10 abr 2017

FEDERACION ANARQUISTA DE ROSARIO: SALIO EL 4º NUMERO DE VOLUNTAD

Ya salió el 4º número de VoluntaD!!!: periódico de la Federación Anarquista de Rosario 

★Editorial ★ Coyuntura ★ Brasil ★ Coyuntura Sindical ★ Revolución Rusa★Historia del 1ª de mayo

¡!ANTE EL CIRCO ELECTORAL LA RESISTENCIA ES DESDE ABAJO!!


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Editorial
Para los y las pobres del mundo todos los tiempos son de lucha
Distintos cambios se han operado a nivel de la situación mundial desde la última publicación de VoluntaD. Lo más destacable ha sido la asunción de Donald Trump en el gobierno de la mayor potencia imperialista mundial con las implicancias que esto pueda tener para Latinoamérica. Este cambio, aunque todavía con grandes incertidumbres en referencia a su alcance, está generando una reorientación de la ubicación del país frente al mundo, que hasta la asunción de Trump parecía virar hacia la alianza del pacífico con la incorporación al TPP (Acuerdo Trans-Pacífico de Asociación Económica) y ahora obliga al gobierno de Macri a barajar y dar de nuevo en su ubicación dentro del ámbito internacional.
El impacto de este nuevo escenario está todavía por definirse, aunque en lo fundamental sabemos que habrá continuidad en lo estructural del sistema, que define para esta región la profundización del saqueo y la devastación de los bienes comunes, la intervención política y militar de las potencias imperialistas, el aumento de la exclusión y el control social, todas características propias de este período neoliberal. Lo que está por verse es en qué grado se dará este proceso, que alianzas y que disputas se configuraran entre las distintas potencias imperialistas que operan en la región, y sobre todo que nivel de resistencia encontrara por abajo este proyecto de dominación.
Participar de esa resistencia es lo fundamental de nuestra tarea como anarquistas, y lo hacemos desde nuestras definiciones políticas y estratégicas que forman parte del anarquismo especifista latinoamericano. Partiendo desde esta perspectiva entendemos que  la construcción de “Un Pueblo Fuerte” como horizonte estratégico requiere de un determinado trabajo social regular y una organización política que se articule a ese trabajo. No puede ser episódica nuestra acción en el medio social, si queremos cambios de profundidad en las estructuras sociales, sino que implica un compromiso cotidiano y a largo plazo, entendiendo además que sólo desde una organización política enraizada en los distintos sectores de la clase oprimida se puede sostener esta tarea.
Seguramente los tiempos que se vienen en la región, con la profundización del ajuste y la represión presentarán nuevos desafíos que atender, sumado a aquellos aspectos más perversos del neoliberalismo en su dimensión cultural que harán más difícil la tarea. En este sentido podemos esperar que desde arriba se radicalice un discurso orientado al enfrentamiento entre los/las de abajo, la destrucción del tejido social y el ataque a toda idea remotamente vinculable con el socialismo.
Aun así para los pobres del mundo todos los tiempos son de lucha, ya que formamos parte de una clase oprimida -que ha resistido dictaduras, genocidios, ha volteado gobiernos- y de una corriente ideológica que siendo parte de esa clase ha sido con mayor o menor protagonismo, parte de esa historia.
EN EL CAPITALISMO NO HAY LUGAR PARA LOS Y LAS DE ABAJO!!
A RESISTIR!!! A CONSTRUIR UN PUEBLO FUERTE!!!!
Coyuntura
Resistencia y solidaridad en la calle construyendo un pueblo fuerte
Si el año 2016 terminó con un bochornoso brindis entre la CGT y el gobierno, mientras los trabajadores/as sufrían miles de despidos, los primeros meses de 2017 demostraron que no va a ser fácil seguir conteniendo los reclamos por fuera de las calles. Es que la perspectiva de la acción directa como mecanismo para conquistar reivindicaciones es un elemento fuertemente impreso en las tradiciones de lucha de los y las de abajo. En este sentido en el imaginario social siguen presentes las puebladas de la década del 90 y su corolario en las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001, un proceso de límite al desarrollo del programa neoliberal, que por otra parte tuvo su expresión en casi toda Latinoamérica.
Y aparece claro también que aquellas mejoras que se han conquistado no han sido fruto del beneplácito de los gobernantes de turno sino de la decidida lucha y organización de los y las oprimidas. Las medidas que el gobierno Kirchnerista hacía aparecer desde su propaganda como mejoras de carácter social fruto de su orientación política, en realidad no eran más que expresión de una determinada relación de fuerzas entre las clases sociales.
En este marco el rol de garante de la paz social en el que está ubicado el papa en coordinación con un sector del peronismo, de las organizaciones sociales y de la CGT, no pudo contener el desborde de las jornadas de lucha que se dieron durante el mes de marzo y que desembocaron en el paro general del 6 de abril. Así se evidencia cada vez con más claridad que la orientación que propone Bergoglio, lejos de ser antagónica a Macri, se enmarca en el refuerzo de la estatalidad y las instituciones dominantes.
En el campo de la izquierda también podemos encontrar una intención de canalización institucional de las demandas populares que a su vez encaja con una determinada concepción estratégica. En esta se plantea, a groso modo, que el conjunto de las clases oprimidas acompañen a una vanguardia que instrumentalmente utiliza los resortes del estado para la construcción de socialismo. Estrategia que está por demás de agotada lo que se demuestra en diversos sucesos históricos, algunos recientes como el fin de ciclo de los llamados gobiernos progresistas en latinoamérica.
Esta perspectiva la encontramos por ejemplo en la orientación del FIT (Frente de Izquierda y de los Trabajadores), donde la mayor parte de su fuerza está puesta en la visibilización mediática de sus legisladores y en el uso instrumental de las organizaciones de base que construyen. Orientación que ha sido además muy influyente por ejemplo en organizaciones que se definían dentro del “autonomismo”, y hoy ponen al servicio del aparato electoral sus distintas construcciones.
En la misma línea institucionalista está también el denominado triunvirato piquetero compuesto por el Movimiento Evita, la CCC y la CTEP. Este sector pactó con el gobierno, en diciembre del año pasado, la sanción de la Ley de Emergencia Social. Lo que implicaría, si se implementara, la administración de una obra social, y la creación de un órgano estatal con participación de las organizaciones sociales, llamado Consejo de la Economía Popular. Este acuerdo significa legitimar la precariedad y la exclusión social, continuando el proceso de estatalización y burocratización de las organizaciones sociales que empezó con el gobierno anterior. Además pone un límite a las reivindicaciones para que no puedan ir más allá de lo legal. Inclusive el destino potencial de los recursos en juego con la ley de emergencia social, se volcarían casi en su totalidad en la Provincia de Buenos Aires, marginando una vez más a las necesidades del mal llamado interior del país.
Esta orientación que pone a las organizaciones de lucha como furgón de cola de proyectos electoralistas, venía mostrando sus límites en distintos episodios durante el 2016 y tuvo su expresión más clara en las jornadas de lucha de marzo que obligaron a la CGT a convocar al paro general.
