20 sept 2009

PESE A LAS AMENAZAS DE LOS ANTICASTRISTAS DE MIAMI

El cantante Juanes, con sus artistas invitados, realizará Concierto por la Paz en Cuba

Juanes es una estrella del pop latino. Su música no tiene un gran contenido social. Vive en el lujoso Miami. Pero bastó que organizara un mega festival en La Habana para que la ultraderecha lo amenazara de muerte.
EMILIO MARÍN

Este domingo habrá un multitudinario concierto “Paz sin Fronteras” en La Habana, en la significativa Plaza de La Revolución “José Martí”. Su anuncio generó una intensa polémica, porque los detractores de Cuba hicieron todo para que la música no sonara en la fecha y el lugar previsto.
Cuando las canciones de la boricua Olga Tañón, el pop de Juanes, la trova de Silvio Rodríguez y Amaury Pérez, y la salsa del grupo Van Van llene los oídos en aquel lugar, se habrá resuelto una batalla cultural pero también política.
Es que los detractores del festival (el núcleo más duro de los cubano-americanos de Miami) consideraron que la iniciativa era una maquiavélica maniobra de “la dictadura castrista” por “mejorar su imagen”. Según esa interpretación, Juanes (Juan Esteban Aristizábal) sería cuanto menos un “idiota útil”. Algunos aseguraron que se volvió comunista porque tiene previsto realizar otros siete conciertos “en países miembros del ALBA y en la frontera con México”.
En todo caso serán siete porque esa Alianza Bolivariana de las Américas, fundada en soledad por Hugo Chávez y Fidel Castro se fue extendiendo. Hoy son parte Nicaragua, Bolivia, Ecuador, San Vicente y Granadinas, Barbuda y Antigua, y Honduras, que por eso mismo sufrió el golpe de Estado reaccionario del 28 de junio. ¿Cuál es el pecado de Juanes si se le da por cantar “La camisa negra” o “A dios le pido” en La Habana, Caracas, Managua, La Paz o Quito?
¿O será que al haber recibido 12 premios Grammy latino en Miami quedó condicionado a actuar sólo en los escenarios “políticamente correctos” de Miami, Bogotá o Houston?
A ese exilio, ligado al extremismo de la Fundación Nacional Cubano-Americana, no le gustó la decisión del artista. A mediados de agosto, cuando se supo del evento, comenzaron a llegar por email y teléfono las primeras amenazas de muerte. El cantante y su esposa embarazada radicaron las denuncias ante la policía del condado de Miami-Dade.
Como símbolo, los detractores quemaron camisas negras en la calle 8 de Miami y rompieron a martillazos discos de Juanes. Se especuló que el músico, atemorizado, levantaría el concierto habanero. No fue así y el domingo 20 a las 2 de la tarde, hora de Cuba, habrá fiesta durante cinco horas con unss 500.000-700.000 personas. Los artistas no cobran ni un centavo y pidieron que nadie lo haga; el concierto va por la televisión cubana con señal abierta para que cada quien, de cualquier país, la levante en vivo y en directo. Saldrán ganando los asistentes, los músicos, los televidentes y los amantes de la paz. ¡Qué interesante habría sido que Telesur -seguramente lo transmitirá en directo-, pudiera ser visto en canales de aire en nuestro país! Un motivo más para aguardar una rápida implementación de la futura ley de servicios de comunicación audiovisuales.

