EDITORIAL DEL DOMINGO 27 DE ENERO DE 2008
Para que se comprenda de qué hablamos, cuando hablamos de lo que habitualmente hablamos, es decir de la biodiversidad, de las semillas genéticamente modificadas, de la minería por cianurización o de los monocultivos de eucaliptos, nos encontramos con un problema de muy difícil resolución. El común al que nos dirigimos tiene sólo un universo urbano por delante. No nos referimos tan solo a la clase política, no hablamos tan solo de los diputados o de los funcionarios, hablamos del común de las personas en la Argentina, e incluimos con tristeza a muchos de nuestros amigos, con los que muchas veces tenemos serios, pero muy serios problemas de comunicación para que nos comprendan. La idea que tiene del campo el común es de algo que le resulta sustancialmente remoto, un lugar donde hay mosquitos y toda clase de bichos, algo que comúnmente ven a través de las ventanilla del ómnibus cuando van a Córdoba, o que intuyen como algo oscuro más allá de los jardines del country, algo que se parece a las villas miserias, pero que nos despierta otros sentimientos más oscuros todavía, tal vez menos mezquinos pero más angustiantes, porque refieren a lo impredecible, a lo impensable y a lo inmanejable. La ciudad en cambio es un lugar que nos es cómodo, porque nos es abarcable, porque nos es pensable, porque nos resulta protector pese a sus riesgos, porque son los riesgos que nosotros mismos nos creamos. Entonces nos decimos, los problemas de la ciudad son los problemas de siempre, el tránsito, los alquileres, la droga, la mala educación, los baches, los que sacan la basura fuera de hora, el que no haya un policía cerca cuando se lo necesita, y además podríamos añadir, el que llueva, porque en la ciudad es un problema cuando llueve, nos mojamos, pisamos un charco, algunas calles se inundan, los techos a veces filtran humedad, los colectivos no paran contra el cordón… Y nos mentimos como unos cretinos pero nos quedamos conformes con nuestro discurso de entre casa. Porque la estupidez humana como el infierno del mal, de la banalización del mal cotidiano, se construye con pequeñas cosas, con cosas muy pequeñas. ¿Cómo nació esa costumbre impuesta de que los chizitos, las salchichitas, los patys y la comida basura son comida de niños y que toda esa chatarra se debe regar con Coca en una fiesta de cumpleaños, según corresponde? ¿Corresponde envenenar a nuestros niños y a sus compañeritos de la escuela? También nos olvidamos entonces, de cuando las abuelas cocinaban especialmente los manjares de las fiestas de cumpleaños y todo era fatto en casa y lo más natural posible? Y cuando vamos a la playa, si hasta pareciera que vamos embalados como si fuéramos en aquellos tubos neumáticos que se usaban antes en el Correo, o acaso vamos dormidos y nos despertamos en el ómnibus al llegar a la ciudad de la costa. Y continuamos pisando las veredas, las calles, y tenemos siempre bares y vidrieras para mirar, y hasta en la playa buscamos dónde cambiarnos, donde está el baño, dónde los boliches y el responsable de las tiendas, la pasarela por donde se camina, el bañero, la policía, etc.… así vamos por la vida…Muchos, muchísimo de nosotros nacimos en el campo o somos hijos de gente que nació en el campo o tal vez en un pequeño caserío, pero no sorprende que en un país tan desmemoriado como el nuestro, hoy consideremos con naturalidad, que el lugar para vivir sea la ciudad.
Es bueno que reflexionemos sobre estos temas, porque a causa de esa naturalidad con que tomamos el hecho de ser urbanos, de ser citadinos, de ser ciudadanos y de cómo el ser ciudadanos sea el modo de alcanzar ese modo universal de ser civilizados y de conocer y asumir los propios derechos, justamente de ciudadanía o sea de los que viven en la ciudad. A consecuencia, digo, de que consideremos connatural el vivir en la ciudad, a consecuencia de ello es muy probable que nuestro imaginario sea tan limitado y tan poco ecológico, no nos preguntamos adonde va nuestra basura, no nos interesa de dónde vienen los alimentos que hallamos en la góndola, y el que sean transgénicos o que estén contaminados, nos da lo mismo, siempre que no sean más caros que lo habitual. Siempre recuerdo cuando interrogué a unos responsables de una chacra para jóvenes adictos. Me llamó la atención que en el menú de servicios ofrecieran tareas rurales. Cuando les pregunté cuáles eran esas tareas, dudaron un momento, luego fueron enumerando con los dedos: lavar la pileta, cortar el césped, recortar el ligustro… Si vivimos en un espacio que consideramos propio porque rigen nuestras leyes y por fuera existe otro espacio que es el espacio de lo innombrable, de la barbarie, de lo impredecible… se hace natural despreocuparse de adónde va la basura, porque la basura va del espacio acotado del orden de la ciudad al espacio de lo innombrable que rodea la ciudad… qué importa entonces lo que hagan con ella? He visto cortar el césped de un jardín y tirar la bolsa de pastito cortado en la calle, sobre el asfalto, y he visto tirar los pañales sucios descartables por encima de la pared divisoria del vecino…porque en esa ecuación que cultivamos del adentro y el afuera, el espacio acotado de la ciudad puede terminar achicándose al espacio mínimo y extremadamente egoísta de nuestro terreno y ya deja de importar qué pasa del otro lado de la pared divisoria o más allá de la propia vereda… Y resulta que por no aceptar lo innombrable del campo, de la selva, del estero, de las islas, de esos lugares donde rigen las leyes de lo impredecible que no son más que las leyes de la Naturaleza, terminamos rodeados por la angustia y por lo hominoso en ese mismo rincón urbano que elegimos para escondernos y no nos salvan ni los chicitos, ni las luces del shopping, ni las píldoras que usamos para procurar el sueño.
Yo he caminado bastantes países de la Tierra y Dios sabe cuanto he añorado a la Argentina, y hasta a la misma terrible Buenos Aires, y sentí ternura cuando volví, y escuché a mi vieja alguna vez decir: porque todo el mundo sabe que como en la Argentina no se come en ningún lugar… pobre vieja, jamás había cruzado la General Paz sino para visitar las cárceles donde permanecía su hijo encarcelado por motivos políticos, pero estaba convencida que en ningún lugar del mundo se comía como en la Argentina…Así pensaban nuestros padres…y tal vez en alguna época remota tuvieran razón… Ahora algunas cosas han cambiado, aunque todavía no nos interrogamos por qué cambiaron. No solo me refiero a los que no tienen qué comer y mueren de hambre como en el antiguo Impenetrable de la provincia del Chaco, hoy un páramo más gracias al boom de la Soja. Aún los argentinos de clase media que comen bien, no comen sino la cuarta o la tercera parte de lo que hoy come un europeo o un norteamericano cualquiera. Y aparte de eso, y con excepción de aquellos que continuamos comiendo carne pastoril, podríamos decir que es probable que en cualquier lugar de Europa, aunque cara, se pueda comer una carne mejor y más sabrosa que la Argentina. Cómo los argentinos aceptaron comer sin protestar la carne de corral de engorde que se come hoy día, es uno de los grandes interrogantes sin respuesta frente al cuál no vale ni siquiera la teoría de cómo hacer para hervir un sapo sin que intente salirse.
En estos días el Tribuno de Salta, parece haberle sido infiel a la plantita maravillosa que siempre y desde los orígenes le dio de comer, y ahora nos descubre con grandes titulares que la Soja es también, una plantita milagrosa, y que en la ciudad de Tartagal, una pequeña localidad cercana a la frontera con Bolivia, en medio de un paraíso de selva, lamentablemente en pleno proceso de desmonte devastador, se implementa un plan de alimentación infantil con esa soja milagrosa que reemplazaría a la carne, la leche y todo lo demás que constituía un rico patrimonio alimentario, y que donan los productores, justamente los productores de soja que desmontan la selva, esa selva única, esa selva maravillosa que se conoce como selva húmeda de Yungas…. ¿Saben cuantos comedores para niños hambrientos hay en esa