Los miles de maestros/as movilizados/as durante todo el conflicto paritario, los reclamos de las mujeres que vienen marcando una agenda de lucha con una participación popular excepcional, el desborde de las bases que se produjo durante el acto de la CGT en reclamo del paro general, la masiva convocatoria para el 24 de marzo y la participación activa de un sector de las organizaciones en el paro general muestran cómo por abajo se expresa una voluntad de combatir frontalmente el ajuste a pesar de las estrategias que ven en el pueblo sólo un medio para la construcción de poder dentro de las instituciones del estado.
El paro general reclamado por las bases tuvo una característica particular que lo diferencia de los paros realizados al gobierno anterior: las reivindicaciones planteadas afectan al núcleo central de la estrategia de Cambiemos. Esta consiste en toda una batería de medidas apuntadas a atacar las condiciones de vida y de trabajo, con la expectativa de que a mayor explotación haya mayores niveles de inversiones; algo que empieza mal y termina peor para los/las de abajo. Desde los sectores en lucha se busca poner freno a los despidos, superar el techo de las paritarias, entre otras reivindicaciones a pesar de que las cúpulas sindicales quieren poner el eje en la reactivación industrial en coordinación con cámaras empresariales, pisoteando así cualquier atisbo de independencia de clase.
No obstante el gobierno pretende dar un nuevo envión al ajuste. El panorama cada vez más complejo e imprevisible en lo internacional, con la asunción de Trump, que puede complicar la supuesta llegada de inversiones, las posibilidades de endeudamiento externo y el precio de los commodities, perfila a Cambiemos a profundizar medidas de ajuste, incluso, en un año electoral. En este sentido podemos esperar la continuidad de medidas que apunten a la reducción del déficit fiscal como la quita de subsidios al transporte y a los servicios públicos con el impacto en los tarifazos que se vienen sufriendo desde el año pasado.  
La represión parece también tomar impulso. Por un lado se vuelve a hablar desde el gobierno de la iniciativa anti-protesta, esta vez para la capital del país. Por otro, los episodios represivos son cada vez menos espaciados y acompañados de discursos mediáticos que los hacen más aceptables para la “opinión pública”. Y en lo que hace a la represión preventiva según, datos de CORREPI, se produjo un aumento de la frecuencia de muertos por gatillo fácil desde la asunción de Macri, siendo uno cada 25 horas.
Esto se enmarca en el objetivo estratégico de la represión abierta, necesaria para hacer posible el programa de ataque directo a las condiciones de vida de los/las de abajo y el refuerzo del control social indispensable para contener a las cada vez más grandes franjas de la población que están excluidas. En este sentido no hay que perder de vista la intención del gobierno de realizar la mayor  de compra de armamento militar de los últimos 40 años, destinada al “combate al narcotráfico”.
La guerra de pobres contra pobres se pone en el foco mediático. Los jóvenes pobres pasan a ser el enemigo público número uno, mientras los/as trabajadores/as se convierten en un “costo laboral” y los jubilados/as en “gasto público”, expresado en una circulación de discursos con efectos bien prácticos y materiales. En este sentido el gobierno, con importante ayuda de los grandes medios de comunicación, impulsa una campaña de propaganda ideológica apuntada a legitimar su programa -paradójicamente desde una postura declarada como post-ideológica-, y a profundizar el proceso de fragmentación de la clase oprimida.
Estos cambios en la esfera cultural son necesarios para sustentar una política de ajuste y represión que por sí sola encontraría una resistencia que la haría inviable. Aquí también ubicamos la política del gobierno en referencia a la última dictadura militar. Relativizar el número de desaparecidos, entre otras medidas apuntadas a la reconciliación con los militares, tiene como objetivo atacar un punto nodal de la resistencia como es la lucha por los derechos humanos, además de responder a una inquietud ideológica de su propia base reaccionaria.
Así encontramos medidas que impulsa el gobierno como la baja de la edad de la imputabilidad, o el decreto para expulsar migrantes que están enfocadas a generar un discurso donde se busca a los culpables de los males sociales en los sectores populares. El llamado a “voluntarios” a carnerear la huelga docente junto con un discurso mediático donde la responsabilidad del paro es únicamente de los/las maestros/as, también son expresiones de lo mismo.
Por otro lado el gobierno continúa con la estrategia planteada desde el periodo anterior en referencia al modelo extractivista. Así se expresaron en el comienzo del año una serie de situaciones que ponen de relieve la precariedad del hábitat en donde vivimos los/as de abajo, y que fueron una especie de anecdotario de noticias provenientes del “interior” del país. Las reiteradas inundaciones y aludes, producto del modelo de devastación agropecuaria; los incendios en La Pampa que dan lugar a un sin fin de negocios inmobiliarios especulativos; los ya conocidos derrames de cianuro por parte de las mineras en las aguas de la provincia de San Juan; el avance de proyectos inmobiliarios privatizadores por parte de dueños internacionales y nacionales, que se vienen dando hace décadas en la Patagonia y que ponen en jaque el acceso al agua, la energía y el territorio por parte de quienes habitan allí. Así, es pertinente mirar aquellas luchas (en su mayoría fuertemente reprimidas) que se dieron como respuesta por parte de pobladores y comunidades mapuches organizados, buscando siempre la forma de articular la resistencia en contra de este sistema de dominación.
A diferencia del gobierno anterior que intentó regular moderadamente la renta extractivista, el gobierno de Macri fomenta la concentración económica primaria desregulándola lo más posible al mismo tiempo que desarma el precario andamiaje industrial construido en el periodo anterior. Así se explican, entre otros factores, los miles de despidos y suspensiones en distintas ramas de la industria.
Los resultados en lo social después del primer año de gobierno de Macri son catastróficos: 1,5 millones de nuevos pobres de un total de 13 millones y 600 mil nuevos indigentes de un total de 2.7 millones. La expresión local de un sistema capitalista que produce de manera exponencial, año a año, mayor desigualdad. Los datos a nivel mundial revelan también esta tendencia: el 1% de la población mundial tiene más riqueza que el resto y 8 personas poseen la misma riqueza que 3.600 millones de personas -la mitad de la población mundial-.
En un año electoral y de ajuste es probable que las elecciones funcionen como un freno para la presión hacia los/las de abajo pero también como una distracción para sectores del campo popular que concentraran lamentablemente sus energías a la disputa dentro del sistema, debilitando las posibilidades de lucha y unidad por abajo.
Por eso, una de las tareas del año será seguir fortaleciendo la perspectiva y el horizonte de construcción de poder popular, con claridad en referencia a lo que el sistema propone con sus mecanismos de dominación que sirven para domesticar las luchas y hacerlas funcionales –en su cercamiento institucional- a un entramado de relaciones sociales que no hace más que reproducir lo esencial del capitalismo.
Sin concesiones, ni posibilismos donde la participación popular permita avanzar, e impidiendo que nuestra lucha sea un instrumento para la construcción de aparatos electorales, defendiendo siempre la independencia de clase.
ES EN LA CALLE DONDE SE CREA UN PUEBLO FUERTE!! EN LA CALLE CONSTRUIMOS PODER POPULAR!!

