2 abr 2014

2 DE ABRIL: LAS MALVINAS SON ARGENTINAS!!!

Ernesto Alonso
24 de marzo
A 38 años del Golpe
La guerra de Malvinas, la asignatura pendiente.
(*) Por Ernesto Alonso
El camino recorrido por nuestro pueblo en la lucha contra la impunidad, ha dado luz en este presente de Memoria, Verdad y Justicia a la noche oscura vivida durante la dictadura cívico militar (1976 – 1983). La democracia se consolida y es en el marco del debido proceso y de las leyes vigentes que los delitos aberrantes cometidos durante ese período son investigados y juzgados.
A partir del año 2003 se redobla la decisión política, Néstor Kirchner permite consolidar una verdadera política de Estado desarmando el andamiaje jurídico de las leyes de la impunidad.
Hoy cientos de represores están cumpliendo condena en cárceles comunes demostrando que en nuestro país hubo un genocidio planificado para secuestrar, asesinar y desaparecer. Recuperamos y resignificamos los centros del horror transformándolos en sitios de la memoria y en espacios de formación y difusión que permiten generar conciencia revisando ese pasado para reafirmar el Nunca Más.
Pero hay una asignatura pendiente que es la búsqueda de la verdad de los hechos aberrantes cometidos durante el conflicto de Malvinas contra los soldados conscriptos.
Una decisión tomada por un gobierno ilegítimo e ilegal que nos llevo a una aventura bélica que finalmente nos alejó de Malvinas, permitiendo avanzar en el Atlántico Sur al colonialismo Británico con su poder militar.
Solo con mencionar algunos nombres de quienes participaron en Malvinas nos representan a los verdugos de los campos de concentración: Alfredo Astiz, Antonio Pernías y Jorge “Tigre” Acosta (ESMA), Carlos Estaban Pla, responsable del asesinato de Graciela Fiocchetti, Daniel Polano (Campo de Mayo), Horacio Losito ( Masacre de Margarita Belén), Carlos del Señor Hidalgo Garzón ( apropiador de Catalina de Sanctis Ovando), Alejandro D’agostino imputado por los vuelos de la muerte, y podríamos dar cientos de nombres de represores condenados o procesados que fueron a Malvinas.
Al regreso de la democracia las organizaciones de ex combatientes exigíamos la creación de una comisión bicameral para que se investiguen los hechos de Malvinas, pero eso nunca ocurrió.
En el año 2007 presentamos en el Juzgado Federal de Río Grande Tierra del Fuego el trabajo realizado por el entonces Subsecretario de DD.HH de la Provincia de Corrientes el Dr. Pablo Vassel con las primeras 23 denuncias realizadas por ex soldados conscriptos combatientes en Malvinas por violaciones a los DD.HH. Hoy son más de cien las denuncias presentadas hasta el momento, donde a prima facie se subsumen en los delitos de Reducción a Servidumbre y Tortura y Tortura Seguidos de Lesiones Graves y/o Gravísimas y/o de Muerte y/u Homicidio.
Ya transcurrieron siete años desde esa presentación judicial donde el juzgado de primera instancia y la cámara de Comodoro Rivadavia los declara como delitos de lesa humanidad imprescriptibles.
En Agosto de 2012 en un recurso presentado por el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas CECIM – La Plata la causa llega a la Corte Suprema de Justicia y se encuentra sin definición hasta la fecha.
Mientras la justicia argentina hace caso omiso nos preguntamos, ¿cuantos años más tendrán que esperar los padres de Rito para dilucidar el asesinato de su hijo en Malvinas?. ¿Cuanto tiempo más tendremos que esperar para saber quien fue el responsable de la muerte de Secundino que muere de hambre y congelado?. ¿Cuanto tiempo tendrán que esperar Silvio, Claudio y Sergio para que se investiguen las torturas sufridas en Malvinas por el hecho de ser Judíos?.
Los hechos ocurridos en Malvinas son delitos de lesa humanidad, y en consecuencia imprescriptibles ya que la implementación de la tortura como método utilizado en las Islas Malvinas por oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas, con los soldados, obedecieron a circunstancias políticas enmarcadas en cuestiones ideológicas y montadas desde el aparato del Estado, bajo cuyo amparo y garantía de impunidad actuaron llevando a cabo una práctica generalizada que de por si constituyó una grave violación a los derechos humanos, justamente por que fueron implementados y llevados a cabo por sujetos que respondían a ese poder.
Todos los testimonios de los soldados encuadran en el derecho público internacional “como delitos de lesa humanidad” dado que nos encontramos frente a diversos hechos de extrema gravedad: torturas, vejámenes, crímenes, etc., orquestados desde el Estado y por lo tanto delitos que atentan contra los derechos humanos y que resultan imprescriptibles a la luz de las normas legales vigentes. Es de aplicación la “Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 26 de noviembre de 1968, aprobada por la República Argentina ley 24.584 del 1 de noviembre de 1995, habiéndose otorgado jerarquía constitucional según ley 25.778.
A esta Argentina que reivindica los símbolos morales de la lucha contra el terrorismo de Estado. A esta Argentina que condena las “victorias” de la represión ilegal, de las leyes de impunidad, de los homenajes a los genocidas. A esta Argentina que enamora los mejores sueños populares de las mayorías. A esta Argentina le falta dilucidar una parte importante de su historia para estar entera, para ser libre, para ser soberana, para ser feliz, para ser justa.
A esta Argentina le falta saber la Verdad de Malvinas.
(*) Ernesto Alonso

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