15 jun 2010

AUMENTAN LOS RECLAMOS SALARIALES DE LOS GREMIOS


Aunque la oposición quiera presentar conflictos como un mal dato, en el fondo es bueno.

En lo que va del año han aumentado las medidas de fuerza de los trabajadores. Para la oposición sería un dato de que el país va mal. Es al revés: mejora la economía y con ella las demandas de los asalariados.
EMILIO MARÍN

Los sojeros se quejan de llenos porque la de 2010 será la segunda cosecha récord de la historia con más de 90 millones de toneladas de granos. “Los gringos lloran miseria”, se suele decir para cuestionar esos lamentos que encubren buenos negocios.
Y siguen llorando. Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria, pidió una devaluación que lleve el dólar a 5,60, según los diarios del 30 de mayo.
Sin embargo ese sector sigue figurando a la cabeza de los que más evaden y explotan una mano de obra semi-sumergida en la informalidad, con menores ingresos. En Córdoba se descubrieron bandas de exportadoras y productores que evadían a la AFIP por varios millones de pesos de “soja negra”.
Sin embargo los trabajadores rurales no están a la cabeza de los reclamos salariales. Tiene mucho que ver la actitud de la cúpula de Uatre (trabajadores rurales y estibadores). Gerónimo “Momo” Venegas, su secretario general, es un operador duhaldista más preocupado en jugar en la interna del peronismo disidente que en mejorar los sueldos de sus pobres afiliados.
Lo sojeros no son los únicos que dicen vivir en el peor de los mundos. Hay popes industriales que los superan: sus ejercicios anuales dan fabulosos superávit pero sólo se muestran dispuestos a pagar migajas.
Es el caso de Arcor, la multinacional argentina de las golosinas y galletitas que tiene 31 fábricas, la mayoría en el país pero varias en Latinoamérica, con 20.000 empleados. En 2009 facturó por 2.200 millones de dólares y al año siguiente aumentó a 2.500 millones (dicho sea de paso, si prosperara la devaluación pedida por el sojero santafecino, entre los grandes ganadores estarían los Pagani, de Arcor, que es una de las mayores exportadoras).
Sin embargo, pese a esos números tan robustos, ese monopolio se cerró frente a los reclamos de los agrupados en el Sindicato de la Alimentación. Tuvieron que transcurrir cuarenta días de plan de lucha y casi un mes de huelga con piquetes y cortes de calles, para que Luis Pagani firmara 35 por ciento de aumento. La cifra puede parecer monumental, pero no lo es si se tiene en cuenta el bajo piso de esos sueldos y las tres cuotas en que se desdobló el porcentaje, que se terminarán de percibir en abril de 2011. Encima, fueron despedidas 6 personas para “ablandar” y que no haya más conflictos.
Ese dueño de las golosinas logró pronunciamientos de la Unión Industrial Argentina en contra de las demandas salariales. Según su presidente Héctor Méndez, había una “actitud extorsiva” de los sindicatos y también “suicida” porque así se dispararía la inflación, con pérdidas para toda la sociedad. No fue así. En nuestro país la causa fundamental de la inflación es el manejo monopólico de 200 formadores de precios, entre ellos Arcor.

Reclamos por doquier
Uno de los gremios que no aceptó la oferta fraccionada en abril, julio y octubre fue el de docentes universitarios y Conadu Histórica. Les ofrecían el 20 por ciento en tres cuotas. El comunicado firmado por su secretaria general, Claudia Baigorria, contrastó eso con lo que habían obtenido otros gremios: “35% petroleros, 35% alimentación, 30% gastronómicos, 29% mercantiles; 35% reclaman la UOCRA, telefónicos, metalmecánica, trabajadores del neumático, subterráneos, de la carne, plásticos, químicos, etc”.
A esto habría que añadir el 31 por ciento solicitado por Hugo Moyano a la Federación de Empresas de Autotransporte de Cargas (Fadeeac):16 por ciento con los salarios de julio y el 15 restante en octubre. Nadie puede desconocer que el planteo de Moyano tiene la resonancia propia de un gremio estratégico y la significación que le da ejercer la conducción de la CGT de Azopardo 802.
Al subir la varilla hasta el 31 por ciento, el camionero dejó descolocadas a las dirigencias de UPCN y Bancarios que firmaron por el 21 y el 23,4 por ciento respectivamente.
Los empleados de bancos, cuya asociación gremial tiene preso a Juan José Zanola en la causa por los medicamentos truchos y otros delitos, obtuvieron ese aumento insuficiente pese a que las patronales estaban en posición de dar otro más sustancial. Es que en 2009 sus ganancias fueron 8.048 millones de pesos, un 68,6 por ciento más que en el ejercicio anterior. Tal evolución siguió siendo más que positiva en lo que va de 2010, según la información del Banco Central para el primer cuatrimestre.
La mayor conflictividad también se confirma con la estadística de Nueva Mayoría, que en su último informe de junio reportó: “en mayo hubo 66 cortes de ruta y vías públicas, de los cuales 30 fueron realizados por organizaciones sindicales. Hacía dos años que los gremios no realizaban tantos piquetes, una modalidad de protesta instalada en los años 90 por grupos de desocupados”.