Coyuntura Brasil
No se ajusta a quien pelea! Não se ajusta a quem peleia!
Entrevista a Eduardo de la Federación Anarquista Gaucha (FAG)
Durante el mes de febrero pudimos realizar una entrevista al compañero Eduardo de la  Federación Anarquista Gaucha (FAG).Organización hermana  de la corriente especifista que desarrolla su tarea militante en el estado de Rio Grande do Sul, con presencia en luchas barriales, sindicales y estudiantiles. A su vez la FAG forma parte de la CAB (Coordinación Anarquista Brasilera), que se extiende por varios puntos del territorio brasilero. El objetivo de la entrevista fue conocer la perspectiva de la organización acerca de la coyuntura brasilera, en el marco del golpe institucional de Michel Temer de 2016, y la respuesta que vienen dando los sectores en lucha a lo largo y ancho del país.
¿Cómo se está desarrollando la situación política en Brasil luego del golpe institucional de Temer?
Nosotros desde que se consuma el golpe, que fue una operación jurídica, mediática, y del parlamento brasilero, venimos sufriendo bastante. La verdad, la cuestión es que ya estábamos pasando por un proceso de desarticulación del movimiento popular antes de eso, ya veníamos pasando por una política de ajuste que venía de la mano del PT. El golpe, lo especifico que va a traer para nosotros es que consuma la deposición del gobierno del PT y que junto con esto, arrastra de alguna manera a toda la resistencia que se estaba produciendo por izquierda al ajuste. Entonces el golpe alienta a  la derecha a hacer de manera  más contundente el ajuste que estaba haciendo de manera tibia el gobierno del PT. De ahí para adelante el gobierno golpista pasa a aplicar un proyecto muy agresivo, de vuelta al neoliberalismo más duro, de congelación de los gastos públicos, recortes de los derechos laborales, a la jubilación, etc. También la parte judicial-represiva  fue más fuerte, vamos a decir que el nuevo gobierno se maneja con otra metodología. La represión toca más fuerte, y significa un diferencia con el gobierno del PT, ya que este usaba en primer lugar el diálogo y después la represión. El gobierno actual pone la represión en primer lugar, al mismo tiempo que va procesando el ajuste económico que toca muy fuerte al pueblo brasilero. Para tener una idea, hoy se calcula que tenemos un universo de 20 millones de desempleados en Brasil, aproximadamente; a lo que se le suma el problema de que la mayor parte de la clase trabajadora esta desorganizada, y los sectores más organizados están bajo control de la burocracia.
¿Cuál ha sido el límite que le ha puesto el movimiento organizado de los y las de abajo a este programa de ajuste y represión?
Lo que se construyó como lucha más fuerte que tuvimos el año pasado, vino de la mano sobre todo de la juventud, de una generación que ya no tiene la referencia  en el PT y todo el proceso social político que representó, de todos aquellos ciclos de luchas, aquellos movimientos que se formaron al calor de ese proyecto político. Aunque con las dificultades de la desorganización y burocratización de un sector de la clase trabajadora, entonces, si por un lado se abre una perspectiva, sobre todo con el protagonismo de la juventud,  por el derecho a la ciudad, las luchas por el transporte público colectivo, las luchas en defensa de la inversión en educación, también tenemos bien marcados las debilidades de los sectores populares. Las luchas son más duras, aunque tuvimos algunas experiencias el año pasado, que marcan un poco el horizonte para lo que viene ahora. Se viene dando un protagonismo de los sectores populares que tienen su cotidiana en los barrios, donde está la población negra, que sufre mucho con el ajuste y con la represión, con el encarcelamiento en general que vive la población negra.
¿Cuáles son los desafíos para este nuevo momento político?
El desafío, incluso el desafío para la izquierda brasilera, la izquierda más independiente que pone el tema de la independencia de clase, es hacer un proyecto que logre alcanzar, organizar y dar una impresión de potencia a los sectores más precarios de la clase trabajadora y a los sectores populares cuyo vector más conflictivo viene siendo la comunidad afro-descendiente en la sociedad brasilera.

