jueves 30 de octubre de 2008
Adolfo Pérez Esquivel (SERPAJ) Una sociedad que no piensa en sus niños, que los reprime y abandona, es una sociedad que hipotecó el presente y condenó el futuro.Una y otra vez hay sectores sociales, organizaciones, funcionarios del gobierno que sólo piensan en su seguridad; no en la de todos. Los medios de comunicación, en su política mediática, buscan generar la aprobación masiva social que condene a los menores en estado de riesgo social. Así vivió la población diversas situaciones como el caso de la muerte, lamentable, del hijo de Juan Carlos Blumberg, que fue utilizada para buscar condenar a los menores de edad, impulsando una campaña para bajar la edad de imputabilidad de los menores y aplicar la mano dura. Ahora, el caso del ingeniero asesinadoAfirman una y otra vez que los menores que cometen un delito entran en la comisaría por una puerta y salen por la otra, que los jueces los dejan en libertad.Organismos que llevamos muchos años de trabajo con minoridad en riesgo social tenemos claro que los chicos son en primer lugar personas, con derechos sociales y constitucionales. Que son víctimas de una sociedad injusta y expulsiva, que no les da protección, ternura, siendo marginados y rechazados permanentemente.El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli dice que hay que poner fin a la ola de delitos y que la solución es penalizar a los menores bajando la edad de imputabilidad. Sería importante preguntarle al gobernador si se acercó a los chicos que están en la Plaza San Martín, frente a la gobernación en la Plata y les preguntó qué piensan ellos de su seguridad. Si les preguntó ¿porqué viven en la calle, porqué se drogan?- ¿Qué pasa con su familia, su escolaridad, su salud? Sí les preguntó ¿Cómo los trata la sociedad y la policía, cómo los tratan los organismos estatales?Sería importante que el gobernador visite las cárceles y los Instituto de menores de la provincia. Vería que las cárceles no rehabilitan a nadie, son depósitos humanos y un menor que entra ahí es condenarlo de por vida.La Comisión Provincial por la Memoria realiza un valioso trabajo en las cárceles. Sería bueno que por lo menos se interiorice de la situación que viven los menores, en cárceles que denominan " institutos", y pueda determinar su situación. Es necesario generar políticas para dignificarlos como seres humanos y no para tratarlos peor que animales, que es la situación actual.Recordemos cuando quisieron imponer la "Ley Corbata", otra aberración para penalizar a los jóvenes, y que las organizaciones que trabajan con minoridad, con una fuerte movilización, impidieron que fuera votada.Los pregoneros de la "mano dura", están apuntando a los efectos de una fuerte crisis de valores, de una sociedad que ha perdido el espíritu y su ternura, que sólo quiere penalizar y no solucionar los problemas de los jóvenes en situación de riesgo social. No buscan las causas que generan la violencia y marginalidad de los jóvenes. Piensan que encerrando a los menores se terminan los delitos. Los sectores sociales que reclaman más policías, más represión, más control social para su seguridad, esperan dormir tranquilos y felices pensando en la seguridad de la mano dura. Lo único que lograrán tener es pesadillas.¿Algunos de los que reclaman mayor seguridad y bajar la edad de imputabilidad de los menores, se acercó a los pibes y chicas que buscan ganar unas monedas haciendo piruetas y limpiando vidrios de los autos en las calles? - ¿Les preguntaron dónde duermen y qué comen, si tienen frío o calor y qué seguridad les da la sociedad?A los señores y señoras jueces, debieran preguntarles si alguna vez levantan la cola de sus asientos y caminan las calles y conversan con los chicos que viven a la orilla de la vida, entre la angustia y la desesperación. Con qué ligereza se condena a los jóvenes sin analizar las causas, sin políticas de contención y asistencia real.Debemos reconocer que si bien el Estado tiene algunos programas y acción asistencial a los jóvenes, no es suficiente. Es necesario enfrentar el problema en su integridad y no penalizarlos, se necesita contención y seguimiento, educación, salud y condiciones de vida digna. . El gobierno de la Provincia de Buenos Aires, piensa en construir más cárceles para enjaular a los jóvenes, violando los derechos humanos, la Convención Internacional de la infancia y la Constitución Nacional, cuando el problema es estructural. La policía busca justificar su ineficacia. Cabe preguntarse ¿ qué pasa con los traficantes de drogas y con quienes venden el maldito "paco" en las escuelas, los barrios, a los menores?¿ Pero, nunca caen los capos de la mafia?. Hoy no se ve a las policía recorriendo los barrios. Utilizan un negocio paralelo que son las "agencias de seguridad".Otro problema del que no se habla es la violencia, cada vez mayor en los grandes medios de comunicación, como la televisión, con programas, películas y actitudes que fomentan la violencia que golpean la vida de los jóvenes. Lo hacen con total impunidad. Los padres deben reaccionar frente a lo que transmiten los medios y que generan conductas violentas en los jóvenes. No se trata de imponer censura, pero hay que educar paa ser personas libres con conciencia crítica y valores. Todos y todas podemos ver en los grandes centros de concentración, como las estaciones ferroviarias, a jóvenes drogados y en estado deplorable de higiene, sin ninguna asistencia. Per se penaliza la pobreza.Los gobiernos de Capital y Provincia de Buenos Aires, deben trabajar conjuntamente frente a los problemas sociales, dificultades psicológicas, sumada a las competencias legales entre capital y provincia. Lo mismo se puede decir del interior del país., que poco se conoce.No existe atención del Estado en esos lugares, en forma permanente. Salvo algunas organizaciones sociales no gubernamentales que día a día acompañan a los chicos y chicas en riesgo social. Hay experiencias y trabajo realizado, pero se necesita voluntad política para resolver los problemas vigentes que afectan a los jóvenes.Es conveniente abrir un debate amplio e integral sobre la forma de lograr superar la violencia social provocada por jóvenes menores de edadVuelvo una vez más a señalar que "no sólo se mata con balas, se mata con hambre"Es necesario que la sociedad piense sobre la seguridad de todos y no de algunos. Vecinos preocupados por su seguridad, realizaron una concentración multitudinaria frente a la Municipalidad de San Isidro. La policía utilizó helicópteros para proteger la concentración. Los oradores señalaron que todos los males surgen en La Cava y los chicos, reclamando mayor control social, cárcel, mano dura, a un municipio que poco o nada hace frente a la indigencia de niños y niñas, a quienes vemos hasta altas horas de la noche en las calles sin asistencia alguna.Los funcionarios municipales ahora hablan y piden mano dura contra el desamparo, la miseria y marginalidad. Las estadísticas de la policía dicen que aumentó la delincuencia juvenil, los jueces están atiborrados de causas y los pobres continúan siendo los perdedores de siempre. A esto le llaman democracia. ¡Cuánta hipocresía frente a un problema que nunca quisieron resolver!.A los chicos hay que cuidarlos, respetarlos y darles afecto, escucharlos y no reprimirlos, menos excluirlos. Necesitan de la solidaridad, el respeto y diálogo con la sociedad. No hay que olvidar que toda sociedad es el resultado de quienes la componen.Si plantas violencia, recogerás mayor violencia. Si siembras la Paz, el fruto será la dignidad y seguridad de todos.
Texto: Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980
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