El horrendo crimen del niño del municipio de Chía, Cundinamarca (Colombia), no puede ser ridiculizado por el amarillismo periodístico de los medios de comunicación colombianos (RCN-CARACOL-EL TIEMPO-EL ESPACIO-EL HOY-EL PERIÓDICO, ENTRE OTROS), con el propósito de tapar noticias con tanto impacto como esa, y que señalamos: Por ejemplo, en la masacre en la cual murió la compañera OLGA MARINA VERGARA, integrante de la organización Ruta Pacífica de Mujeres Colombianas, fueron asesinadas otras 3 personas más de su familia y SU NIETO DE CINCO (5) AÑOS DE EDAD, al cual la prensa vulgar y amarillista no le ha merecido la menor atención, y es por eso que la muerte del bebe en Chía, tiene un agravante, que es utilizada por esa caterva de periodismo vandálico al servicio del gobierno fascista.
De la misma manera, noticias como la desaparición y posterior muerte de jóvenes en la localidad ciudad Bolívar en Bogotá y luego presentados como muertos en combate por el Ejercito de Colombia, resulta un agravante más de la peor canallada periodística del mundillo de la ultraderecha fascista colombiana.
Con el mismo calibre de la desinformación amarillista, se opacan los paros de los trabajadores del poder judicial y de los cultivos de caña en el Valle del Cauca y el Cauca.
El caso de Chía, es un acto aberrante y atroz, bien utilizado por la clase gobernante, para que a través de los medios de comunicación de la derecha y la ultraderecha se potencien los instintos psicótico-sociales, y así distraer la crisis política, social y económica actual. El acto en si es de responsabilidad social, producto de una sociedad descompuesta.
Comparado, el caso de Chía, es lo mismo que las masacres en colegios y universidades norteamericanas y europeas, (http://www.andercismo.com/2007/04/estados-unidos-historia-de-matanzas.html), y todo eso es culpa de la sociedad entera y manipulado, como hecho, por la clase dominante.
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