Libertad a Rafael Braga
Rafael es un joven negro, pobre, que hasta Junio del 2013 trabajaba recogiendo material reciclable en las calles del centro de Río de Janeiro. En ese entonces, vivía en las calles la mayor parte de la semana, para ahorrar el dinero del transporte, volviendo a su casa, en Vila Cruzeiro, sólo a cada rato. Sin embargo, su rutina ha cambiado en el 20 de Junio.

En el 20 de Junio del 2013 ocurrió, en Río de Janeiro, la más grande de las manifestaciones populares que se han hecho en ese año, en contra del aumento de las tarifas de ómnibus. Durante la dispersión del acto, en la ‘Rua do Lavradio’, barrio Lapa, Rafael – en ese entonces con 25 años, fue detenido por la policía cuándo llegaba a la casa abandonada en donde a veces dormía. Él, que por su vez no había participado en la manifestación, llevaba dos botellas de plástico, ambas productos de limpieza. En la comisaría, los policías que lo detuvieron presentan como prueba en su contra las dos botellas abiertas y con trapos metidos dentro. Fue acusado de llevar material explosivo, a saber cócteles molotov, y condenado a cinco años y dos meses de prisión. El 1 de diciembre de 2015, progresó al sistema abierto y pudo salir de la cárcel, siendo monitoreado por medio de una pulsera electrónica en el tobillo.

De vuelta a su casa con su familia, en Vila Cruzeiro, en el 12 de Enero del 2016, Rafael salió por la mañana para ir a la panadería, a pedido de su madre, Adriana. En el camino fue abordado por policiales militares, agentes de la UPP local. Los policías le acusaron de tener vínculos con el tráfico de drogas, y le exigieron que les pasara información y que asumiera ser un criminal. Fue golpeado en el camino a la comisaría, además de sufrir amenazas de estupro caso no asumiera su participación en el tráfico. Los policías le emputaron un “kit flagrante” con 0,6 g de marihuana, 9,3g de cocaína, además de un petardo. Desde entonces, Rafael fue nuevamente encarcelado y responde por tráfico de drogas, asociación para el tráfico y colaboración con el tráfico.

Una de las principales demandas planteadas por la campaña por su libertad es el por qué Rafael ha sido, y todavía sigue encarcelado. Rafael Braga ha sido detenido y condenado en 2013, aunque no fuera manifestante. Fue detenido por ser Negro y pobre. Porqué no era militante, no hubo movilización en contra de su detención en ese entonces, y fue rápidamente juzgado y condenado. Incluso después de su condena, las movilizaciones por la libertad de Rafael Braga no han tenido la misma atención que las luchas por la libertad de otros presos en las manifestaciones del 2013 y 2014. Rafael es un símbolo de la selectividad penal y del racismo estructural que impregna la justicia brasileña. Esta nueva prisión de Rafael en el 2016 vino a reforzar estos puntos. Viviendo en una zona militarizada, Rafael ha sido abordado y acusado de tráfico de drogas. El “kit” de drogas forjado para criminalizarlo es comúnmente utilizado en los barrios marginales y zonas periféricas. La guerra contra los Negros camuflada de guerra contra las drogas sigue haciendo nuevas víctimas a cada día, exterminando los Negros y promoviendo su encarcelamiento masivo.

¡Libertad para Rafael Braga!

Ante la trampa de las urnas y el triunvirato, la resistencia es desde abajo

Gestión Cambiemos: números escalofriantes
Se cumplen 15 meses de gobierno macrista y el tenor de la arremetida de los sectores dominantes sobre las conquistas de las y los trabajadores es por demás de abrumadora. La brecha social en Argentina se ensancha a pasos agigantados día a día con los cientos de miles de despidos en el sector público y privado al compás de un ajuste a costas del poder adquisitivo del salario. Cientos de miles de suspensiones, vacaciones forzadas, retiros voluntarios, rebajas salariales, atrasos en los pagos y una imposición cada vez más baja del tope paritario, todo en un contexto donde la vertiginosa inflación y el aumento de las tarifas vienen pulverizando el salario de los y las de abajo. Este panorama sombrío para nuestra situación como trabajadores/as implica más desocupación, más pobreza y más precarización en las relaciones laborales de aquí en adelante.
Los números que saltan a la vista son escalofriantes. Según algunos estudios hay al menos 650 despidos y suspensiones por día, lo que va sumando cerca de 235 mil despidos durante la gestión del empresario Macri. De este total 70 mil pertenecen al sector público y 165 mil al sector privado. Entre los sectores públicos afectados se encuentran numerosos organismos nacionales y, en menor medida, provinciales y municipales, además de trabajadores de yacimientos carboníferos. De los sectores privados más afectados se destacan los autopartistas (Fiat, Ford, Scania, Volkswagen, Renault, entre otras), los del neumático (Pirelli y Fate), los de electrónica (BGH, ATMA y Longvie, por ejemplo), los de la alimentación (Cresta Roja, Quilmes y Arcor, entre otros), los del sector lácteo (Sancor) y los de las gráficas vinculadas a los grandes monopolios de medios como es el caso de AGR Clarín por nombrar algunos de ellos.
Pero estos números además de graficar una realidad dramática para los trabajadores, expresan hacia donde está soplando el viento. Esta deliberada embestida contra nuestras conquistas históricas ponen de relieve la existencia de un importante nivel de consenso entre el Estado y otros sectores de la clase dominante, un entramado que incluye al gobierno central, a todos los gobernadores, a intendentes, al congreso nacional y a los diferentes partidos políticos hegemónicos, al poder judicial, el empresariado y las burocracias sindicales.

