22 ago 2007

MENSAJE METODISTA AL PAÍS.

La reciente Asamblea General de la Iglesia Metodista Argentina emitió un mensaje referido a situaciones concretas de Argentina -como las referidas a la economía, medio ambiente, justicia- y otro dirigido a las congregaciones metodistas guiado desde la afirmación bíblica “Confirma Señor la obra de nuestras manos”, ­­lema de la Asamblea General realizada desde el 17 al 20 de agosto en las instalaciones del Colegio Ward, Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires.

“Valoramos las señales de reactivación económica y recuperación productiva en estos últimos años” comienza el párrafo sobre “Economía nacional y trabajo”, del “Mensaje de la Iglesia Evangélica al País”, para luego mencionar que “No obstante estas mejoras, seguimos viendo con preocupación que la brecha existente ente ricos y pobres se ha mantenido y en algunos casos se ha incrementado. El aumento de la productividad tiende nuevamente a favorecer a sectores minoritarios en desmedro de grandes sectores de la población”.

En el capítulo sobre el “Cuidado responsable del ambiente” el metodismo argentino aprecia que “Un tema preocupante para la realidad nacional y latinoamericana es la enajenación de la tierra por el capital extranjero, amenazando las condiciones de existencia de comunidades locales, especialmente las de pueblos originarios”, un hecho que “se ve agravado por el creciente avance para apoderarse de los recursos hídricos, y por el aumento de la producción que se hace sin reconocer límites en el cuidado del ambiente y de las personas, privilegiando las utilidades a corto plazo” y, oportunamente, se señala que ante esa situación “celebramos el aumento de la conciencia social sobre estos problemas y las acciones de movilizaciones populares por la protección del medio ambiente”.

La IEMA (Iglesia Evangélica Metodista Argentina) aprecia “un cambio en la administración de la justicia” que produjo “ una mayor participación de la sociedad en la defensa de los derechos humanos” logrando “importantes avances en resolver temas pendientes”, reconociendo que aún es necesario avanzar en situaciones “que aún continúan abiertas, y son motivo de dolor para nuestra sociedad” entendiendo que este es un camino de constante andar, como sugiere el título de este párrafo, “Hacia una justicia plena”.

Resulta llamativo que en el “Mensaje al País” el metodismo incluya el tópico “Cultura y discursos” para abordar el hecho de que “Nuestra sociedad está expuesta a un uso de los medios masivos de comunicación que, lejos de acercar una comprensión de lo que pasa a diario y vive la gente confunde y fragmenta la realidad”, por lo que “temas como la seguridad de la propiedad privada” pasan a formar parte de “una agenda impuesta por sobre otros reclamos sociales justos y equitativos”. Así, la IEMA, desaloja ese tratamiento de la ajada discusión circular acerca de la negatividad de los Medios de Comunicación para colocarlo en un espacio más amplio y certero, como es el de la “Cultura” y “Los Discursos”.

Luego de opinar sobre esas realidades, la IEMA, reafirma su compromiso para “acompañar con gestos y acciones” a “toda iniciativa popular en la lucha por una economía mas humanizada que haga de la distribución equitativa del fruto de la productividad una realidad cotidiana para todas y todos”; a todo lo “que defienda el derecho al uso justo y responsable de la tierra y al cuidado del ambiente que el Señor ha encomendado a la humanidad” y a “todo proceso de búsqueda de justicia que desnude la corrupción y la impunidad de los sistemas judiciales, políticos y económicos”.

En lo que concierne al “Mensaje a las Iglesias Metodistas de todo el país”, la Asamblea General de la IEMA sostiene “que este es un tiempo propicio en el cual Dios se manifiesta en la vida de Su Iglesia”, adosando referencias que avalan esa “visión”, por lo que entiende que se “reclama una respuesta de nuestra parte a proclamar el evangelio, a ser una comunidad inclusiva que se atreva al crecimiento y la apertura, a servir y ser voz profética en el mundo” afirmando, entre otros compromisos “que solo es posible crecer en obediencia al mandato de Jesucristo compartiendo nuestras vidas con los que más nos necesitan”.+

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