Pobres argumentos
La campaña adversa apeló inicialmente a argumentos “culturales”. Decían que Juanes había politizado su actuación al irse a Cuba dejando de lado a artistas del exilio como Willy Chirinos y Gloria Estefan. Amaury Pérez, el trovador cubano autor de “Acuérdate de abril” se reunió con Juanes en junio, cuando éste llegó para comunicar al viceministro de Cultura cubano su intención de organizar el evento. Pérez relató que el colombiano conversó incluso con Emilio Estefan pero no pudo convencerlo de viajar a La Habana. Lógico: Emilio y Gloria Estefan son fanáticos anticastristas, como era Celia Cruz.
El amplio espectro quedó compuesto por Amaury Pérez (Cuba), Danny Rivera (Puerto Rico), Cucú Diamante y Yerbabuena (Cuba-Venezuela), Juan Fernando Velasco (Ecuador), Jovanotti (Italia), Juanes (Colombia), Luis Eduardo Aute (España), Miguel Bosé (España), Olga Tañón (Puerto Rico), Orishas (Cuba), Silvio Rodríguez (Cuba), Van Van (Cuba) Carlos Varela (Cuba), Víctor Manuel (España) y X Alfonso (Cuba).
Después los detractores fueron politizando de más en más sus objeciones. Afirmaron que el evento era patrocinado por Havana Club, la marca de ron en conflicto con la familia anticastrista Bacardí, representada por Otto Reich, ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, en tiempos de Bush.
La falsedad se cae por su propio peso, pues se trata de un recital gratuito y por la paz, sin ingresos ni sponsors ni venta de nada. A lo sumo ganarán unos pesos los vendedores de refrescantes, pues habrá mucho calor. Las guitarras comenzarán a afinarse a las 2 de la tarde en vez de sonar de noche, para evitar el gasto en equipos y luces que había que traer desde el exterior.
Los voceros de la Fundación Nacional Cubano-Americana dijeron que Cuba había condicionado a Juanes para que tocara en Plaza de la Revolución, considerado lugar oficial, y le habría digitado los invitados. El colombiano aclaró que él pidió tocar en ese sitio, por el amor que siente por los cubanos. Y la nómina de músicos fue de su exclusiva incumbencia; lo único que pidió a sus anfitriones fue que estuvieran en el escenario Silvio, Amaury y los Van Van, a quienes admira desde niño.
Una de las niñas mimadas por la gusanera de La Florida es Yoani Sánchez, la bloggera de “Generación Y”, multipremiada por fundaciones europeas y norteamericanas por su actividad contra Cuba. Sánchez escribió que era un contrasentido que el ícono del pop latino diera un concierto “donde impera una dictadura hace ya cincuenta años”
Esa es su opinión y la de quienes la financian. Parece que la mayoría de los 11 millones de cubanos no piensan igual de su gobierno; muchísimos de ellos estarán este domingo meneándose felices en la plaza mayor habanera.

Un claro contraste
La polémica del concierto viene bien porque su realización significará una victoria de quienes querían hacerlo y pondrá a Cuba en la pantalla de televisores de millones de personas.
Las imágenes serán irrefutables en cuanto a que ese es un país libre del dominio imperial, con altos valores culturales y sociales, y que muchos músicos la admiran al punto de pedir ir a cantar allí. Eso no quiere decir que esos artistas compartan cien por ciento todo lo que hace o dice el gobierno de Raúl Castro. Esos músicos tienen sus propias ideas y aún diferencias con esas autoridades, tanto los invitados de afuera como aún algunos de los locales. Pero en la valoración global, esos artistas comparten ciertos valores culturales y políticos con el país anfitrión que comenzó una nueva etapa en 1959.
Las cámaras registrarán la alegría de la población por disfrutar de un evento internacional, lo que para nada elimina la preocupación de esa gente por las dificultades económicas acentuadas por los tres huracanes del año pasado (10.000 millones de dólares de daños). Las consecuencias de la crisis internacional también afectó muchísimo, al punto que el crecimiento económico previsto para este año será de apenas 1,7 por ciento (que ningún argentino anticubano ni personajes como Hilda Molina se alegren, pues el ministro Amado Boudou informó que el crecimiento del PBI len 2009 será de 0,5 por ciento y eso que por aquí no pasó ningún huracán como los del Caribe).
Esos problemas cubanos tienen muchísimo que ver con el bloqueo de EE UU, comenzado en febrero de 1962 y continuado hasta hoy. Barack Obama decidió esta semana prolongarlo empleando como Bush legislación de 1917 contra “países enemigos”. El canciller isleño Bruno Rodríguez ha presentado el informe sobre el bloqueo, que llevará a la 64º Asamblea General de la ONU, puntualizando que ha causado una pérdida económica de 96.000 millones de dólares (al precio de hoy, supera los 236.000 millones).
Quedará a la vista el contraste entre “Paz sin fronteras”, con que Cuba se abre al mundo, y el bloqueo estadounidense, con el que el imperio quiere que el mundo se cierre en contra de la isla. Esta política fracasada no ha logrado siquiera impedir que Juanes vaya desde Miami a La Habana en una gira que le hace un tremendo agujero al bloqueo.
Otro contraste es que Cuba abrió sus puertas a los artistas invitados por el colombiano, sin hacerles análisis de orina ni de carnet de afiliado a sus respectivos partidos. En cambio la administración Obama le negó visa a Silvio Rodríguez cuando fue invitado a cantar en el Madison Square Garden en el concierto de homenaje al músico folk Pete Seeger que cumplía 90 años.

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