Qué hubiera opinado León Trotsky sobre el régimen de Cuba y, sobre todo, de la situación que están viviendo los trabajadores y el pueblo de Cuba.

La dramática situación de los trabajadores y el pueblo de Cuba

En abril de este año, sólo un mes antes de la realización del evento sobre Trotsky, el régimen cubano promulgó una nueva constitución del país, que arrasa con los derechos del pueblo cubano, y los restos de la revolución cubana del ’59. La nueva Constitución consolida el capitalismo en Cuba, promulga explícitamente la propiedad privada de los medios de producción, abandona el planteo de la superación de los regímenes de explotación de unas personas sobre otras, y elimina la frase del artículo número 5 de la vieja Constitución que hacía alusión a la "sociedad comunista".

La nueva Constitución dejó sin derechos a gays y lesbianas al no permitir el matrimonio igualitario, y proclama abiertamente que el régimen de Cuba es una dictadura de partido único, señalando que el Partido Comunista de Cuba (PCC) es "la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado" y el "único" partido posible, estableciendo explícitamente que no existe la posibilidad para los trabajadores y el pueblo de que exista otra organización política en Cuba.

El 16 de junio del 2018 Díaz-Canel, hizo el histórico anuncio del “fin de la economía centralizada” durante la clausura del Congreso de Economistas. El argumento del presidente de Cuba es que la economía centralizada que se implementó a partir de la Revolución Cubana de 1959 llego a convertirse en todo un lastre para la economía del país. La propuesta del presidente de Cuba es que a partir de ahora las empresas estatales deben ser “empresas autosustentables financieramente”, según informo el diario del régimen Granma. Díaz-Canel  justifico su planteo diciendo que su anuncio busca terminar con la “corrupción e ilegalidad, poco nivel de ahorro, endeudamiento del Estado y los insuficientes ingresos por exportaciones”.

El anuncio de junio va en sintonía con la proclamada Constitución de abril que incluye por primera vez la inversión extranjera, y la propiedad privada. A su vez en su discurso Díaz- Canel promueve la inyección de capital foráneo planteando que el rol del sector privado es vital para reflotar la economía. En ese discurso Díaz- Canel hizo un llamado a los distintos ministros bajo su mando que cambiaran a que permitan organizar el sector privado, “sin trabar o frenar su desempeño”.
Pero Díaz- Canel niega una realidad: La introducción del capitalismo en Cuba es un proceso que lleva años, y ha provocado un desastre entre los trabajadores y el pueblo de la Isla.

Este proceso impulsado por los hermanos Castro ha provocado que los trabajadores de Cuba sufran salarios de miseria a un promedio de 30 dólares por mes, que apenas sirven para la subsistencia en horribles condiciones. El informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) de Cuba del 2017, indica que el promedio de los salarios en la región de Ciego de Ávila es de 32,7 dólares, en Pinar del Río es de 32,5 dólares, en Villa Clara 32,3 dólares, en Artemisa 31,2 dólares, en Matanzas 31,2 dólares, en Sancti Spíritus 30,2 dólares, y en Guantánamo, la provincia más oriental de la isla y una de las más pobres, es de 24,9 dólares. Los datos de ONEI reportan que los sectores de trabajadores peor remunerados son los de cultura y el deporte con un promedio de 21,2 dólares, los de servicios comunales, de asociaciones y personales de 21,28 dólares y los docentes y trabajadores de la  educación con 21,3 dólares. La situación de pobreza y miseria se agrava por las aberrantes medidas impuestas por el régimen de la doble moneda que es sostenida desde hace más de 24 años, un horrible apartheid económico para el pueblo cubano. Este sistema consiste en la distribución de un peso cubano para el conjunto de la población y un peso convertible a dólares para turistas, empresarios y  funcionarios de régimen.

Cuatro trabajadores médicos cubanos Ramona Matos Rodríguez, Tatiana Carballo Gómez, Fidel Cruz Hernández y Russela Margarita Rivero Sarabia  radicaron una denuncia en el 2018 sobre tráfico de personas, trabajo forzoso y la explotación de las misiones cubanas en el resto del continente americano. Las denuncias están vinculadas al programa que el gobierno de Dilma Rousseff en Brasil creó en el 2013“Mais Médicos” para enfrentar el problema histórico de la falta de médicos y para mejorar la Atención Básica en Brasil. El programa fue una muestra de la brutal explotación que el régimen castrista impone sobre los trabajadores. Las denuncias recaen contra las autoridades de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), por los contratos firmados con la Sociedad Mercantil Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos que actuaba como intermediaria entre el gobierno de Brasil y el de La Habana.