pequeña localidad argentina perdida en la zona de frontera? ¿Saben cuántos comedores para niños con hambre hay en esa comunidad lejana de la provincia de Salta, que fue noticia cuando a consecuencia del desmonte provocado por los sojeros entre los que habría estado Macri, el río se llevó por delante un puente y buena parte de la ciudad de Tartagal? Setenta, setenta comedores, setenta comedores donde centenares de niños han comenzado el proceso de gradual envenenamiento y cretinización con porotos de soja transgénica. Y las autoridades aplauden, porque les resuelven el problema de los hambrientos, y los que se enriquecen con el desmonte aplauden también, porque les alivia la conciencia, y los progresistas aplauden porque tendrán una clientela a la que dar de comer y buena parte de la izquierda aplaude también, porque podrán ponerle a cada indigente estupidizado por la ingesta de Soja la respectiva gorra pochito con la sigla partidaria, y la Iglesia bendice con el auspicio de los sojeros de Cáritas que ponen los ojos en blanco mientras acumulan sus fortunas a mil pesos la tonelada, y todos los que se preocupan por el orden y porque las cosas no cambien también aplaudirán porque un pueblo que come soja no sueña sueños de libertad ni de cambio, ni lucha por lo suyo ni tampoco conserva su cultura…
Y ahora nos preguntamos: y que tiene que ver el que el taxista de Buenos Aires maldiga cuando llueve, con que no está el policía de la esquina, con que nos gusta ir al shopping porque podes pasear con la familia sin que te roben los arrebatadores y ver cosas lindas, y además podes comer platos raros en el patio de comidas. Qué tienen que ver con Tartagal aquellos pasajeros de un ómnibus al que le hice dedo bajando del cerro Tronador cuando yo era joven y mochilero, que estaban todos recién casados y en luna de miel, y que lo único que hacían en vez de mirar el paisaje o hacerse mimos como uno supondría que debían hacer, era hablar entre ellos acerca de dónde poder comerse en Bariloche la milanesa más grande a más bajo precio. Qué tiene qué ver cada cosa con la otra y cada cosa con el todo, cuando somos un solo país y la realidad es una sola y es siempre compleja, y los hechos interactúan entre sí y si perdemos la visión del conjunto y dejamos de relacionar los hechos y sobre todo si dejamos de interrogarnos, deberíamos saber que es como si extraviáramos nuestra humanidad.
Sepamos que como en la Matrix, tenemos dos pastillitas que podemos tomar, si elegimos la azul le recomendamos cambiar de programa, si elegimos la roja, continúe escuchando a Horizonte Sur. Bienvenido al mundo de lo real. “Centenares de empresas mineras con tecnologías de cianurización, emplazándose en la precordillera y llevándose por delante con prepotencia la opinión de los pueblos afectados que resisten su instalación heroicamente. Más de veinte millones de hectáreas de cultivos transgénicos que han barrido con asentamientos y pueblos rurales, con pequeños productores, con la apicultura, con los tambos y con los campesinos. Centenares de millones de litros de tóxicos asperjados desde aviones y mosquitos sobre los monocultivos y las poblaciones cercanas, contaminando las cuencas de los ríos y convirtiendo el cáncer y las enfermedades terminales en el paisaje epidemiológico habitual de las localidades pequeñas y los barrios periféricos de las grandes ciudades. Las banquinas sembradas o fumigadas por doquier impiadosamente, para abolir toda biodiversidad, y las rutas colapsadas por cientos de miles de camiones transportadores, ocasionando muertos innumerables por accidentes de tránsito, mientras los gobiernos multiplican hipócritamente los cursos sobre educación vial y el jefe de los camioneros es el Secretario General de la CGT, el jefe de los desempleados de la Agricultura el Secretario de las 62 Organizaciones y el Jefe de la CTA es el Secretario de las innumerables escuelas rurales que cierran por falta de niños o apenas sobreviven con los mínimos indispensables y bajo la constante lluvia de plaguicidas, mientras la contaminación continúan siendo un problema oficialmente ajeno a los riesgos del trabajo docente. En esta nueva fase de los Agronegocios, gigantescas plantas de biocombustibles se construyen sobre el Paraná para abastecer los motores europeos, mientras el primer gran accidente en la Universidad de Río Cuarto pone al descubierto con seis cadáveres, la transformación de nuestras universidades en empresas prestadoras de servicios para el nuevo modelo global de los Agrocombustibles y la producción masiva de carnes en encierro, alimentadas con los subproductos industriales de la generación de combustibles, transformados en piensos.