¿Bueno o malo?
Una visión pesimista sobre la situación argentina, y especialmente acorde a los puntos de vista de la oposición, aseguraría que tantos conflictos demuestran “lo mal que está el país”. La culpa, obvio, del gobierno.
Sin embargo, el hecho de que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, se haya negado a convalidar la tesis de la UIA de que las demandas salariales serían la fuente de la inflación, comienza a desmentir aquella visión.
Cristina Fernández aplicó una serie de medidas pro activas y ahora piensa incrementarlas con créditos que el Banco Central pondrá a disposición de los bancos. Algunas decisiones fueron incorrectas, como haber prestado 70 millones de dólares a la General Motors, algo que la presidenta reivindicó en su reciente conversación con Bill Clinton.
Como sea, la economía continuó creciendo a pesar de los desaguisados de la crisis capitalista global. Un economista que no tiene ninguna simpatía por el kirchnerismo, como Néstor Scibona, escribió: “es cierto que después de la recesión de 2009 -nunca registrada por el Indec-, el PBI de la Argentina viene creciendo en los tres últimos trimestres a una tasa anualizada promedio del 9%, similar a la de Brasil, Uruguay o Perú” (“La Nación”, 13/6).
Uno de los segmentos líderes de ese aumento de la economía es la producción automotriz, que llegará en 2010 a los 700.000 vehículos. Según declaró la ministra de Industria, Débora Giorgi, la cifra podría trepar en 2011-2012 al millón de unidades.
El ABC de la lucha sindical, descubierto en los albores del gremialismo, plantea que cuando hay un ciclo expansivo de la economía la ocasión es más propicia para los reclamos salariales y de mejores condiciones de trabajo. La patronal carece de argumentos para decir que no tiene cómo afrontar esos pagos y a la vez está tensionada por el apuro de entregar su producción.
Desde este ángulo, la mayor conflictividad actual es un reflejo de que a las empresas les está yendo bien. Su personal les ha tomado el tiempo.
No hay dudas de que la evolución del producto bruto es positiva. El Ministerio de Economía informó el 1 de junio que en mayo había tenido un récord de recaudación: $39.344 millones de pesos, 44,2 por ciento más que en igual mes de 2009. Casi un tercio de ese récord se debió a una mayor recaudación del impuesto a las ganancias pagado por las empresas. Este último rubro se empinó 76 por ciento en el cotejo interanual.
En definitiva, tanto los balances de empresas y bancos, como las cuentas del Estado nacional (y las de las provincias, que obtuvieron un largo respiro de su deuda con la Nación), muestran números superavitarios. Están en buenas condiciones para sentarse a discutir en paritarias con los trabajadores y pactar un aumento de haberes y en las demás condiciones de trabajo.
El gobierno dice que lo ha hecho. Pero en algunos casos fue insuficiente, como el 21 por ciento dado a UPCN y empleados públicos, así como la actualización a los jubilados, cuyo haber mínimo es de 895 pesos. Y en otros momentos magnifica los logros, como cuando Néstor Kirchner aseguró que los nuevos jubilados eran cuatro millones (discurso al lanzar el instituto Gestar). La Anses ha precisado que “los nuevos son 2.332.295 beneficiarios, sobre un total de 5.582.207 del régimen de previsión social”.
La situación económica ha mejorado al punto que el diputado kirchnerista Héctor Recalde elaboró un proyecto de ley para que los trabajadores participen de la distribución de dividendos de las empresas. Méndez, de la UIA, furioso, lo mandó a…vivir en Cuba.

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