Los pagos del gobierno brasileño iban dirigidos un 5% a la OPS, un 10% al salario del médico, y el 85% restante al estado de Cuba, un reparto que le aportan alrededor de 8 mil millones de dólares por año al estado cubano y expresa en forma horrorosa el sometimiento de los médicos que participan en las misiones cubanas. Los médicos no pueden rechazar la convocatoria, son obligados a firmar un papel aceptando las condiciones, sin saber a dónde van, ni cuánto van a cobrar. Se enteran de su destino poco antes de llegar, y no pueden ir con pasaportes, ni con su familia, con lo cual el régimen se garantiza que el profesional regrese a su país. Los médicos no van solos, van acompañados por agentes de inteligencia que los vigilan a toda hora, ya sea en Brasil, en Venezuela, en Bolivia o en Angola. Son espiados, los obligan a cumplir con funciones políticas y de propaganda.

La  denuncia que realizan los médicos es que desde el 2013 la OPS tuvo una ganancia de 75 millones de dólares sólo en concepto de intermediaria entre el gobierno brasileño y el régimen cubano. En ella se acusa a Joaquín Molina, representante de la institución ante Panamá y Alberto Kleiman, Director de Relaciones Externas de la OPS, que pagó sólo una fracción del 10% a las matrículas que el gobierno de Brasil abonó a la OPS por sus servicios. A su vez, la OPS aportó al menos 85% al gobierno cubano, y retuvo una comisión de 5% para sí, por participar en el tráfico de personas entre Cuba y Brasil.

En la denuncia los médicos plantean que el gobierno “exporta” doctores y otros trabajadores de la salud a países extranjeros, lo que permite obtener enormes ganancias al estado cubano con prácticas fuera de las leyes internacionales que prohíben la explotación y el trabajo forzado como el tráfico de personas. A la denuncia de los médicos cubanos se sumaron denuncias contra más de 300 empresas europeas que poseen sus filiales en Cuba hechas en el 2019 ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional y la Presidencia del Parlamento Europeo.  Estas empresas que incluyen grupos hoteleros, firmas industriales, de servicio y bancos, violaron los estándares más básicos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Las Corporaciones empresariales se ampararon en la Ley 118-2014 de Inversión extranjera, sancionada en el 2014 por el régimen castrista que ataca los derechos laborales de los trabajadores garantizando las inversiones del capital imperialista. En el 2017 el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera cubano, Rodrigo Malmierca, declaró que a pesar del bloqueo, Cuba registró "cifras récords de inversión extranjera" por un monto que supera los 1.000 millones de dólares. Las inversiones extranjeras se concentran en las “Zonas Especiales” como la Zona de Desarrollo Mariel, que reciben inversiones de más de 20 países. La mayoría de las empresas europeas que desembarcaron en Cuba son 269 españolas, 42 italianas, 20 alemanas, 20 francesas, 13 de Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Holanda, Irlanda, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa y Suiza.

Las inversiones crecieron en tal magnitud que el régimen creó un ministerio especial para su administración. Así surgió el Ministerio para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica (MIECE) que establece un espantoso régimen laboral impuesto por el estado y el PCC. Bajo las leyes impuestas por el régimen castrista los trabajadores contratados no pueden negociar nada con su patrón, sino que es el MIECE autorizado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social quien establece las condiciones de contratación de los trabajadores cubanos o extranjeros residentes permanentes en Cuba que preste servicios en las empresas mixtas.

El MIECE es el que recibe las divisas por parte de la firma extranjera destinadas al salario de cada obrero, que luego del descuento de más del 90 por ciento, dejará para el operario escasas monedas que ni siquiera son percibidas en moneda extranjera, sino en pesos no convertibles. De los 690 dólares promedio que debería cobrar mensualmente cada trabajador, apenas consigue entre 25 y 40 dólares luego de la tajada que saca el MIECE del régimen castrista.

En 2007, Raúl Castro anunció el comienzo de las reformas económicas que planteó con el objetivo la reducción de gastos y la creación de nuevas fuentes de ingresos para el Estado. Lanzó una campaña de “eliminación de gratuidades indebidas”, para ahorrar miles de millones de pesos por año que en teoría era una opción para permitir el acceso de los empleados estatales a hoteles y otras instalaciones recreativas a precios preferenciales. Pero desde hacía tiempo las capacidades de esas instalaciones recreativas eran copadas por la clase dirigente.

Por temor a las críticas que desde la población podrían decirse sobre la élite, la comandancia del Ejército decidió que a partir de entonces los accesos a las instalaciones recreativas transcurrieran en casas de visita, villas y hoteles subordinados al PCC y al gobierno, lejos de la mirada de la población, en puntos alejados de las playas de Varadero, Cayo Coco o Guardalavaca, o a las afueras de La Habana y de las capitales de provincia. Allí es donde es posible encontrar esas instalaciones destinadas al descanso de la élite cubana que goza de un confort sólo comparable en con el que goza el turismo internacional.