Mientras la Secretaría de Agricultura continúa liberando transgénicos y el CONICET y el INTA, continúan discurseando con ligereza sobre una supuesta Biotecnología Nacional, o sea que presuponen que en los marcos de las actuales servidumbres globales, alguna biotecnología podría llegar a ser “Nacional”, el país es violentamente remodelado con expulsión masiva de poblaciones hacia las grandes urbes, los pooles de siembra comienzan a ser reemplazados en la ocupación del territorio por los fondos de inversión que compran campos y estancias, y en su primera acción de posesión destruyen los cascos y todo patrimonio arquitectónico y forestal que caracterizaba los antiguos paisajes rurales. El mensaje es claro. Este modelo es irreversible, el campo no es un lugar donde vivir, es un territorio para agriculturas industriales y producción de biocombustibles, nadie tiene derecho a producir sus propios alimentos, para proveerse de comida están las góndolas de los supermercados y para los indigentes y hambrientos, están los comedores del Estado y de Caritas, donde podrán alimentarse con soja transgénica. Así de simple y así de brutal.” Tan simple y tan brutal como ese producto bruto que continúa creciendo a un ritmo chino y por el que los medios nos invitan a alegrarnos. Podemos lamentarnos o alegrarnos, podemos estar a favor o en contra, lo que no podemos es hacernos los boludos…
Jorge Eduardo Rulli
www.grr.org.ar
Horizonte Sur, Radio Nacional AM 870 y filiales del país. - Conducen Jorge Rulli y el Grupo de Reflexión Rural - Domingos de 11:30 a 12:30 (-04:00GMT) - por Internet: www.radionacional.gov.ar/
Todas las editoriales en el sitio www.grr.org.ar
From: Cristina Mandale
To: DIFUNDIR BAIRES
Sent: Sunday, January 27, 2008 10:06 PM
Subject: {posible spam} Fw: JUANA CABRERA DICE!!! nota en: http://primerafuente.com.ar/nota.asp?id_seccion=3&seccion=&id_nota=39787#
Reenvía Asamblea del pueblo de Alvear-Mendoza
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From: norberto costa
To: MOVIDA AMBIENTAL
Sent: Wednesday, January 23, 2008 12:38 PM
Subject: JUANA CABRERA DICE!!! nota en: http://primerafuente.com.ar/nota.asp?id_seccion=3&seccion=&id_nota=39787#
El País
COLUMNA DE OPINIÓN
Repudian el papel de la Iglesia y su relación con las mineras http://primerafuente.com.ar/nota.asp?id_seccion=3&seccion=&id_nota=39787#
A continuación se transcribe una columna de opinión de la activista ambiental Juana Esther Cabrera, asistente social e integrante de la agrupación en Vecinos por la Vida de Andalgalá Catamarca. La mujer se encadenó en más de una ocasión frente a la catedral de la vecina provincia en repudio al apoyo público otorgado por la Iglesia católica a los emprendimientos mineros multinacionales de la región. "Si evangelizar para imponer un Dios significó para la Iglesia católica, desde sus inicios, destruir religiones y matar personas tildándolas de servidoras del demonio; o ser cómplices del invasor extranjero en América (que masacró a decenas de millones de nuestros indígenas, adueñándose de sus riquezas y tierras, destruyendo sus verdaderas creencias religiosas y cultura), no estamos hoy a más de 500 años de esas viejas tácticas coloniales que son, usar el nombre de Dios con los mandamientos y sacramentos (penetraciones ideológicas para someternos a sus requerimientos), con lo que le allanan el camino a los nuevos conquistadores disfrazados de delicados señores de negocios que prometen progreso y desarrollo. Pero que en realidad nos despojan de nuestros recursos naturales y matan contaminando el agua, ante la indiferencia de ellos mismos y de los gobernantes. Y es así que jamás en la historia se vio a una Iglesia católica jugada en defender con hechos los valores del ser humano, ni en reconocer que son una fábrica de enfermedades morales y espirituales terrenales; pero sí susurros de lamentos a destiempo para decir: "existimos, estamos presentes". Y esta afirmación no puede ser desmentida por la curia argentina ni mucho menos por la catamarqueña, ya que Andalgalá desde hace más de 10 años fue señalada como "zona de sacrificio" para las explotaciones mineras, y nadie, pero nadie de nuestros protectores gubernamentales y espirituales dijo ni dice nada. Han destrozados cerros, paisajes, lugares arqueológicos, reservas naturales, han dividido a la sociedad y derrochan y contaminan diariamente 100 millones de litros de agua dulce, mientras que miles de catamarqueños, carecen por días del vital elemento que pagan religiosamente a empresas también extranjeras, a pesar de no usarla porque no tienen. El mineraloducto por el que llevan el concentrado (más de 60 tipos de minerales) ha sufrido roturas muchas más veces de lo que establece el Código Minero en el artículo 19 de la ley 24.585 sobre las sanciones a las empresas mineras que ocasionen perjuicios al medio