Por Freddy Tarcaya Gallardo
Las fuerzas fascistas que habían confluido en la asonada golpista de septiembre y octubre pasado, generando condiciones para desplazar del poder al gobierno de Evo Morales y con ello instituir un gobierno títere timoneado por la embajada norteamericana. Esta intención fue abortada por la movilización del pueblo que opuso resistencia a las intenciones de la burguesía gamonal y terrateniente.
La derecha en desbande y desarticulada muestra fracturas en su interior, al aflorar denuncias de los “siervos” contra los “señores”, a quienes acusan de haber participado directamente en los hechos terroristas, este hecho no es casual porque evidencia que los grupos fascistas al fracasar en su aventura golpista se hallan en pugnas intestinas, pues el aborto estrepitoso de la asonada trajo consigo desazón en las filas reaccionarias.
Al no ser coronado el objetivo supremo: el derrocamiento de Evo Morales, lo que implicaba masacrar a sectores sociales como ocurrió en Porvenir. Los “generales” del “Golpe Cívico Gamonal”, reciben la artillería de sus propios secuaces de ayer, Branco Marinconvic fue acusado de haber promovido directamente los actos violentos de las bandas fascistas que asolaron Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando donde se llevaron la vida de 16 campesinos brutalmente masacrados, por las huestes del “Carnicero de Porvenir”.
La acusación de Moreno, tiene como telón de fondo el quiebre de la fidelidad perruna al amo, el cual ayer los amantaba con dadivas de la embajada norteamericana. Los acérrimos de Branco Mariconvic desmienten desesperadamente las afirmaciones del desertor, lo acusan de estar soliviantado por el gobierno, sin embargo, queda claro que los oligarcas participaron y financiaron directamente las atrocidades terroristas de sus mercenarios.
No olvidemos que Mariconvic tiene el perfil fascista elaborado desde sus raíces ancestrales croatas, pese a ello su esta enclenque formación ideológica le hacen ver fantasmas comunistas en cada acción del gobierno, peor aún si vienen de los movimientos sociales. Ya en una ocasión aseguró que se “derramará sangre” y que “no será vano”.
Sin embargo de ello, no todos los golpistas se hallan detrás de las rejas y a buen recaudo, los prefectos Cossio, Costas, Suarez y los “lideres” cívicos como Branco, se pasean las calles libres de toda culpa, apadrinados desde las esferas corruptas de la justicia boliviana, donde fiscales, jueces y ministros de corte se revuelcan en el charco del soborno.
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