Los dirigentes y funcionarios del régimen castrista se han convertido en una burguesía que goza de lujos enormes. Manejan importantes negocios y se deleitan  de una vida de oligarcas disfrutando de dietas especiales. Gran parte de las hoteleras cubanas forman parte del Grupo de Administración Empresarial, el holding corporativo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Los trabajadores hoteleros encuadrados en sus nóminas están sujetos a la legislación militar, lo cual garantiza a la oligarquía de las FAR gozar del privilegio de explotar a miles de trabajadores de la industria del turismo de Cuba. La conclusión de este proceso es propio de la Acumulación de Capital que describió Marx como común a todas las sociedades capitalistas: La desigualdad es enorme en Cuba entre los trabajadores y el pueblo por un lado; y la burguesía conformada por la élite del PCC, los funcionarios y los militares, por el otro. Y esta desigualdad se agrava día a día.

Un estado capitalista, disfrazado de “socialismo”

Millones de personas en el mundo creen que Cuba es un país socialista. Contribuye a ese engaño el hecho de que el actual régimen habla de socialismo, está encabezado por un partido que se llama “Comunista”, y utiliza la figura del revolucionario Che Guevara que encabezó la revolución del ’59, para hacer la propaganda del estado y el régimen cubano. También contribuye a este engaño la propaganda del imperialismo de EE.UU que se refiere tanto a Cuba, como a Venezuela como “países socialistas”. De ese modo, tanto la campaña del imperialismo como la del régimen cubano, mienten para ocultar la realidad de los trabajadores y el pueblo de Cuba, así como la del pueblo de Venezuela. 

Cuba es un estado capitalista. Lo que define si un estado es socialista o capitalista es para qué clase social trabaja el estado. Si el estado es socialista es un estado que va contra el capital y la explotación del hombre por el hombre, defendiendo los derechos de los trabajadores y el pueblo. Pero si es capitalista, lo que defiende el estado es la explotación de los trabajadores y el pueblo a favor del capital, sin importar cómo se llama el partido que maneja el estado. En el caso de Cuba, el carácter capitalista del estado se expresa tanto en las brutales condiciones de explotación y sometimiento de la población tanto como en la nueva Constitución impuesta por el régimen. La Constitución busca consolidar la Cuba capitalista con una ofensiva antiobrera y antipopular a favor de las inversiones capitalistas en la Isla.

Esta terrible situación de los trabajadores cubanos se impuso sobre la base de una brutal represión del régimen contra el pueblo y los activistas sindicales, sociales y políticos. En Cuba está prohibido tener actividad sindical por fuera de los sindicatos oficiales del estado que responden al PCC, está prohibido tener otra organización política, o social que no sea el PCC, o sus organizaciones afines. La imposición de este aplastamiento de las libertades democráticas más elementales está basada en más de 20.000 presos políticos, los cuales sufren aberrantes condiciones y toda una metodología sistemática de desapariciones, torturas y robos a las víctimas.

La situación de las Mujeres en Cuba es cruel. El régimen cubano impone condiciones de machismo y opresión de las mujeres con niveles de degradación espantosos. En la isla, el sentimiento de prevalencia del poder machista se manifiesta tanto en relaciones familiares, el abuso sexual, el trato de los jefes con sus subordinadas en los trabajos, y en el crecimiento exponencial de la prostitución. Bajo el régimen castrista las prostitutas se pasaron a denominar “jineteras”, llamadas así porque su actividad es “jinetear” a los turistas para poder sostener económicamente a las familias. De ese modo el “jineterismo” se ha convertido en una de las principales actividades económicas, y proveedoras de dólares, basado en la industria del “turismo sexual” en Cuba.

En este sentido, con la posibilidad que adquirieron las mujeres cubanas de casarse con un extranjero e irse del país, se exponen a un alto riesgo de convertirse en víctimas de las redes de trata de personas. La Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que responde al PCC, hace la vista gorda ante este hecho de brutal opresión. A toda esta situación de horrible degradación se suma que Lis Cuesta, la esposa del nuevo presidente de Cuba, Miguel Díaz- Canel, retoma el machista título de "primera dama" eliminado por la Revolución del ‘59 hace décadas.

También millones de negros sufren una brutal opresión en la isla mediante discriminación, inferiores puestos de trabajo, menores ingresos, viviendo en las peores viviendas, siendo minoría en las Universidades y mayoría en las cárceles. Los gays y lesbianas sufrieron siempre una gran represión, el régimen castrista los ha perseguido y enviado a campos de trabajo denominados Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP). Ahora tras la sanción de la nueva Constitución que los despoja de sus derechos, decidieron manifestarse el 11 de mayo pasado, pero fueron brutalmente reprimidos por la policía del régimen, habiendo hoy activistas LGTBI todavía en la cárcel. 