ambiente. Han penetrado ideológicamente en los niños y alumnos de escuelas con el consentimiento de directores y del ministro de Educación sobre las bondades de la minería a cielo abierto y sobre la seriedad y la responsabilidad de las empresas. Además, sobre un desarrollo sustentable y sostenido falso, ya que es la actividad más contaminante que extrae hasta agotar al recurso no renovable, dejando a las zonas afectadas, pobres, contaminadas y enfermas. El intendente de Andalgalá, José Eduardo Perea, por tácticas de las mineras y con el guiño del Gobierno provincial y nacional, tapó kilómetros de canales de riego que por años estuvieron abiertos, manteniendo la vida de las plantas que hoy se están secando y que los mantiene tapados a pesar de órdenes judiciales de destaparlos. Llaman hoy a Andalgalá "capital de la minería"; ciudad pujante con crecimiento y desarrollo y en lo que va del año 2008 se ha quedado sin agua potable por varios días en tres oportunidades. No conformes con el desastre ambiental, social y económico que han producido con Alumbrera vienen por Agua Rica. Quieren Filo Colorado; perforaron las entrañas del Cerro Nevado del Aconquija. Le realizan voladuras, diariamente lo están lastimando, y ante esto, ninguno de nuestros representantes dice, ni hace nada. Solamente se conmueven y preocupan por ello, por el futuro de la comunidad condenada, un grupo de sus habitantes (los Autoconvocados o Vecinos por la Vida, o como se llamen, o como lo quieran llamar los interesados en la destrucción) y muchas personas de otros lugares, que sin ser curas, obispos o cardenales, llevan a cabo ese mandato sagrado que tenían nuestros ancestros (los indios), de cuidar y defender la tierra, sin poner en riesgo la vida de las generaciones venideras. Nota: si soy reiterativa en relación a documentos anteriores, sólo quiero justificar mi malestar e impotencia por la complicidad que muestra la Iglesia ante tanta destrucción y corrupción con las explotaciones mineras. La curia catamarqueña no puede ignorar la gravísima problemática social ambiental que están sufriendo y van a sufrir los pueblos del oeste. Al obispo Miani se le solicitó audiencias para tratar el problema y se le entregó pruebas, documentos, fotografías, testimonios de damnificados, filmaciones del avasallamiento y de los accidentes que producen las empresas mineras no sólo en el mundo si no en nuestra propia Andalgalá. También lo pusimos al tanto del incremento de las enfermedades respiratorias y cancerígenas que, por la política de estado, son prohibidas de ser tratadas por los organismos responsables ni mucho menos difundidas por los medios de comunicación sin excepción. Estos son comprados y silenciados por la mineras sin que éste (el obispo) haya defendido la situación de sus fieles, formando tan sólo una mesa de diálogo en donde sólo recibió concejos de gente idónea en el tema (precisamente personal de las mineras y de las Secretarías de Minería interesadas directamente), pidiendo más regalías y, a su pueblo obediente, tener conciencia minera. El nuevo obispo Luis Urbanc, sucesor de Miani, y amigo de la infancia de Sergio Tomsic (funcionario de Alumbrera), en un diálogo radial dice entre otras cosas: "...poder valerse de elementos que la tierra tiene de la cual no somos dueños (sic) sino que todo el mundo es dueño de lo que tiene la tierra....cuántas cosas tendrían directamente que cancelarse porque pueden hacer daño (refiriéndose a la contaminación minera)". Rematando el diálogo sostuvo que "existe una minería responsable en Catamarca". Con estas manifestaciones y afirmaciones de Luis Urbanc está de más decir que el Vaticano, capitalista del mundo, puso como obispo a esta persona en Catamarca para allanarles el camino a las mineras y para que imponga a los sometidos feligreses, a través de la palabra de Dios y de la amada imagen de nuestra madre la Virgen del Valle, la necesidad de entender la extracción de los minerales para el desarrollo y crecimiento de los países del primer mundo, sin importarle en absoluto el impacto nefasto que está llevando a cabo la actividad que ha sido y es denunciada ante todas las autoridades. Con esta actitud e indiferencia de la Iglesia, vemos que a sus pastores rápidamente se les está cayendo la piel de corderos y demuestran lo que realmente son: seres humanos como todos, con los mismos sentimientos, deseos, ambiciones y errores. Sería más que bueno que dejen ya de mentirle a la gente; que dejen de predicar aquello que ni ellos mismos pueden cumplir; que no debieran escudarse tras de las sotanas para ser padres de familia, un inexistente celibato o destruir hogares que ellos mismos forman, como por ejemplo, sucede hoy en Andalgalá". Por Juana Esther Cabrera, Asistente Social de Andalgalá, Catamarca.
28 ene 2008
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