Un Estado más que presente
Un ataque directo a las condiciones de trabajo, fue manifestándose en los últimos 15 meses a partir de una pronunciada intervención del Estado -en sintonía con las patronales- en el control de la conflictividad sindical. Por un lado, queda al descubierto la estrategia del gobierno en intentar imponer topes paritarios en cada sector, como ocurrió en la tentativa del Ministerio de Trabajo de no homologar la recomposición salarial de los bancarios, finalmente conseguida luego de semanas de lucha. Por el otro, se manifestó en repetidas oportunidades la extorsión contra las organizaciones obreras a través del dictamen de conciliación obligatoria a fines de evitar un recrudecimiento en las luchas sindicales que terminen en una victoria reivindicativa de los trabajadores. Esto se pudo ver bien con las conciliaciones obligatorias a partir del conflicto en la química Atanor, en el Rápido Argentino y en las huelgas docentes.
En esta línea debemos señalar con suma gravedad la acción represiva del Estado a través de la persecución y el encarcelamiento de sindicalistas, tal como sucedió con la detención del Secretario General de ATE de Río Negro, Rodolfo Aguiar, con el procesamiento del Secretario General de los docentes de Tierra del Fuego, Horacio Catena, y con los dirigentes azucareros de Jujuy, Sergio Juárez y Néstor Bautista, entre otros. Un dato significativo fue el abultado contingente de gendarmería con que el gobierno nacional salió a socorrer a la patronal alemana en la planta de Volkswagen en Pacheco, Buenos Aires, ante el anuncio de 600 suspensiones.
La prepotencia del Estado, a la cabeza de los sectores dominantes, inclusive fue más allá. Esto se evidenció por un lado con el quite de personería gremial a los Metrodelegados en la ciudad de Buenos Aires en función de un acuerdo entre la UTA y el gobierno, a cambio de que el gremio conducido por Roberto Fernández ponga paños fríos hacia dentro de la CGT. En el mismo tenor, durante el conflicto docente, la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal dio inicio a una campaña de judicialización de la lucha a partir de la amenaza de quite de la personería de los gremios de la educación. Se pudo ver otra embestida del ejecutivo contra los trabajadores a partir del decreto para imponer una reducción en la litigiosidad en el sistema de riesgos de trabajo, beneficiando, a las claras, a las patronales y aseguradoras. Por último debemos sumar el último fallo de la Corte Suprema contra los trabajadores estatales, a quienes quita el derecho a la defensa dentro del Fuero Laboral.
Párrafo aparte merece la explícita convocatoria a rompehuelgas que realizó el macrismo en medio del conflicto docente. Además de anacrónico, el intento de quebrar el paro nacional docente no pudo frenar el unánime acatamiento del sector, movilizado en decenas de miles de docentes de establecimientos públicos y privados, que dejó en ridículo esta maniobra así como la amenaza de descuentos por los días de paro.
Por último es importante comentar brevemente la situación en el sector de jubilados. Lejos de una “reparación histórica”, las políticas del macrismo van rumbo al achicamiento financiero de la seguridad social alentando, por un lado, las rebajas de los aportes patronales y, por el otro, habilitando la transferencia de las cajas previsionales provinciales a la Nación, dejando en la utopía el nivel jubilatorio cercano al 82% móvil. El espíritu de estas políticas se manifestó con el “error” en la fórmula para calcular pautas salariales jubilatorias a la baja, teniendo el gobierno que dar marcha atrás por el escándalo que esto generó.
Todos estos “experimentos” enumerados arriba, han ido configurando la antesala de un nuevo ciclo de reformas laborales antiobreras que rememora sin dudas al acontecido durante la flexibilización de los años 90´. Ante este contexto la dirigencia empresarial, principal protegida en este escenario, esboza la necesidad de avanzar contra las reivindicaciones del trabajador a fin de bajar los costos laborales, argumentando el contexto de apertura de importaciones, el parate de la industria brasilera y la pérdida de mercados extranjeros debido a la reconfiguración de la división internacional del trabajo. Sin embargo, históricamente los trabajadores hemos sabido interpretar el lamento de los capitalistas y sus “crisis” en código de excusas frente a un esquema en donde las variables de ajuste son siempre el salario y las condiciones de trabajo.

Mientras tanto en la “Provincia Socialista”
En Santa Fe el gobierno del Partido Socialista conducido por el empresario Lifschitz, lejos de los viejos postulados de Alfredo Palacios, no realizó esfuerzo alguno por diferenciarse del gobierno nacional en esta campaña de ajuste salvaje en contra de las y los trabajadores. Si bien por un lado, el ejecutivo provincial maneja la retórica de libertad en las paritarias de los docentes, estatales y trabajadores de la salud, por el otro continúa impidiendo que los trabajadores accedamos a porcentajes significativos para una recomposición salarial real tomando en cuenta la inflación del último año. Esto en última instancia representa una pérdida del poder adquisitivo del trabajador. No olvidemos sumar a esto algunas ofertas salariales segmentadas, a terminar de pagar quizás en dos cuatrimestres, cuando el nivel de inflación vuelve a hacer estragos en nuestro bolsillo.
En el sector privado los empresarios aprovechan la suavidad con la que el Ministerio de Trabajo de la Provincia sanciona despidos y suspensiones. Tales fueron los casos de la láctea Cheteaubriand en Cármen, la fábrica de baterías Nesaglo en Ceres, la planta de La Serenísima en Rufino, Radio Nacional en la capital de la provincia y las multinacionales Libertad, Mefro Wheels y General Motors en Rosario. En este dramático contexto, el involucramiento del gobernador no trasciende el papel de comentarista privilegiado de la realidad.