Presentar a este horrible régimen político como “socialista” busca engañar a millones sobre qué es realmente el socialismo. Y busca ocultar también lo que el capitalismo tiene preparado para los trabajadores del mundo entero. ¿Qué actitud hubiera asumido Trotsky si se encontrara invitado a exponer en un panel de la capital de un país en el cual el régimen somete a su pueblo a esta situación? ¿Habría hecho silencio al respecto? ¿Habría omitido formular opinión? No sabemos qué habría hecho Trotsky en La Habana en el año 2019. Pero sabemos perfectamente qué hizo durante toda su vida. Y fundamentalmente, qué hizo en la Unión Soviética entre 1923 y 1929, cuando surgió la horrible dictadura stalinista encabezada por Joseph Stalin y el PCUS.

Una dictadura capitalista busca perpetuarse en Cuba

Trotsky fue expulsado de la URSS por denunciar que el gobierno de Joseph Stalin  transformaba el régimen de los Soviets en una dictadura que ponía en peligro las conquistas de la Revolución de Octubre. Denunció que el régimen abandonaba los principios marxistas y socialistas. Por sus denuncias, él fue expulsado de la URSS, y de varios países imperialistas, pero continuó denunciando a los gobiernos capitalistas y al retroceso sufrido por el régimen instaurado en la URSS. Sin duda, hoy denunciaría al régimen de Cuba y la dramática situación que sufren los trabajadores y el pueblo cubano.

Y no sólo denunciaría eso, denunciaría a la nueva Constitución de Cuba sancionada por el régimen del PCC con el objetivo de liquidar la herencia de la Revolución Cubana del 1° de enero 1959, dirigida por Fidel Castro y el Che Guevara. Esta revolución dio origen al primer estado obrero de la historia de América Latina, permitió un enorme avance del pueblo cubano en materia de trabajo, salud, educación, erradicó la mortalidad infantil, y se constituyó en un faro y ejemplo a seguir gozando de la simpatía de millones de obreros y pobres de América Latina y el mundo. Por haber comenzado esta revolución, Cuba sufrió la represalia criminal del imperialismo de EE.UU y mundial, con invasiones, agresiones, y un horrible bloqueo económico que debió soportar por décadas, hasta hoy.

Pero el régimen stalinista instaurado por Fidel Castro se negó a enfrentar el bloqueo imperialista con la herramienta más eficaz que existe para la defensa de cualquier estado que quiera emprender un rumbo socialista: La extensión de la revolución a toda América Latina. Bajo la égida de la burocracia soviética que impuso al régimen castrista la doctrina stalinista de “Socialismo en un solo país”, el gobierno de Castro se negó a impulsar la revolución en América Latina. Esta estrategia  trajo como consecuencia, en primer lugar el asesinato en soledad del Che Guevara en Bolivia en 1967, abandonado y traicionado por el Partido Comunista. Luego, en los 70’s cuando triunfó la revolución en Nicaragua, Fidel Castro y el régimen cubano plantearon la doctrina de que “Nicaragua no será una nueva Cuba” dejando claro que la postura del estado cubano no era la de extender la revolución socialista a Centroamérica, lo que hubiera permitido a Cuba romper el aislamiento.

Igual estrategia mantuvo el régimen castrista en los 80’s frente a la Revolución Salvadoreña cuando casi un tercio del territorio cayó en manos de los revolucionarios y las masas. En ese momento, el PC propició el asesinato de Cayetano Carpio que representaba el ala más radical del Frente Farabundo Martí. Incluso cuando emergió el Chavismo en Venezuela en los 90’s, Castro asistió personalmente a la asunción de Chávez para plantear que Venezuela no debía seguir el camino de Cuba, en un discurso planteado en la Universidad de Caracas.

La estrategia del “Socialismo en un solo país” dejó a Cuba indefensa. Y le facilitó al imperialismo la política del bloqueo y el aislamiento, así como permitió a la élite del PC convertirse en una nueva burguesía tal que como sucedió en China, en la URSS, en Vietnam y en todos los estados donde la revolución había comenzado, pero sufrió el freno del stalinismo. Se confirmó de ese modo el pronóstico de Trotsky en la Revolución Traicionada de 1937: “Un aislamiento indefinido provocaría infaliblemente, no el establecimiento de un comunismo nacional, sino la restauración del capitalismo” Lo que pretende el régimen encabezado por el PCC y Miguel Díaz-Canel, es perpetuar una dictadura capitalista en la Isla, que profundice la defensa de las inversiones de las multinacionales. La dictadura tiene al Presidente Díaz- Canel en un vértice, a las Fuerzas Armadas en el otro y a Raúl Castro como Secretario General del PCC, en un triángulo legalizado por la nueva Constitución, en un desesperado intento de ajustar el torniquete contra las masas cubanas.

Un coro de aduladores en un evento de apoyo al régimen

¿De qué hablaron el conjunto de intelectuales y los grupos que se reclaman trotskistas que se reunieron en La Habana durante tres días para homenajear a Trotsky? Hablaron sobre lo humano y lo divino. No hubo casi tema al que no hicieran referencia. Pero hubo un tema que evitaron pudorosamente: La cuestión de la situación política en Cuba. Al referirse a Cuba, sólo hablaron de la “agresión y bloqueo imperialista” cuestión que es correcta, pero de la dictadura y el régimen castrista, así como de la nueva Constitución, no dijeron ni una palabra.

Por supuesto, nada se podía esperar de la pléyade de intelectuales convocados, y en algunos casos financiados, por CLACSO. Eric Toussaint fue funcionario del gobierno capitalista de Rafael Correa en Ecuador, del gobierno capitalista de Fernando Lugo en Paraguay y del gobierno capitalista de Chávez actuando como asesor del ministro venezolano de Desarrollo Económico y de la Planificación. Toussaint es funcionario a sueldo e ideólogo del Castrismo y del chavismo, cuyo máximo aporte fue la creación del Banco del Sur ¿Qué críticas al régimen cubano podíamos esperar de un funcionario como Toussaint?

¿Y de Robert Brenner? El escritor marxista es actualmente director de la revista New Left Review, “Revista de la Nueva Izquierda”, por su nombre en español. Esta publicación tuvo mucho prestigio entre la izquierda norteamericana en los 60’s y 70’s, pero entró en decadencia, y terminó siendo financiada y publicada por el régimen de Rafael Correa en Ecuador, transformándose actualmente en una triste vocera del castrochavismo. Paul Le Blanc fue miembro de la ISO de EE.UU, grupo que se disgregó espectacularmente este año, y actualmente apoya al socialdemócrata Bernie Sanders que es senador del Partido Demócrata norteamericano. Nada podíamos esperar de Brenner, Le Blanc, y  Toussaint, todo un conjunto de intelectuales ideólogos y voceros de CLACSO y el castrochavismo.

Algunos grupos que se reclaman trotskistas estuvieron presentes en el evento, entre ellos The Militant de Inglaterra, PTS de Argentina, y UIT que también tiene su base en Argentina. ¿Qué actitud tuvieron estos grupos? The Militant es un grupo que hace rato actúa como asesor del castrochavismo. Alan Woods su principal dirigente, se ufana de haber actuado como colaborador de Hugo Chávez, y su corriente conformó el PSUV junto al chavismo. Nada interesante podía surgir de un grupo que hace tiempo ya, rompió con Trotsky y el trotskismo, para transformarse en un vergonzoso agente del castrochavismo.

El grupo PTS de Argentina presentó su informe reportando orgulloso que actuaron como auspiciantes del evento. A través de su ONG “CEIP León Trotsky”, se deshizo en elogios para el funcionario cubano Frank García: “…Agradecemos a Frank García las palabras de reconocimiento que nos brindó en la inauguración...” El grupo utiliza la ONG “CEIP León Trotsky” para financiar la publicación y venta de libros de Trotsky.  En la búsqueda de financimiento ha logrado donaciones y acuerdos económicos que le han permitido instalar una sucursal de la ONG en México para actuar en sociedad con el Museo Casa León Trotsky, que es a su vez subvencionado por el gobierno de México.

El grupo presenta un largo reportaje al funcionario castrista Frank García titulado “En Cuba nos hacía falta Trotsky” aprovechando la oportunidad para presentar en Cuba los Escritos Latinoamericanos, de este autor, coeditados con el Museo Casa León Trotsky. En su informe, el representante de la ONG “CEIP” no dice ni una palabra sobre la dictadura venezolana, tampoco habla del apoyo de la dictadura cubana a la dictadura venezolana, ni la más mínima crítica al régimen, no mencionan la nueva Constitución, y ni la actual situación del pueblo de Cuba. 

Simón Rodríguez Porras, representante venezolano del grupo UIT también se deshizo en su informe en elogios para el funcionario Frank García. Así lo explica:”…García de manera admirable logró superar los obstáculos para su realización, con la colaboración de jóvenes igualmente tenaces como la periodista Lisbeth Moya y el escritor Yunier Mena…” La única crítica al castrochavismo que esbozó Simón Porras fue sobre Venezuela. Tratándose de un venezolano debía ineludiblemente hacer referencia a la espantosa situación de su pueblo, pero incluso en su denuncia la postura del grupo UIT sorprende. El pueblo venezolano vive una verdadera tragedia bajo la bota de la dictadura chavista y sus grupos paramilitares asesinos que han provocado tres millones de exiliados, hambre, miseria, persecuciones, y presos políticos.

