El humo sirvió para evidenciar una vez más lo no previsor, inútil, ineficiente, lo mal bicho que somos, y la estamos contando porque la humareda no fue mortal.
No hubo ni hay institución que no se haya pronunciado sobre la catástrofe mortal que sería un accidente ígneo con explosión en cadena producida en el Polo Petroquímico Dock Sud. Ciudad que no desaparezca al instante con la explosión , lo hará luego al paso de la mortal nube tóxica que el siniestro genere, en un radio de acción que no sería menor al que estamos padeciendo hoy.
Pero nos negamos a asumirlo, nos aturdimos por su tremendo peso económico, su arrolladora fuerza industrial, su impensado poder imperial.
Una tragedia de esta magnitud podrá tener también narradores e "investigadores", pero seguramente maldecirán haber quedado con "vida".
Asociación de Vecinos La Boca
Alfredo Alberti
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario