4 oct 2016

SALIO EL ROBLE 105


Editorial El Roble 105, Octubre: “Del Davito al bonito de fin de año”


Llegó octubre. En un contexto donde sigue el ajuste a la clase trabajadora, se publicaron algunos datos de la inflación que parecen ser positivos: Aranguren habló de un 0,2 % de inflación en julio respecto al año pasado. Esta medición tiene por detrás el congelamiento del aumento del gas para los hogares, congelamiento para los aumentos que hubo desde abril pero que se descongelarán en octubre con un nuevo cuadro tarifario que aún no fue difundido. Se sumará el incremento en la electricidad de 200%, y ni hablar del precio de los alimentos (subió un 9% el aceite) que ya no es noticia. Es decir, que ese número de 0,2 no nos habla mucho de la situación actual ni futura. 
Los planes del gobierno están en la línea de los grandes empresarios que se reunieron en el “Davitos”: más flexibilización laboral, más inflación y mayor libertad de acción para las empresas, a costo de las condiciones de vida de la población y del riesgo ambiental en ascenso. Como ejemplo solo basta nombrar el nuevo derrame de cianuro en el río Jáchal, que tiene como responsable a la Barrick, empresa “sustentable” para la burguesía.
Otro elemento a destacar sobre las últimas semanas es la muerte de tres de laburantes el viernes 02-09, en una construcción en villa Crespo, en la línea 60 y en el INTA (ver nota central). Poco tienen que ver con accidentes de trabajo y mucho de desinversión y falta de mantenimiento. No son accidentes, porque cuando los empresarios tienen que ahorrar dinero, sin perder ni un peso de sus ganancias, recortan por el lado de los laburantes, no realizando los controles técnicos, aumentando el ritmo de trabajo, no aceptando licencias médicas. Como se suele escuchar en las fábricas, los compañeros están rotos. 
Estos son los palos en la rueda que le ponen los trabajadores al gobierno, dejando su propia vida por culpa de los empresarios que lo único que quieren es llenarse los bolsillos. Los palos los pone el gobierno, que sigue reprimiendo a quienes salen a luchar, como sucedió en Neuquén con un trabajador nucleado en UPCN quien fue baleado con balas de plomo por la policía o  como en Bimbo de Pilar, donde reprimieron a los trabajadores que estaban peleando contra los despidos.
No es casual que en las últimas semanas los medios estén plagados de casos de inseguridad y la discusión de la justicia por mano propia una vez más se ponga en el tapete. Si hay más inseguridad (nunca se habla de cifras) entonces es necesario más fuerzas de seguridad en la calle. No nos engañemos, los milicos en la calle son para combatir la organización obrera y popular; y son quienes las más de las veces están metidos en los negocios de la droga, de la trata de personas, desarmaderos o mandan a robar.
En esta situación, la CGT sigue amagando en llamar al paro general. Ya lo dicen abiertamente: con un bono de fin de año y alguna migaja más, les alcanza para quedarse en el molde. Quizás llamen a alguna medida antes de fin de año o antes del 2019… en cualquier caso, querrán que sea un paro “dominguero”, no quieren que los trabajadores nos organicemos. Es tarea de todo el movimiento obrero combativo llevar discusiones en cada lugar de trabajo, con movilización, con asambleas, para forzar a todas las direcciones burocráticas a que llamen al paro nacional. Pero es tarea también que esa medida vaya acompañada por un plan de lucha nacional, y así mostrar que somos miles los que estamos cansados de las políticas de hambre, del ajuste y de las políticas de represivas que nos meten cuando salimos a luchar. Paro, plan de lucha nacional y movilización son el camino que debemos andar los trabajadores para defender nuestros intereses.
Equipo de El Roble.
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