Pero el grupo UIT evitó denunciar que el gobierno de Maduro es una dictadura que se parece cada día más al carnicero dictador Bashar Al- Assad. Se limitó a decir que en Venezuela  hay un “ajuste económico”, como si éste fuera un país capitalista como Argentina, o Brasil, donde no hay una dictadura. Porras reclamó la necesidad de una “plena independencia política”, pero no dijo una palabra sobre la dictadura venezolana, ni tampoco del apoyo de la dictadura cubana a la dictadura venezolana. Y cuando se refirió a la situación de Cuba solo hizo referencia al bloqueo, pero no habló de la situación del pueblo de Cuba, ni emitió la más mínima crítica al régimen cubano, ni tampoco mencionó la nueva Constitución de Cuba.

Un evento para lavar la cara al régimen de Cuba

¿Por qué el régimen castrista organizó un evento de homenaje a León Trotsky? ¿Y por qué este evento está auspiciado por CLACSO, un think- thank “progresista” sostenido por UNESCO y la ONU? Sorprende la explicación de la realización de este evento que ofrecen tanto los intelectuales como los grupos que se reclaman trotskistas. Ellos dicen que la realización de este evento expresa una lucha entre distintos sectores del aparato estatal cubano. Todos comparten esta conclusión común, y al hacerlo, desempolvan la “Teoría de los Campos burgueses progresivos”, y la aplican para Cuba. Plantean que hay un sector “progresivo” del aparato estatal cubano, en lucha contra otro sector “regresivo”. Veamos como explican las razones por las que se produjo el evento.

Así lo explica Suzi Weissman, una de los intelectuales presentes: “…¿Qué significa que esta conferencia tuviera lugar en La Habana? Una conjetura podría ser que representa una apertura, o la posibilidad de una apertura política. Raúl Castro es miembro desde que era muy joven del Partido Comunista Cubano, dejó la presidencia del país en abril de 2018, pero seguirá siendo Primer Secretario del Partido hasta 2021. Al actual presidente cubano, Miguel Díaz-Canel…lo llaman un “reformista cuidadoso”…era conocido por su largo cabello, por andar en bicicleta y pasear con pantalones “bermuda”. Fue un firme defensor de los derechos LGBT en una época en que la homosexualidad era desaprobada…Por el otro lado, Raúl Castro estaba notoriamente más vinculado a la política del PC que su hermano, Fidel. La microscópica, e incluso algo misteriosa, apertura política que permitió que una conferencia sobre Trotsky tuviera lugar en Cuba, ¿tuvo algo que ver con el fin del gobierno de Raúl y el ascenso de Díaz-Canel? No hay una evidencia directa sobre esto, y hasta que la haya, no sigue siendo más que una especulación…”

Para Weissman, el evento fue “…una apertura, o la posibilidad de una apertura política…” Y para ella la “apertura” estaría encabezada por:”…el actual presidente cubano, Miguel Díaz-Canel…un “reformista cuidadoso”. Weissman embellece a Dìaz- Canel pintándolo como un “rebelde”:”…conocido por su largo cabello, por andar en bicicleta y pasear con pantalones “bermuda”. Pero Weissman da una biografía de Miguel Díaz-Canel en el cual “olvida” una parte importante: El actual presidente de Cuba que asumió el cargo en abril de 2018 de manos del expresidente Raúl Castro inició su carrera como oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Las FAR son un pilar fundamental de la dictadura capitalista que esta impuesta en Cuba.

Weissman ofrece la hipótesis de que Díaz- Canel es un ala  “progresiva” contra el ala “regresiva” de Raúl Castro, y así lo explica:”…Por el otro lado, Raúl Castro estaba notoriamente más vinculado a la política del PC que su hermano, Fidel. La microscópica, e incluso algo misteriosa, apertura política que permitió que una conferencia sobre Trotsky tuviera lugar en Cuba, ¿tuvo algo que ver con el fin del gobierno de Raúl y el ascenso de Díaz-Canel? Estas hipótesis de Weissman son publicadas por la ONG “CEIP” del grupo PTS, sin que fueran rebatidas por la ONG. También publicó las hipótesis de Weissman la Revista Herramienta, una publicación que intentó hace años presentarse como representante de los debates teóricos de la izquierda, pero también abandonó  los principios marxistas para convertirse en un órgano del castrochavismo. Los grupos publican estas declaraciones de Weissman sin polemizar con ellas, las difunden y dejan correr sin rebatirlas, para esparcir estas disparatadas teorías que provocan confusión en la vanguardia y los honestos militantes revolucionarios.