El triunvirato y la barrera de contención
Nos interesa analizar  brevemente qué factores contribuyeron al desenlace de la imponente movilización del pasado 7 de marzo, que tuvo como imagen simbólica a los dirigentes abandonando aceleradamente el escenario entre insultos y silbidos. Como hemos adelantado en números anteriores, las consecuencias de la reunificación de la CGT, proceso alentado tanto por el gobierno como por el Papa Francisco, viene permitiendo al Estado y a los empresarios tener una sola interlocución a la hora de sentarse a negociar con la generalidad del sindicalismo, reforzando así la anquilosada estructura de representación sindical única, cuestionada en su momento desde la marginalidad por la vieja CTA unificada. En este entramado el patrocinio de Bergoglio para la conformación del triunvirato posiciona su lugar como garante de la gobernabilidad promoviendo la canalización del descontento social dentro de los márgenes del sistema, alejándola de los fantasmas del 2001. La reunificación vino configurando a su vez un escenario de gran complejidad a la interna de la CGT. Por un lado, algunos sectores del movimiento obrero disconformes con la situación actual dispuestos a avanzar con un plan de lucha unificado son obstaculizados y neutralizados, y por otro lado, se profundiza el aislamiento de aquellos sectores más combativos. Esta situación termina haciendo muy dificultosa la posibilidad de que se generen medidas de fuerza de gran envergadura. Incluso, de llevarse a cabo una medida, la misma tiende a ser atenuada por el débil consenso interno de la central. Ejemplo de ello se manifestó en la víspera del Paro Nacional del 6 de abril. A medida que se aproximó la fecha distintos representantes de la burocracia sindical se esforzaron por aclarar que no era un “paro contra nadie en particular” sino para “desahogarse”, como lo señaló Acuña, uno de los triunviros. Este conflicto de intereses a la interna de una CGT reunificada sobre la base de desconfianza de sus cúpulas, abre sin dudas la posibilidad real de un quiebre en la central de aquí en adelante. Con esta lógica, en síntesis, la alianza Cambiemos terminó ganando llegar abroquelada al calendario electoral de 2017.  
Ahora bien, recordemos que durante esta época del año la mayoría de las organizaciones sindicales entran en negociaciones paritarias, lo que a veces se traduce en mayor presión y medidas de acción directa impulsadas desde abajo. Por la magnitud del descontento social que estamos viviendo los trabajadores, la cúpula de la CGT no pudo escaparle a esta situación, viéndose obligada primero a convocar el 7 de marzo a una movilización de gran despliegue que se vio fortalecida inclusive con el aporte de sectores sindicales y sociales que se encuentran fuera de la central.
Como ya adelantamos arriba, los límites de la estrategia de contención de las cúpulas sindicales quedaron en evidencia durante el masivo acto. No solo se tuvo que adelantar repentinamente el horario de inicio del mismo sino que durante su transcurso se pudo escuchar el multitudinario grito enardecido exigiendo la confirmación de una fecha para un paro general. La nota de color la protagonizaron las propias cúpulas sindicales retirándose raudamente mientras el descontento generalizado incluso llegaba a corear el ya conocido “Que se vayan todos”.
Más allá del hecho concreto del Paro General del 6 -atenuado por las cúpulas sindicales- la estrategia de la burocracia quedó en evidencia. Los reiterados amagues para fijar una fecha dejaron en claro no solo el intento de despegar la medida de fuerza unitaria del sensible conflicto docente, sino también la naturaleza colaboracionista del unicato. Para esto basta señalar -como agravante- que al tiempo que la burocracia sindical viene conteniendo mayores niveles de conflictividad, en simultáneo mantiene la renegociación con Triaca por el Sistema Único de Reintegros, que no es otra cosa que el manejo discrecional de nuevas cajas para las obras sociales.

Lejos del congreso…
En números anteriores de nuestra prensa hemos puesto especial esfuerzo en diferenciar distintas estrategia para enfrentar esta brutal profundización del ajuste de los de arriba. La primera responde a sectores que entraron deliberadamente hace tiempo en la dinámica de moldeamiento estatal, y la segunda estrategia apunta a resistir a partir de la potencialidad de lucha y organización de nuestra clase.
Podemos observar hasta aquí cómo un sector del sindicalismo burocrático viene canalizando las demandas de los trabajadores -de forma infructuosa- a través de la representación de un puñado de "diputados sindicales". Todo indica hoy que irán acentuando esa estrategia en un año de reacomodamientos y definiciones trascendentales para el futuro del peronismo, estrategia que les garantizará el confort de una mullida banca en el congreso, en momentos de incertidumbre y carestía para el pueblo.
Pero el viejo sindicalismo peronista no ha sido el único en enmarcarse en estrategias que anulan la independencia de clase. Hace tiempo que las cúpulas de las dos CTA vienen aglutinando fuerzas para luego canalizarlas en función de candidaturas políticas, en su mayoría kirchneristas o del partido del ex-sindicalista Víctor De Gennaro. Lamentablemente, este accionar tiene incidencia en la fractura actual de la CTA Autónoma, en medio de un proyecto de unificación de las dos centrales sindicales que, en los hechos, vienen oponiendo resistencia desde la primera oleada de despidos del macrismo.
Desgraciadamente, sectores de la izquierda marxista y autonomista también continúan virando hacia el electoralismo en detrimento de una estrategia clasista de transformación social. Esta desacertada estrategia que están tomando organizaciones como el FIT, el PCR o Patria Grande, denominada por Malatesta como “reconocimiento de la legitimidad del poder que consolida al régimen existente”, no solo ha mostrado mayor división entre el campo popular sino que, en definitiva, termina legitimando la misma estructura de dominación que le permite a la clase opresora aplicar un brutal ajuste contra el pueblo.

