La temperatura se elevaría en un 5% en el correr de este siglo, según la información oficial del gobierno inglés, realizada por un equipo dirigido por Nicholas Stern, quien fue analista jefe del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento.
Ese aumento traería importantes consecuencias económicas y vivenciales. Una de ellas es que se produciría crisis económicas superiores a las del 29-32, con más muertes que las ocurridas en las dos Guerras de Europa, la del 14 y del 39 juntas.
El aumento de la temperatura está diagnosticado como consecuencia de las emisiones de monóxido y dióxido de carbono (CO1, 2), por lo que la solución sigue siendo la misma que se propone desde hace tiempo, pero que no se cumple, la reducción de las emisiones de esos gases, especialmente en los países de su mayor, como Estados Unidos, Europa, Japón y las presiones de las intereses económicos, como los de las petroleras, que frenan la aplicación de las medidas correspondientes.
De acuerdo al mencionado estudio “Con invertir, desde 2007, el 1% del PBM por año se limitaría el efecto invernadero”. No hacerlo es seguir “hacia situaciones catastróficas de vasto alcance en el clima” que traerían costos del orden entre el 5% y 20% del producto bruto mundial, con unos 200 millones de desplazados y la desaparición (extinción) del 40% de las especies animales más las consecuencias en vegetación y la vida submarina.
Latinoamérica sería la más perjudicada, entre otras consecuencias las lluvias disminuirían entre el 15% a 45%, la producción de cereales bajaría entre el 13% a 16%; aumentará el deshielo de los glaciares que ya no llegaran a los trópicos y se deteriorarán los suelos. Todo ello producirá cambios en las relaciones humanas a causa de variaciones en la vida comercial, incluida la posibilidad de la reducción de la importancia de la producción agrícola.
De acuerdo al informe de Stern, el corto plazo ya esta jugado, no hay reversión posible.
El mediano y largo plazo depende de los poderosos económicamente, especialmente los responsables de las tres mayores petroleras, de capitales privados, Exxon Mobil, Royal Dutch/Shell, British Petroleum, las que ganan US$ 172.000 por minuto y su preocupación es lo que pasa “en el día de hoy”, las ganancias en el juego de las acciones, dejando de lado la preocupación de “el mañana” lo que pensar que “en el largo plazo estaremos todos muertos” no sería nada irreal.
Tal vez, como opina un analista “esta tendencia a no ocuparse del futuro lejano” sea la profunda causa por la cual desde la política, el sindicalismo y las instituciones religiosas no se opongan con efectividad a las devastadoras consecuencias del descuido del planeta tierra.
FUENTE: PRENSA ECUMENICA
15 nov 2006
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