18 ene 2007

EL OBISPO PAGURA VISTA PAÍSES DE LATINO AMÉRICA

Por Lucas Almada (prensa ecuménica)

Federico Pagura, Obispo (e) de la Iglesia Evangélica Metodista, visitará durante las próximas semanas Ecuador, Costa Rica y Nicaragua, para participar en diversos eventos.

Invitado por la Fraternidad Ecuménica, organización que reúne a Iglesias Evangélicas y la Conferencia Episcopal Católica Romana, participará en Quito, Ecuador, de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, bajo el lema “Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.

“La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año desea resaltar –según los organismos que auspician este evento- el vínculo existente entre la oración por la unidad de los cristianos y su búsqueda concreta. Como asimismo apoyar las iniciativas de apoyo a los que están en la necesidad y en el sufrimiento.”

Las actividades, de carácter ecuménicas, incluyen celebraciones en iglesias católicas y evangélicas, paneles y conferencias públicas en la Universidad Católica de Quito y la Universidad Andina “Simón Bolívar”. Los temas que se abordarán son “Los fundamentalismos, una amenaza para la paz”, “Ecumenismo y antiecumenismo en el siglo XXI” y “Ecumenismo y globalización”. El Obispo (E) Federico Pagura tiene comprometida su participación en celebraciones y paneles.

Luego, Pagura visitará Costa Rica, país en donde se desempeñó como Obispo durante cuatro años, con la intención de encontrarse con familiares y amigos de tantas luchas compartidas.

Posteriormente se trasladará a Nicaragua, donde fue invitado especialmente para dirigir la Asamblea Nacional de la Iglesia Metodista de Nicaragua. Los cristianos nicaragüenses, tienen por Federico Pagura un cariño especial por el acompañamiento durante el período de la revolución sandinista siendo él Presidente del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), incluido el reciente presidente electo Daniel Ortega, que no perdía oportunidad, en las celebraciones de entonces, para pedir el tango “Tenemos Esperanza” compuesto por el Obispo.

Este recorrido, por la patria grande, tan cotidiana para el Obispo Pagura, será motivo, sin duda, de encuentros con dirigentes religiosos y políticos, con quienes compartirán miradas acerca de la situación actual de la región.

Se entiende que la importancia de su visita, esta dada, por el momento decisivo para nuestro continente y el caribe, y todo lo que tienda a reforzar el movimiento ecuménico entre cristianos y la familia abrahámica, y el macroecumensimo del Obispo Casaldáliga, que incluye todas las expresiones precolombinas y universales, merece de nuestro esfuerzo. “Para el ecumenismo esta es una hora importantísima –dice, Pagura ya con palabras apasionadas- de diálogo de encuentro y de compromiso por la genuina y plena liberación de nuestros pueblos”

“Y, en mi posición - dice a la víspera de su viaje- parto de la gran afirmación teológica de ese gran profeta que Dios nos ha dado, que es Leonardo Boff, cuando afirma, la tierra se ha convertido en parte del mundo empobrecido por los sistemas imperiales; y que la iglesia, o las iglesias, no estamos llamados a gastar todo nuestro tiempo en perpetuarnos en la historia, eso le corresponde a Dios, sino en preguntarnos qué estamos haciendo y que estamos dispuesto a hacer para evitar que sea la familia humana, y sus poderes dominadores, sea la que determina su propia autodestrucción”.

Para ilustrar la situación y los desafíos actuales para nuestro continente, Pagura recurre al arcón de recuerdos, citas y anécdotas, que le brotan de cada poro. Cita a Emilio Castro cuando dijo que “Iglesia que no crece no es Iglesia” y complementa la idea con una cita de Earl Smith, quien también trabajó en Uruguay, que se preguntaba, “qué es una iglesia ‘vacía’ –y se respondía- una iglesia ‘llena’ que no cumple en plenitud su misión conforme al evangelio del Reino que predicó Jesús.”

Para, finalizar, recuerda una cena en privado, en donde un distinguido Obispo metodista estadounidense le pregunta al Obispo Balloch, metodista uruguayo, “¿usted cree que la iglesia esta llamada a predicar la conversión de las personas para que influyan en la transformación de la sociedad en el mundo?” a lo que Balloch, con la gran sonrisa que lo caracterizaba, le respondió “y si no es así ¿para qué es?”.

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