…la resistencia está en la calle
Desde nuestra concepción la resistencia se encuentra en aquellos ámbitos atravesados por la lucha de clases, como venimos diciendo donde hay dominación hay resistencia En lo específico del frente sindical esos escenarios se encuentran en la calle y en cada lugar de trabajo, fábrica o empresa, bajo la premisa de apostar a la potencialidad de la clase trabajadora. Por eso es urgente poblar dichos ámbitos, fortaleciendo las medidas de fuerza que se vienen sosteniendo contra la avanzada de la clase privilegiada, una de las embestidas más abruptas de los últimos tiempos. Los paros, piquetes y movilizaciones por sector son ejemplos de construcción de combatividad contra el garrotazo patronal. Un ejemplo de ello ha sido la respuesta de los bancarios, estatales, gráficos y docentes, estos últimos sobrepasando el mezquino planteo de las burocracias sindicales kirchneristas -más preocupadas por el posicionamiento de cara a las elecciones nacionales que en la federalización del conflicto-. Además hay que sumar la gran convocatoria obrera del 7 de marzo, cuyas conducciones sindicales completamente desbordadas, terminaron convocando a la contundente medida del 6 de abril.
En ese sentido, cobra vital importancia el sostenimiento de coordinaciones multisectoriales junto a los movimientos sociales, como forma de solidaridad y como método de construcción de un frente de las clases oprimidas. Las inmensas marchas en el marco del Paro Internacional de las Mujeres, el pasado 8 de marzo, no solo ponen de manifiesto la brecha de desigualdad entre trabajadores y trabajadoras –además de numerosas consignas contra el Patriarcado- sino que aportan experiencia de unidad y contundencia a la hora de pasar a la acción directa.
Por consiguiente, las y los anarquistas debemos apostar fuertemente a la organización y la lucha en cada sector de trabajo, para multiplicar esa resistencia de la que venimos hablando, promoviendo activamente la democracia directa, la acción directa y la solidaridad de clase como principios organizativos. Volvemos a insistir, sí, en que lo urgente es frenar este tsunami de despidos y suspensiones, pelear por una recomposición salarial adecuada y rechazar cualquier reforma laboral que venga de las entrañas del enemigo. Consideramos también que lo estratégico es continuar el trabajo de agrupamiento del clasismo en cada sector, cuyos mayores niveles de independencia de clase nos permitirán no quedar rehenes de las burocracias sindicales, las patronales, los gobiernos y los diferentes partidos políticos que con distintas retóricas se atribuyen el derecho a la representación de la clase trabajadora.
Porque la resistencia también es ideológica, porque se hace indispensable canalizar el descontento a dichas representaciones y lógicas en mayor participación, en crear poder popular. Por eso, es necesario continuar aportando paulatinamente a la recomposición de la influencia de los principios anarquistas al interior de las luchas obreras, contribuyendo principalmente al protagonismo del conjunto de los/as trabajadores/as, a partir de métodos y principios coherentes con el camino hacia la revolución social y el socialismo libertario.

A 100 años de la revolución rusa
La presencia del Anarquismo en la revolución rusa
Este año se cumplen 100 años de la revolución rusa de 1917, un hecho bisagra en la historia del siglo XX y de una importancia cardinal para la historia de la lucha de clases.
En general los resultados de ese proceso revolucionario son medianamente conocidos, en lo que hace a la “toma del poder” por los Bolcheviques, su proceso de burocratización y el desenlace con el estalinismo y el llamado “socialismo real”.
Pero la historia de la participación popular inicial de la revolución y la influencia de los/las anarquistas en la misma ha sido silenciada por la mayor parte de la historiografía marxista, que en forma deliberada buscó ocultar la importancia que el anarquismo tuvo en ese proceso.
En esta oportunidad compartimos un fragmento del documento “Los Dos Octubres” de Piotr Archinov  escrito en  1921, donde se refleja la influencia del anarquismo en ese proceso, su potencialidad y sus límites. Archinov escribe sobre todo como militante activo de la revolución, echando luz sobre los acontecimientos. Además  elabora una conclusión de esa experiencia, que como hipótesis política es vinculable al anarquismo especifista: la necesidad de una organización política anarquista presente en los distintos sectores de la clase oprimida para poder imprimirle al proceso revolucionario un carácter libertario.
Los dos octubres
[…] En octubre de 1917 los obreros y campesinos de Rusia superaron un obstáculo colosal para el desarrollo de la revolución. Abolieron el poder nominal de la clase capitalista, pero antes de aquello alcanzaron algo de igual importancia revolucionaria o quizás algo aún más fundamental. Al tomar el poder económico de la clase capitalista y la tierra de manos de los terratenientes en el campo, ellos conquistaron no solo el derecho al trabajo libre y sin supervisores en las ciudades, sino el control total de las industrias. […]Los obreros habían experimentado un largo período de desarrollo práctico de carácter autogestionario, el cual se malogrará en los años venideros. […]Otra peculiaridad, no menos importante, es que Octubre tiene dos significados - aquel que le fue dado por las masas trabajadoras que participaron en la Revolución Social, y con ellos, por los comunistas-anárquicos, y el que le fue dado por el partido político que captó el poder de esta aspiración a la Revolución Social, y el cual traicionó y sofocó todo posterior desarrollo. Una enorme distancia existe entre estas dos interpretaciones de Octubre. El Octubre de los obreros y de los campesinos es la supresión del poder de las clases parásitas en nombre de la igualdad y la autogestión. El Octubre de los Bolcheviques es la conquista del poder por el partido de la intelligentsia revolucionaria, la instauración de su “Estado Socialista” y de su método “socialista” de gobernar a las masas.
LOS ANARQUISTAS
[…]El Anarquismo Revolucionario fue la única corriente político-social que exaltó la idea de la revolución social de los obreros y de los campesinos, tanto durante la Revolución de 1905 como desde los primeros días de la Revolución de Octubre. De hecho, el rol que pudieron haber jugado fue colosal, así como también pudieron serlo los métodos de lucha empleados por las masas. Del mismo modo, ninguna teoría político-social se pudo haber mezclado más armoniosamente con el espíritu y la orientación de la Revolución. Las intervenciones de los oradores anarquistas en 1917 eran escuchadas con una particular confianza y atención por los obreros. Uno podría haber dicho que el potencial revolucionario de los obreros y de los campesinos, junto al poder ideológico y táctico de los anarquistas, pudieron representar una fuerza a la cual nada podría oponerse. Desafortunadamente, esta unión no tuvo lugar. Algunos anarquistas aislados ocasionalmente sobrellevaban una intensa actividad revolucionaria entre los obreros, pero no había una organización anarquista de gran envergadura que dirigiera acciones más continuas y coordinadas, (Fuera de la Confederación Nabat y de la Makhnovchina en Ucrania). Sólo tal organización pudo haber unido a los anarquistas y a los millones de obreros. Durante tan importante y ventajoso periodo revolucionario, los anarquistas se limitaron a las actividades restringidas de pequeños grupos en lugar de orientarse hacia la acción política de masas. Prefirieron ahogarse en el mar de sus disputas internas, sin intentar plantear el problema de una política y táctica común al anarquismo. Por esta deficiencia, se condenaron a la inacción y a la esterilidad durante los momentos más importantes de la Revolución. Las causas del estado catastrófico del movimiento anarquista, residían en su dispersión, en la desorganización y ausencia de una táctica colectiva […]Pero la experiencia trágica que llevó a las masas obreras a la derrota, al anarquismo al borde del abismo, debiera ser asimilada desde ahora. Debemos combatir y estigmatizar sin misericordia a aquellos que de una u otra forma, continúan la perpetuación del caos y la confusión en el Anarquismo, a todos aquellos que obstruyen su re-establecimiento y organización. En otras palabras, a aquellos cuyas acciones vayan en contra de los esfuerzos del movimiento por la emancipación obrera y de la realización de la sociedad Anarquista-Comunista. Las masas obreras aprecian y son instintivamente atraídas al Anarquismo, pero no trabajarán con el movimiento Anarquista hasta verse convencidas de su coherencia teórica y organizativa. Es necesario que cada uno de nosotros intente al máximo que se alcance esta coherencia.
CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS
La práctica Bolchevique de los últimos diez años muestra claramente el rol contrarrevolucionario de la dictadura de su Partido. Cada año se restringen un poco más los derechos políticos y sociales de los trabajadores, y se les arrebatan sus conquistas revolucionarias. No cabe duda de que la “misión histórica” del Partido Bolchevique se encuentra vacía de significado y de que intentará llevar a la Revolución Rusa a su objetivo final: el capitalismo de Estado de los esclavos asalariados, vale decir, reforzar el poder de los explotadores y acrecentar la miseria de los explotados.
* Octubre de 1927. Traducción de José Antonio Gutiérrez.
Piotr Archinov (1887-1937): Anarquista Ucraniano y cerrajero. Formó parte activa de la revolución Rusa, y sobre todo de la experiencia de la Makhnnovtchina, en la cual se involucró en el trabajo educativo y cultural. En 1921, emigró del país, tiempo en el que participó del grupo Dielo Truda junto con Nestor Makhno con quien redactará la “Plataforma Organizacional de los Comunistas Libertarios”, documento que establecía las bases para una organización específica de los anarquistas basada en los principios de unidad teórica, unidad táctica y responsabilidad colectiva. Luego de su retorno a la URSS será ejecutado en 1937 acusado de `haber querido restaurar el anarquismo en la Rusia Soviética´.

