Malvinas. En 1982 los trotskistas del PST nos ubicamos en la trinchera militar de nuestro país, agredido por el imperialismo. Desde es lugar enfrentamos la conducción política de la guerra.
Este nuevo aniversario de Malvinas no hace más que actualizar la bronca contra los militares, que asesinaron a miles de jóvenes dentro del país y enviaron al matadero a otros tantos en su aventura guerrerista.Este es un aspecto cierto, pero existe otro aún más importante que el análisis periodístico y está relacionado a ¿qué posición debían tener los revolucionarios durante la guerra?¿Había que quedarse en el “medio”, denunciando el aventurerismo de Galtieri? Como planteó la mayor parte de la izquierda europea o, como propuso el Partido Socialista de los Trabajadores (organización de la cual provenimos) ¿Había que ponerse en la trinchera militar argentina sin apoyar políticamente a la Junta?Una vez el país en guerra ya no existían posibilidades de volver atrás sin la derrota de alguna de las partes.Por lo tanto no había márgenes para el abstencionismo, ya que no se planteaba la guerra entre dos potencias imperialistas o entre dos burguesías oprimidas, sino entre opresores y oprimidos, entre el imperialismo y un país dependiente.Los trotskistas del PST (partido del cual provienen varios de los actuales dirigentes de C.S.) caracterizamos que los militares, sin desearlo, habían desatado una movilización de masas (de carácter antiimperialista) que iba contra la propia junta y generaba una situación que podía transformarse en revolucionaria, o sea muy favorable para las masas.Los jefes imperialistas dejaron de lado sus diferencias y se unieron contra los argentinos, comprendiendo que la chispa encendida por Galtieri amenazaba con desatar una marea antiimperialista a nivel continental.Los trotskistas del PST nos alistamos en el terreno militar argentino, sin por eso apoyar políticamente a Galtieri, planteando que no había que suspender las luchas obreras y que la única garantía de que la guerra no fuera un fracaso era que asumieran su conducción los representantes de los trabajadores en lucha.Enfrentamos a los pacifistas que decían que había que denunciar a Galtieri y defender la “democracia” que expresaban las tropas inglesas, en contra de la dictadura, que expresaban los soldados argentinos.En ese momento levantamos una política similar a la ahora tenemos con Irak, donde lo que nos ordena es la necesidad de derrotar militarmente a los agresores imperialistas.En Irak apoyamos la resistencia militar, sin por eso capitularle a las direcciones políticas que encabezan la lucha, ya que los fundamentalistas y otros que la dirigen, no son ninguna garantía de conducir las acciones, ni mucho menos de garantiza la construcción de un nuevo país al servicio de los trabajadores y el pueblo.Los trotskistas dijimos que para solventar la guerra había que aplicarle impuestos extraordinarios a las empresas imperialistas y la propiedad terrateniente. Exigimos también levantar todas las medidas restrictivas de la libertad y democracia, legalizando a los partidos, sindicatos, agrupaciones, etc., liberando a los presos políticos, investigando desapariciones y derogando toda legislación represiva.En definitiva, la política de el PST era la más consecuente para luchar contra los piratas imperialistas y contra la dictadura.
FUENTE: CONVERGENCIA SOCIALISTA
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