Resultan peor aún las conclusiones que Simón Porras y el grupo UIT realizan sobre la conferencia. El grupo UIT no pone la “Teoría de los Campos burgueses progresivos” en boca de Suzi Weissman, la ponen en su propia boca. Así lo explica el representante venezolano del grupo UIT:”…En la inauguración del evento, García consideró a los trotskistas cubanos como revolucionarios incomprendidos y para muchos en el aparato estatal, Trotsky sigue siendo una mala palabra…” Y agrega: “No son pocos los académicos e intelectuales cubanos que se esfuerzan por incorporar el estudio de la obra y el legado teórico del revolucionario ruso a la reflexión sobre la experiencia soviética y sobre los cambios en curso actualmente en la isla, superando resistencias institucionales de vieja data”

Sorprende este informe de Simón y el grupo UIT. Al afirmar que “muchos en el aparato estatal consideran a Trotsky mala palabra”, ¿Significa que habrá “pocos” en el aparato estatal que son diferentes? El grupo UIT no se anima a reflotar abiertamente la Teoría de los Campos burgueses por su pasado en la corriente que impulsó el revolucionario trotskista Nahuel Moreno que denunció, sistematizó, y combatió esta teoría. Pero la sugieren al afirmar que:“…No son pocos los académicos e intelectuales cubanos que se esfuerzan por incorporar el estudio de la obra y el legado teórico del revolucionario ruso…” ¿Quiénes son para el grupo UIT y Simón estos ”académicos e intelectuales cubanos” que impulsan a Trotsky? Como vimos, existe una terrible dictadura en Cuba que reprime a los opositores, los encarcela y tortura ¿los ”académicos e intelectuales cubanos” a los que se refiere Simón y el grupo UIT están en la clandestinidad enfrentando al régimen? ¿O se refieren a Frank García y quienes organizaron el evento bajo el auspicio del Ministerio de Educación del régimen?

Simón y el grupo UIT explican que este grupo de intelectuales impulsan a Trotsky para reflexionar: “…Sobre los cambios en curso actualmente en la isla, superando resistencias institucionales de vieja data” (sic) ¿A qué se refiere Simón cuando habla de “…los cambios en curso actualmente en la isla”? Según ellos explican, estos cambios superan “resistencias institucionales de vieja data”, toda clase de eufemismos para no decir que en Cuba hay desde hace décadas una horrible dictadura. Simón y el grupo UIT ven positivo el accionar de Frank García y sus colaboradores. Según ellos “lucharon tenazmente” para hacer el evento. Serían quienes enfrentan las “… resistencias institucionales de vieja data…” Simón y el grupo UIT aportan una sutil versión de la “Teoría de los Campos burgueses progresivos”, de autoría propia.

Un evento sobre Trotsky, al cual Trotsky jamás asistiría

Las hipótesis que desarrollan los intelectuales y los grupos que se reclaman trotskistas que asistieron al evento, son un verdadero disparate. Estas hipótesis y Teorías de los Campos que publican, difunden, o explican tienen un único objetivo: Justificar su capitulación al régimen castrista. La única manera de ocultar la capitulación que han protagonizado al asistir al evento, es pintando una realidad que no existe. Frank García apoya públicamente la nueva Constitución de Cuba que barre con los derechos del pueblo. No es representante de ningún sector progresivo.

El evento estuvo acotado a funcionarios y a los grupos presentes. No fue un acto de masas, no se permitió a sectores de la vanguardia y el pueblo cubano asistir. Así lo reconocen el propio Simón y el grupo UIT en su informe: “…Lamentablemente la asistencia de jóvenes estudiantes, investigadores y activistas cubanos fue muy limitada. La actividad no se anunció públicamente y el ingreso a la casa “Benito Juárez” estaba restringido a una lista de invitados elaborada previamente…”
Esta actitud del régimen que Simón y la UIT “lamenta” es natural en toda dictadura que está imponiendo una nueva Constitución. Y es parte de una estrategia que busca perpetuar una dictadura capitalista, una política riesgosa en medio de una aguda crisis mundial del capitalismo. Como lo saben los oligarcas del PCC Cubano, las dictaduras no están de moda en el mundo. El pueblo venezolano se ha levantado contra la dictadura, el pueblo nicaragüense también se ha alzado contra su dictadura, en la Primavera Árabe en el 2011 millones se han levantado en Medio Oriente contra las dictaduras, ahora la Primavera Árabe ha entrado en una nueva fase con las revoluciones contra las dictaduras de Sudan y Argelia. ¿Por qué el régimen cubano va a salirse con la suya, sin que las ondas de la revolución mundial contagien la isla?

