Milagro Sala se presentó esta tarde en la Fiscalía Número 7 de Jujuy a prestar declaración indagatoria en tres causas por supuesta inducción a amenazas ocurridas a fines de 2016. Lo hizo a través de tres escritos en los que negó terminantemente los hechos, aseguró que el armado de causas sin ningún tipo de prueba resulta una afrenta más a los elementales derechos y garantías constitucionales de su persona, señaló que las amenazas de las que se la acusa sucedieron a casi un año de estar ilegalmente privada de su libertad, ocupando su tiempo en las causas penales que a diario Gerardo Morales instruye que se presenten en su contra y reclamó, por último, su sobreseimiento.
Las tres causas son casi idénticas. En dos de ellas personas con identidad a establecerse amenazan a los denunciantes que dicen suponer que aquellos fueron enviados por Milagro Sala. En la otra, si bien se identifica a los responsables de las supuestas agresiones, no se aporta ningún tipo de prueba que permita sostener que fue la dirigente social la que envió a los mismos a cometer tal delito. Por otra parte, en todos los casos, las intimidaciones se habrían producido entre septiembre y diciembre de 2016, cuando la diputada del Parlasur ya se encontraba privada arbitrariamente de su libertad desde hacía meses.
"Se trata de denuncias burdas, en la que no existe una sola prueba no sólo de la supuesta vinculación de Milagro con los agresores, sino tampoco de las amenazas denunciadas”, señalaron los abogados defensores de Milagro Sala a la salida de la audiencia. Y explicaron: "El derecho penal argentino solo prevé la posibilidad de la instigación a una persona determinada y por un delito determinado, por lo que la sola imputación de instigación a personas indeterminadas, sin saber cuándo, cómo y de qué modo se decidió cometer una acción contra personas que Milagro no conoce, evidencia lo burdo de este proceso y de esta declaración indagatoria”.
"Son tres de las sesenta denuncias que el contador Morales anunció en marzo pasado que posee en contra de Milagro y que fielmente está llevando adelante el fiscal inquisidor Sergio Lello Sanchez. Ella vino, prestó declaración y esperamos que pronto sea sobreseída puesto que no hay ningún elemento que permita sostener este circo que no hace más que demostrar el nivel de persecución hacia la diputada del Parlasur y la vulneración de derechos en la provincia”, expresaron los abogados defensores al salir de la audiencia.
LAS CAUSAS
En una de las causas, Rosario del Valle Cari denunció que el 30 de diciembre de 2016 a las 2 de la mañana, al día siguiente de haber ido a un programa de radio a contar que por la fuerza había sido despojada de su vivienda en el barrio de la Tupac Amaru por ordenes de Milagro Sala en 2012, cuatro hombres con identidad a establecer se presentaron en su domicilio, apedrearon su vivienda, la insultaron y la amenazaron. Además de negar los hechos terminantemente, la diputada del Parlasur declaró no conocer a la denunciante ni haber escuchado nunca de ella. Por otra parte, según la propia denuncia, al momento de los supuestos gritos y amenazas no se hizo mención alguna sobre la dirigente social.
La denunciante intenta unir un hecho ocurrido en diciembre del 2016 con otro supuestamente ocurrido en el 2012, no encontrando una sola prueba que acredite ninguno de los dos acontecimientos. Pero, además, del Valle Cari reconoce que la mandan a hacer la denuncia en contra de Milagro Sala y que en contraprestación le darían una casa. La propia Cari dice en su denuncia que fue a Casa de Gobierno para hablar por el tema de su casa y una tal señora María del Carmen, que dijo ser del SEOM y que pertenecería al grupo de víctimas de Milagro Sala, le indicó que haga la denuncia de lo sucedido y que ella la iba a ayudar con el tema de su casa y que al momento de hacer efectiva la presentación no tenía noticias ni de la mujer ni de su casa.
En otro de los expedientes se acusa a la dirigente social de haber persuadido a dos personas de sexo masculino con identidad a establecerse para que se presenten en el domicilio de Marta del Valle Gaite a quien le habrían dicho que la matarían si no cerraba el pico. Los supuestos hechos ocurrieron el 27 de septiembre e 2016 a la 1.30 de la mañana aproximadamente. Según relató la denunciante, los hombres se presentaron a bordo de una camioneta marca Toyota Hilux que estacionó frente a su domicilio en el barrio Belgrano. Escuchó el gruñido de su perro y ella pensando que se trataba de alguien conocido abrió el portón. Los sujetos le habrían apuntado con un dedo, insultado y dicho que le dijera a sus hijas que cerraran el pico y que sino la iban a matar. Al retirarse, expresó la denunciante, le habrían manifestado: “este es un mensajito de la flaca".
Al igual que en el caso anterior, además de no conocer a la denunciante, no hay una sola prueba que acredite ni las amenazas denunciadas ni cualquier otro indicio que permita vincular a Milagro Sala con las mismas. A su vez, la denuncia carece de los mismos principios denunciados en la situación anterior en el que se trata de una imputación de instigación a personas indeterminadas sin saber cuándo, cómo y de qué modo se decidió cometer una acción contra una persona que la denunciada no conoce.
En la última de las denuncias, se acusa a Milagro Sala de haber inducido a Sebastián Sequeiros y a Mónica Cerdas a que se presenten en el domicilio de Natalia Bazán a anunciarle que querían causarle la muerte y otros males. El 25 de septiembre de 2016, alrededor de las 19 horas, cuando la mujer se encontraba con sus hijos en la puerta de su domicilio en el barrio de la Tupac Amaru y su pareja, Miguel Sandro Enriquez lavando allí el auto, Sequeiros y Cerdas, vecinos de ellos, los habrían insultado y dicho que los harían matar por haber denunciado a Milagro”. Bazán al ratificar su denuncia el30 de enero señaló que los denunciados “mantienen contacto con Analía Robles, mano derecha de Milagro”. Además de negar los hechos, la dirigente social indicó en su presentación que desde que está detenida ya han aparecido por lo menos treinta personas a las que acusan de ser su mano derecha.