Ernesto Alonso
24 de marzo
A 38 años del Golpe
La guerra de Malvinas, la asignatura pendiente.
(*) Por Ernesto Alonso
El camino recorrido por nuestro pueblo en la lucha contra la impunidad,
ha dado luz en este presente de Memoria, Verdad y Justicia a la noche
oscura vivida durante la dictadura cívico militar (1976 – 1983). La
democracia se consolida y es en el marco del debido proceso y de las
leyes vigentes que los delitos aberrantes cometidos durante ese período
son investigados y juzgados.
A partir del año 2003 se redobla la
decisión política, Néstor Kirchner permite consolidar una verdadera
política de Estado desarmando el andamiaje jurídico de las leyes de la
impunidad.
Hoy cientos de represores están cumpliendo condena en
cárceles comunes demostrando que en nuestro país hubo un genocidio
planificado para secuestrar, asesinar y desaparecer. Recuperamos y
resignificamos los centros del horror transformándolos en sitios de la
memoria y en espacios de formación y difusión que permiten generar
conciencia revisando ese pasado para reafirmar el Nunca Más.
Pero
hay una asignatura pendiente que es la búsqueda de la verdad de los
hechos aberrantes cometidos durante el conflicto de Malvinas contra los
soldados conscriptos.
Una decisión tomada por un gobierno ilegítimo e
ilegal que nos llevo a una aventura bélica que finalmente nos alejó de
Malvinas, permitiendo avanzar en el Atlántico Sur al colonialismo
Británico con su poder militar.
Solo con mencionar algunos nombres
de quienes participaron en Malvinas nos representan a los verdugos de
los campos de concentración: Alfredo Astiz, Antonio Pernías y Jorge
“Tigre” Acosta (ESMA), Carlos Estaban Pla, responsable del asesinato de
Graciela Fiocchetti, Daniel Polano (Campo de Mayo), Horacio Losito (
Masacre de Margarita Belén), Carlos del Señor Hidalgo Garzón (
apropiador de Catalina de Sanctis Ovando), Alejandro D’agostino imputado
por los vuelos de la muerte, y podríamos dar cientos de nombres de
represores condenados o procesados que fueron a Malvinas.
Al regreso
de la democracia las organizaciones de ex combatientes exigíamos la
creación de una comisión bicameral para que se investiguen los hechos de
Malvinas, pero eso nunca ocurrió.
En el año 2007 presentamos en el
Juzgado Federal de Río Grande Tierra del Fuego el trabajo realizado por
el entonces Subsecretario de DD.HH de la Provincia de Corrientes el Dr.
Pablo Vassel con las primeras 23 denuncias realizadas por ex soldados
conscriptos combatientes en Malvinas por violaciones a los DD.HH. Hoy
son más de cien las denuncias presentadas hasta el momento, donde a
prima facie se subsumen en los delitos de Reducción a Servidumbre y
Tortura y Tortura Seguidos de Lesiones Graves y/o Gravísimas y/o de
Muerte y/u Homicidio.
Ya transcurrieron siete años desde esa
presentación judicial donde el juzgado de primera instancia y la cámara
de Comodoro Rivadavia los declara como delitos de lesa humanidad
imprescriptibles.
En Agosto de 2012 en un recurso presentado por el
Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas CECIM – La Plata la causa
llega a la Corte Suprema de Justicia y se encuentra sin definición hasta
la fecha.
Mientras la justicia argentina hace caso omiso nos
preguntamos, ¿cuantos años más tendrán que esperar los padres de Rito
para dilucidar el asesinato de su hijo en Malvinas?. ¿Cuanto tiempo más
tendremos que esperar para saber quien fue el responsable de la muerte
de Secundino que muere de hambre y congelado?. ¿Cuanto tiempo tendrán
que esperar Silvio, Claudio y Sergio para que se investiguen las
torturas sufridas en Malvinas por el hecho de ser Judíos?.
Los
hechos ocurridos en Malvinas son delitos de lesa humanidad, y en
consecuencia imprescriptibles ya que la implementación de la tortura
como método utilizado en las Islas Malvinas por oficiales y suboficiales
de las Fuerzas Armadas, con los soldados, obedecieron a circunstancias
políticas enmarcadas en cuestiones ideológicas y montadas desde el
aparato del Estado, bajo cuyo amparo y garantía de impunidad actuaron
llevando a cabo una práctica generalizada que de por si constituyó una
grave violación a los derechos humanos, justamente por que fueron
implementados y llevados a cabo por sujetos que respondían a ese poder.
Todos los testimonios de los soldados encuadran en el derecho público
internacional “como delitos de lesa humanidad” dado que nos encontramos
frente a diversos hechos de extrema gravedad: torturas, vejámenes,
crímenes, etc., orquestados desde el Estado y por lo tanto delitos que
atentan contra los derechos humanos y que resultan imprescriptibles a la
luz de las normas legales vigentes. Es de aplicación la “Convención
sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa
humanidad, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 26
de noviembre de 1968, aprobada por la República Argentina ley 24.584
del 1 de noviembre de 1995, habiéndose otorgado jerarquía constitucional
según ley 25.778.
A esta Argentina que reivindica los símbolos
morales de la lucha contra el terrorismo de Estado. A esta Argentina que
condena las “victorias” de la represión ilegal, de las leyes de
impunidad, de los homenajes a los genocidas. A esta Argentina que
enamora los mejores sueños populares de las mayorías. A esta Argentina
le falta dilucidar una parte importante de su historia para estar
entera, para ser libre, para ser soberana, para ser feliz, para ser
justa.
A esta Argentina le falta saber la Verdad de Malvinas.
(*) Ernesto Alonso
2 abr 2014
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