El homenaje a Trotsky tiene como objetivo lavarle la cara al horrible rostro de la dictadura capitalista encabezada por Díaz- Canel y Raúl Castro. Pretenden usar la figura incorruptible del gran revolucionario ruso León Trotsky para mostrarse “renovados”, para hacer creer a las masas que hay un rumbo socialista. Y usan a los intelectuales a sueldo y los grupos “trotskistas” para lavarse su rostro. Aun así, la oligarquía del PCC tiene tanto miedo de su propio pueblo que la apertura de las compuertas es sólo muy limitada. Como lo informa el propio Simón del grupo UIT, hicieron un evento con una “lista de invitados elaborada previamente…” para evitar la entrada de algún incómodo invitado que hablara de la realidad de Cuba, criticara la dictadura, o denunciara la nueva Constitución.
Éste fue un evento sobre Trotsky, al cual sin dudas él jamás asistiría. Ninguna organización con moral revolucionaria puede pisar el suelo de La Habana y no rebelarse ante la mordaza del régimen, para hacer silencio sobre la dramática situación del pueblo cubano, y no llevar a cabo ninguna crítica al régimen castrista. Las organizaciones que se reclaman trotskistas y se hicieron presentes en el evento, dieron muestra de su irreversible proceso de socialdemocratización, actuando como comparsa del régimen castrista.

Suzi Weissman en su informe sobre el evento plantea:”…Los participantes provenían de todo el espectro de la política trotskista…desde Ernest Mandel hasta Nahuel Moreno, hasta Gerry Healy y Hillel Ticktin...” Debemos hacer una aclaración en este punto. Así como Trotsky hubiera rechazado ese evento, también lo habría hecho Nahuel Moreno. Que el nombre de Nahuel Moreno aparezca vinculado a este evento pro- castrista es responsabilidad del grupo UIT, que se sigue reivindicando morenista. Ya bastantes calumnias ha recibido Nahuel Moreno por responsabilidad del accionar cotidiano de grupos que se reivindican públicamente morenistas, pero van en contra de toda la tradición de Nahuel Moreno. Las actitud de los grupos que se enuncian morenistas pero capitulan a las direcciones contrarrevolucionarias, provocan confusión en el activismo y quienes se acercan a la izquierda. El grupo UIT, participando de este evento, ensucia el nombre de Moreno y su lucha de décadas en defensa del trotskismo ortodoxo.

El régimen castrista permitió este evento en medio de la grave agonía del castrochavismo, la corriente política que encabeza y durante 20 años dominó la escena de la izquierda latinoamericana. Millones tuvieron expectativas en Castro, Chávez, Lula, Cristina Kirchner, Correa, Evo Morales, AMLO, y Lugo. Ahora, esa corriente política es repudiada, sus dirigentes van presos, y millones se apartan de ellos. El proceso revolucionario que conmueve a América Latina va contra el régimen castrista, y está sepultando al castrochavismo, y es precisamente la crisis final, y definitiva de estas corrientes lo que abre las verdaderas posibilidades para el desarrollo de corrientes revolucionarias en América Latina. Pero para ello, es necesario no despertar la más mínima expectativa en ningún ala del descompuesto régimen castrista, ni de ningún sector del castrochavismo.

Toda política trotskista y revolucionaria en Cuba, parte de la tarea principal que es impulsar la más amplia movilización del pueblo cubano contra la dictadura capitalista del PCC y Díaz- Canel. La lucha contra el bloqueo imperialista está íntimamente ligada a la lucha contra la dictadura del régimen que encabeza Díaz- Canel, porque sin liberar las fuerzas del pueblo cubano quitándole todas las ataduras y mordazas del régimen, no puede llevarse a cabo la movilización necesaria para derrotar el bloqueo imperialista. La denuncia implacable del régimen es necesaria para permitir que el pueblo cubano encuentre un apoyo para liberar sus fuerzas, reclamando por las más amplias libertades democráticas y luchar por el derecho de reunión, el derecho de huelga, el derecho de expresión, el derecho de libre circulación, por la libertad de los presos políticos y sociales en Cuba, por la libertad de construir partidos obreros y revolucionarios alternativos al PCC. Por el derecho a levantar sindicatos y organizaciones sociales democráticas e independientes del estado y el PCC, que defiendan los intereses obreros, y populares. El programa revolucionario y trotskista en Cuba debe contemplar defender los derechos de la mujer, eliminar la prostitución, y defender los derechos LGBTI, de los negros y todas las diversidades.

La tarea es parte del impulso a la más amplia e importante movilización del pueblo cubano, uniéndola a la lucha de todos los pueblos de América Latina, del pueblo norteamericano y mundial. Esta es la única manera de enfrentar el criminal bloqueo imperialista y derrotarlo. Es la política que nos dejó Trotsky, lejos de los paneles de los intelectuales, funcionarios y académicos, unido a los millones de cubanos que sufren la represión del régimen, junto a los miles que sufren cárceles, y persecución. Él la desarrollaría con la pasión que siempre lo caracterizó. Y con la misma pasión, siguiendo sus enseñanzas, nos comprometemos a desarrollar el Reagrupamiento de los Revolucionarios desde la corriente que estamos construyendo.

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