“Lo del viernes no fue común, no hubo palabras de cumplido. Todo fue un sólo gesto de amor al que se nos había adelantado, gesto compartido por todos ahí, como en esa cruz juntos, un gesto solemne de agradecimiento por su obra” comenta el profesor del ICEA y del Ward, Pablo D. Bordenave, de Ituzaingó, sobre el sepelio del pastor José De Luca.
Hugo Urcola, Superintendente de la Región Metropolitana de la Iglesia Metodista, visualiza una situación similar al decir que “Anoche en El Carpintero comprobamos el inmenso ministerio en el ámbito gremial y de DDHH y sectores populares de José. Personas que iban desde Antonio Puigjané a Luis Zamora y Víctor De Genaro. Ofrendas florales desde el Partido Comunista al presidente Néstor Kirchner, pasando por Pérez Esquivel, con una treintena de personalidades que dieron testimonio de su Ministerio” a lo que se agregaron otros, como el del Secretario de Derechos Humanos, de la Nación, Eduardo Luis Duhalde quien manifestó su “más hondo pesar” por el fallecimiento de De Luca.
Notas de dos de los diarios mas leídos de Argentina, Clarín y Página 12 corroboraron el impacto del accionar de José De Luca. “Pastor luchador” para Clarín, “un militante social, político y religioso” para Página 12, certifican la visión de quien comprometido con la justicia social siempre mantuvo el perfil del pastor que cuida a sus ovejas, sean o no afiliadas a su fe religiosa.
El Chapa, cariñoso sobrenombre del que nunca renegó, “se la veía venir, pero
mostró una profundidad espiritual muy llamativa” manifiesta el pastor Carlos Valle, para quien “Es una pérdida muy fuerte. El Chapa era un fuera de serie y marcó un
camino que pareciera quedar, por el momento, vacío” y agrega que de aquellos y aquellas que testimoniaron en ocasión del sepelio “Ninguno dejó de ver en José el militante y el pastor aunados en una vida de servicio”
Mensajes llegados de distintos lugares del país y del exterior compilan expresiones similares, como el del Presidente de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba, pastor Héctor Méndez que lo cataloga “como un abanderado de la justicia y de los derechos de los pueblos” provisto de “la capacidad para predicar el evangelio a la manera de Jesús; permaneció fiel al pueblo y desde dentro de la Iglesia mantuvo siempre su posición”
Posición extraña y controvertida, aún en su iglesia, la de este pastor que a su vez era un eximio bailarín de tango, haciendo pareja con su esposa Nina. “Lo conocí tan poco... pero las pocas veces que estuve con él, yo llegaba a percibir que en ese hombre había algo distinto, algo que yo busco aún conseguir para mi vida y mi práctica de fe” amplia Bordenave recogiendo, quizás, la percepción de no pocos que no lograban desentrañar el andar de quien nacido en la Boca tenía incorporado los códigos de ese particular barrio porteño.
“Conocí al Pastor De Luca en la APDH en la que militamos muchos años durante la dictadura. Era un tipo trabajador y valiente” expresa el periodista e investigador Víctor Oscar García y “Es una gran pérdida para la lucha por los derechos humanos y sociales, y qué decir de lo que significa para quienes compartimos años de amistad y batallar, especialmente en los tiempos más funestos de los genocidas, cuando José encaraba su misión pastoral y humana con coraje y esa sonrisa tan suya, irónica para los que se creían dueños de todo y cordial y solidaria para quienes peleaban, como él, por la libertad y la justicia” el escritor Juan Rosales.
Extraño Arco Iris de percepciones y sentimientos surgidos en el anochecer de un viernes, justo un viernes al caer la tarde, al que se le agregaron otras pinceladas en el mediodía del sábado 11, en el cementerio de la Chacarita. Fue el último saludo al pastor José De Luca.
FUENTE: PRENSA ECUMENICA
13 nov 2006
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