18 sept 2007

UN AÑO SIN JULIO LOPEZ

Ya pasó un año de la desaparición de Julio López. No es el primer desaparecido en democracia, pero por haber sido un testigo clave en la causa contra Etchecolatz, es el que muestra claramente que hay sectores de las fuerzas de seguridad en actividad relacionados con la dictadura y protegidos por el aparato político.

Los juicios a los represores fueron reabiertos gracias a la movilización y la lucha popular. No son producto de la “buena voluntad” del gobierno de Kirchner, que con la desaparición de López y las amenazas sufridas por varios testigos, demuestra que no es capaz (y que no tiene la intención) de proteger seriamente a quienes testifican contra los militares y civiles involucrados en la dictadura del 76’. Esto no es casual, así como no hay “nueva política” con Kirchner, tampoco hay militares y fuerzas policiales “democráticas” que se diferencien sustancialmente de las de la dictadura. Su objetivo es el mismo: terminar con la lucha y la organización popular, e incluso hoy vuelven a usar los mismos métodos: el secuestro de militantes con autos sin identificación para después de varias horas legalizarlo como preso, como ocurrió con “Boli” Lezcano integrante de Quebracho; el fusilamiento de Carlos Fuentealba en Neuquén; la impunidad de que un ex funcionario como Varizat atropelle una movilización docente en Santa Cruz, etc. Todo esto se suma a las torturas en las comisarías; los casos de gatillo fácil; las amenazas y la persecución sufrida por los sectores en lucha, como los trabajadores del INDEC, del subte, los docentes, etc. Encima ahora se sancionó la Ley Antiterrorista (a pedido de EEUU) que por su ambigüedad permite incluir dentro de esta figura cualquier actividad política opositora. La represión que ejerce el “gobierno de los derechos humanos” deja al desnudo su contradicción, quien se reivindica como hijo de las madres de plaza de mayo tiene más procesados por causas sociales y presos políticos que cualquier otro gobierno democrático.

Hay que ser claros: A Julio López lo secuestraron sectores de derecha que siguen actuando desde la última dictadura militar, integrados a las fuerzas de seguridad y que gozan de total impunidad. Esto demuestra que el aparato represivo que actuó hace 30 años no fue desmantelado y que existe una continuidad que no modificaron las famosas “depuraciones”. Por eso decimos que el Estado es cómplice y responsable de la desaparición de López y su inacción, pasado un año, no deja dudas sobre esto.

Unidad para enfrentar la represión

Ante este panorama represivo es necesario que construyamos desde abajo, en los barrios, en los lugares de trabajo y estudio, la legitimidad de nuestra lucha, el apoyo que nos permita rodear de solidaridad cualquier conflicto y resistir las acciones represivas del gobierno. Tenemos que difundir y denunciar todos los hechos represivos, tanto los que ejerce el gobierno a través de métodos “legales”, como los casos en los que utiliza patotas (servicio que prestan muchas veces la burocracia sindical y las hinchadas de fútbol), y matones como los que amenazan y agreden a los luchadores sociales, que “supuestamente” actúan al margen del Estado. Debemos enfrentar esta avanzada represiva con la Unidad de todos los sectores en lucha.

- Exigimos al gobierno la aparición con vida ya de Julio López
- Castigo a los asesinos de Carlos Fuentealba
- Basta de represión y persecución a los luchadores. Libertad a los presos políticos
- NO a la ley antiterrorista
- Juicio y castigo a todos los culpables

FRENTE DE ORGANIZACIONES POR EL PODER POPULAR
( MTL Rebelde + Mesa Coordinadora Barrial + MoTOR + UTdoch + Frente Universitario de Luján )

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