Organizaciones
políticas de Misiones descubrieron el funcionamiento de una red de
espionaje montada por la policía provincial para investigar
organizaciones políticas, sociales, sindicatos y activistas e
identificaron a los espías.
La
red de espionaje funcionaba haciendo pasar a policías por periodistas,
que se colaban entre los medios de prensa que cubrían las
manifestaciones y entrevistaban y tomaban fotos de los manifestantes.
Así, la policía espiaba organizaciones, trabajadores y luchadores de la
provincia y realizaba investigaciones clandestinas.
La
red de vigilancia ilegal fue descubierta por una averiguación llevada
adelante por ATE Misiones, luego de que en una marcha convocada contra
los despidos en diferentes organismos del Estado en la ciudad de Posadas
dos presuntos periodistas sin acreditación no respondieran a qué medio
de prensa pertenecían y se retiraran súbitamente del lugar luego de
haber entrevistado y fotografiado a los
presentes. Uno de los dos espías presentes en la movilización fue
identificado como el Cabo Cristian Soto, el otro aún resta identificar.
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