7 dic 2006

POSTERGAN TRATAMIENTO DE LA LEY DE BOSQUES

Diputados oficialistas ceden a las presiones de los desmontadores
BUENOS AIRES, 7 de diciembre de 2006 – Los diputados oficialistas cedieron hoy a las presiones de las provincias de Salta, Formosa y Misiones y no lograron tratar la votación en particular de la Ley de "Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental del Bosque Nativo", que decreta la emergencia forestal en todo el territorio nacional, impulsada por el diputado Miguel Bonasso y por Greenpeace.
La norma había sido aprobada en general la semana pasada y la votación en particular debía resolverse hoy, luego de una semana de presiones donde los diputados que representan a las provincias del NOA y NEA intentaron desvirtuar algunos artículos claves, para convertir al texto original en inaplicable o meramente declarativo.
"En la misma sesión en la que el oficialismo desistió de tratar la ley de presupuestos mínimos impulsó una declaración de preocupación por la situación de Impenetrable chaqueño, esto demuestra que sólo están dispuestos a sacar declaraciones, pero no a resolver la cuestión de fondo y a enfrentarse con intereses poderosos", sostuvo Juan Carlos Villalonga, director político de Greenpeace.
Finalmente, al no lograr un acuerdo interno, los diputados oficialistas decidieron trasladar el debate de la votación en particular a la semana próxima, cediendo así a la presión de las provincias desmontadores, comprometidas con intereses económicos en detrimento de los últimos bosques nativos argentinos.
El proyecto cuenta también con el apoyo de la secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Romina Picolotti, quien sostuvo que la ley constituye "un instrumento legal indispensable para detener el proceso de rápido deterioro actual y comenzar a solucionar el problema". (1)
La norma establece "una moratoria a los desmontes por 5 años o hasta tanto cada provincia desarrolle un ordenamiento territorial en sus bosques nativos, para que el territorio sea utilizado de manera racional, compatibilizando las necesidades sociales, económicas y ambientales."
La Ley de Bosques fue impulsada por Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas y cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones campesinas e indígenas como la Federación Agraria Argentina, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) y la Organización de Naciones y Pueblos Indígenas en Argentina (ONPIA).
"Estamos muy cerca de lograr algo fundamental para el futuro de nuestros últimos bosques nativos, ya que el ordenamiento ambiental que propone la ley es un instrumento de política ambiental nacional fundamental, cuyo objetivo es regular el uso del suelo y las actividades productivas, con el fin de lograr la protección del medio ambiente a partir del uso sustentable de los bosques nativos, tras una evaluación de las unidades presentes en cada provincia", explicó Villalonga.
La norma establece diez criterios ecológicos y categorías de conservación que apuntan a planificar las actividades forestales, agrícolas y ganaderas evitando la fragmentación y degradación del bosque nativo, y establece como prioritarios cuidar a los bosques que actualmente ocupan y utilizan comunidades indígenas y campesinas.
En la Argentina, por año, se desmontan 250 mil hectáreas de monte nativo, principalmente en el Chaco Seco, donde se produce el 70% de la deforestación anual por culpa de la expansión agrícola (en la mayoría de los casos soja transgénica) y ganadera. El Chaco Húmedo y la selva pedemontana de las Yungas forman parte también de la lista de áreas amenazadas. La Selva Misionera alberga la más alta biodiversidad del país, pero sólo queda un 7% de la superficie original, y la mayor parte se encuentra en nuestro país, ya que en Paraguay y Brasil ha sido prácticamente destruida. A la destrucción del bosque para conversión en tierra de cultivo se le suma el reemplazo de selvas por forestaciones implantadas, para uso industrial.
El Gobierno Nacional, en su Informe Geo Argentina 2004, consideró que "la Argentina se encuentra en estado de emergencia forestal y si se mantiene la meta de llegar a los cien millones de toneladas de producción de granos, tendría que extenderse la frontera agropecuaria entre 12 y 15 millones de hectáreas, con lo que en los próximos años estaríamos convirtiendo a la actividad agropecuaria el 50 por ciento de la actual cobertura de bosques nativos".
"De los bosques obtenemos una serie de bienes y servicios indispensables para nuestra supervivencia: alimentos vegetales y animales, maderas y medicamentos; y juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Por ello, las selvas y demás bosques son posiblemente el patrimonio natural más importante pero también el más amenazado y depredado por la mano del hombre", agregó Giardini.

PRENSA GREENPEACE

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