17 ene 2007

REACCION Y AUTOORGANIZACION SOCIAL PARA TERMINAR CON EL APARATO REPRESIVO

Más de una vez se ha hablado del accionar de la “mano de obra desocupada” en este casi cuarto de siglo que ha transcurrido desde el fin de la dictadura militar y el inicio de la democracia. Esta formulación esconde poco y mal la pretensión de negar el parentesco de sangre que une a una con la otra.

No se trata de negar las diferencias sustanciales que existen entre uno y otro régimen. Sin embargo, la desaparición y reaparición de Luis Gérez con manifiestos signos de tortura, la desaparición de Jorge Julio López, ocurrida el 18 de setiembre de 2006, luego del testimonio clave que realizara contra Miguel Etchecolatz, vicejefe de la policía de Buenos Aires durante la última dictadura militar, no pueden disociarse de la escalada brutal que ha experimentado en la última década el denominado “gatillo fácil”. Hace sólo un par de semanas se dio a conocer un informe en el que se señala que en 1996 hubo un promedio de 2,6 muertes por mes por represión policial, mientras que en 2006 la cifra subió a 15 (datos de la Correpi).

En estos días, en el barrio Los Hornos, de la ciudad de La Plata, la “maldita policía” asesinó a Damián Barzabal, un pibe de 17 años. En esas 72 manzanas vivían los asesinos de José Luis Cabezas, de allí desapareció López y ahora un joven fue rematado con un tiro en la nuca dentro de un patrullero. ¿Mano de obra desocupada? Es algo más que un parentesco de sangre: es la sangrienta y cotidiana manifestación de un lazo esencial.

No es nada casual que el gobierno haya recurrido una y otra vez al argumento de la “mano de obra desocupada”. De ese modo buscan presentarse también ellos como víctimas, cuando no es otro que el Estado argentino el principal responsable de estos crímenes, actuales y democráticos.

No ceder en el compromiso y en la lucha por la aparición de Jorge Julio López es indispensable y vital. Lo es sobre todo y en primer lugar, si lo comprendemos como una posibilidad y hasta una necesidad que requiere crecer desde abajo. La desaparición de López no ha logrado aún despertar más extendida y profundamente a la sociedad que hasta ahora no ha reaccionado suficientemente al horror de una nueva desaparición. No sólo por la acuciante necesidad de que López aparezca, de que se sepa qué ha sucedido, sino también como rescate de la misma sociedad, como ruptura indispensable para frenar los crímenes que se suceden en todos los rincones.

Para ello también es preciso evitar que cada 18 tienda a convertirse en una suerte de ritualidad y, en cambio, podamos vivir y hacer vivir cotidianamente la urgencia y la fuerza posibles de una condena surgida desde las entrañas de la misma sociedad como afirmación de una vida diferente.

Por la aparición con vida de Jorge Julio López
Basta de amenazas y muertes. Basta de gatillo fácil
Rechacemos las trampas de la política y del gobierno
Ni memoria oficial, Ni justicia de Estado
Reacción y autoorganización social para terminar con el aparato represivo
A cuatro meses de la desaparición de Jorge Julio López
Marcha de Congreso a Plaza de Mayo
Jueves 18 de enero, 17 hs.
Socialismo Libertario
Invita a marchar juntos y juntas,
juntándonos en Av. Rivadavia y Rodríguez Peña

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