Orígenes del 1° de Mayo en Rosario:

Pensar el momento en que comienza a organizarse el 1° de Mayo en Rosario, es pensar también sobre el proceso de conformación del movimiento obrero y las diferentes respuestas que se dieron los sectores oprimidos en las últimas décadas del siglo XIX para superar las duras condiciones de vida y de trabajo que les eran impuestas. Un aspecto ineludible de este período reside en la presencia masiva de inmigrantes que llegaban a la Argentina desde diferentes puntos de Europa. El anarquismo, como propuesta ideológica, también comienza a difundirse en este marco y será una ideología de importantísima llegada dentro de los sectores oprimidos.
En este sentido hay que marcar que tanto las formas de organización obreras como la misma celebración del 1° de Mayo se enmarcan en la cultura de izquierda internacionalista, relacionada a este cosmopolitismo de la clase obrera argentina de ese momento, que pensaba en un proceso de transformación de la sociedad que involucrará al conjunto de los trabajadores del mundo. Es por esto que las acciones en solidaridad con los presos de Chicago y luego la organización a partir de 1890 de manifestaciones por el 1° de Mayo en varios puntos del país y en los lugares más diversos del mundo al unísono no debe sorprender. Las expresiones de solidaridad de clase internacional no se quedaron allí sino que se expresan más tarde en la huelga general de 1909 contra el fusilamiento de Francisco Ferrer i Guardia y en los años veinte con la campaña en repudio a la condena de Sacco y Vanzetti en norteamérica. Hoy en día los y las anarquistas continuamos practicando el internacionalismo y nuestra solidaridad no reconoce fronteras.
Será así, en 1890, la primera vez que se conmemore el 1° de Mayo en los lugares más diversos del mundo al unísono, mediante paros, huelgas generales, en reclamo por las 8 hs de trabajo, reivindicación que había originado las luchas en Chicago y que estaba presente en cada región. En nuestro país, además del acto de Rosario se realizaron tres más, en Buenos Aires, Chivilcoy y Bahía Blanca.
El acto y manifestación en Rosario fue organizado conjuntamente entre anarquistas y socialistas, y en coordinación con los diferentes puntos del país y retomando lo propuesto por el Congreso de París. La vigilancia policial fue en aumento a medida que las reuniones organizativas se multiplicaban y la fecha del acto se acercaba. En este sentido, una de las referentas de la organización, la joven militante anarquista Virginia Bolten trabajadora de la Refinería Argentina, fue detenida el día previo al acto por distribuir el Manifiesto del Comité Internacional de Buenos Aires y por subir a una tarima improvisada y convocar a todos los trabajadores y trabajadoras al 1° de Mayo, la respuesta de las autoridades fue acusarla de atentado contra el orden social existente, pero finalmente fue liberada y pudo participar de la masiva convocatoria.
La concentración se realizó en la Plaza López y ya cerca del mediodía los manifestantes se fueron acercando al lugar. Muchos cargaban carteles con diferentes consignas, entre los que se destacó el que llevaba Virginia Bolten, luego oradora del acto, que decía: “1° de Mayo de 1890, fraternidad obrera universal”. La columna llegó a contar con más de mil manifestantes y marchó por calles céntricas de la ciudad.
En el acto hablaron cinco oradores que representaban tanto a los dos grupos convocantes como a tres de las nacionalidades extranjeras más importantes en Rosario, dirigiéndose a los asistentes en su idioma de origen. Dentro de las reivindicaciones expresadas por los oradores encontramos importantes reclamos como la limitación de la jornada de trabajo a un máximo de ocho horas para los adultos; prohibición del trabajo de los niños menores  y reducción de la jornada a seis horas para los jóvenes; abolición del trabajo de noche; descanso no interrumpido de treinta y seis horas una vez por semana; prohibición de cierto género de industrias y de ciertos sistemas de fabricaciones perjudiciales a la salud de los trabajadores; supresión del trabajo a destajo y por subasta, entre muchas otras.


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