Este fin de semana, miles de mujeres llegamos a
Rosario, desde todas partes de Argentina, para participar del Encuentro Nacional
de Mujeres. Desde hace treinta y un años, nos convocamos para intercambiar de
conjunto nuestras perspectivas, hacer visibles las problemáticas en relación a
géneros y exigir nuestros derechos en contra de todo tipo de violencias hacia
las mujeres. La ciudad se transformó, se llenó de colores, todos los
establecimientos destinados a los talleres se desbordaron de mujeres, de
inquietudes, de debates
compartidos.
Y allí estuvimos, por primera vez como CORREPI, fruto de
las discusiones que nos dimos y profundizamos, entendiendo la necesidad de
avanzar con nuestra construcción cotidiana en todos los frentes de lucha, y
denunciar las políticas represivas del Estado que invaden nuestros territorios y
nuestros cuerpos. En los debates que participamos, hicimos uso de la palabra
para evidenciar que una de cada cinco mujeres que son asesinadas por año, tiene
por victimario a algún miembro del aparato represivo del estado. Denunciamos al
patriarcado, que siendo funcional al sistema capitalista, se despliega a sus
anchas reprimiendo y matando a nuestras compañeras de clase. Repudiamos a la
justicia burguesa que condena a las mujeres por abortar, por defenderse de los
femicidas, que luchan por sus derechos, pero deja en libertad a los policías que
nos matan, a nosotras y a nuestros hijos e hijas, con femicidios, gatillo fácil,
redes de trata, narcotráfico y torturas en cárceles y
comisarías.
En estas jornadas, además de los talleres, las mujeres
participamos de cientos de actividades culturales, festivales de música y ferias
en las plazas. Pero lo más emocionante y espectacular fue la marcha,
multitudinaria, feminista y clasista, donde recorrimos más de 35 cuadras por
comisarias, fiscalías e instituciones reproductoras del estado machista,
demostrando que nuestra lucha no es en vano, que estamos organizadas y que
resistimos codo a codo frente a todo tipo de violencias, en igualdad de
condiciones y sin importar nuestra filiación política.
Lamentablemente, y por segundo año consecutivo, la marcha
terminó en represión. Las fuerzas represivas del estado salieron detrás de las
vallas, vallas que cubrían y encubrían la Catedral. Nos reprimieron para dejar
demostrado una vez más a quiénes protegen. Lamentable también es que sólo de esa
manera el Encuentro Nacional de Mujeres fue noticia para los medios hegemónicos
de comunicación, que parecían no haber notado la presencia de más de 80.000
mujeres reunidas, debatiendo y denunciando a este estado machista y patriarcal.
Tampoco faltó el desprecio de mucha gente que no reparó en la cantidad de
compañeras reunidas al calor de la lucha, pero que se quejó de la suciedad en
las calles y de las pintadas en las paredes.
A pesar de las balas de goma con que se intentó
criminalizar la protesta y desprestigiar a este Encuentro, sabemos que no nos
han derrotado, que no nos pueden parar y que cada día somos
más.
Contra la represión machista y patriarcal:
¡organización feminista y lucha consecuente!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario