Comunicado de prensa:
Dijo el policía homicida: "Obré dando cumplimiento a las órdenes de la superioridad".
Dijo el perito de Gendarmería: "La versión de Luquet sería extraordinaria dentro de lo raro".
En la segunda jornada del juicio contra el policía federal Justo José Luquet, acusado por fusilar a Marcelo Báez (16) el 4 de marzo de 2002, los peritos aseguraron que su versión de los hechos es imposible, y ratificaron las conclusiones del informe pericial que permitió su procesamiento.
Para tratar de mejorar su comprometida situación, hoy el policía Justo José Luquet decidió declarar al inicio de la audiencia. En absoluta contradicción con lo declarado ayer por el suboficial Ianello, que dejó claro que Marcelo Báez no efectuó disparo alguno ni portaba armas, y que estaba tratando de incorporarse de espaldas a él, luego de caer al suelo de su bicicleta cuando Luquet lo mató de un tiro en la sien, el acusado sostuvo que Marcelo estaba acostado boca arriba en el piso, y desde allí, mirando de frente a Ianello, disparó una vez, lo que hizo que él empuñara su arma y disparara.
La posición señalada por Luquet, según los peritos de Gendarmería Dr. Gustavo Burzstyn y comandante Hugo Iseas, no es compatible con la trayectoria del disparo, que ingresó 8 cm. por arriba y uno por adelante de la oreja derecha, salió del cráneo por la base del cuello en diagonal hacia abajo, y reingresó en el hombro izquierdo, para quedar alojado en el lateral de la escápula. Iseas manifestó en la sala que, para que el disparo se produjera como dijo Luquet, "teComunicado: ndríamos que poner el tirador arriba del techo del auto o en un árbol o escalera", porque "no me da la trayectoria, no lo veo posible". En cambio, aseguró, la conclusión a la que llegaron en la pericia realizada, de que en el momento de recibir el disparo Marcelo estaba agazapado, tratando de incorporarse y caminando hacia atrás, "nos da mejor, es la más probable".
A su turno, el Dr. Burzstyn explicó que la posición indicada en la pericia "Es la única que explica que el mismo proyectil causar las dos heridas". Respecto de la hipótesis planteada por el policía Luquet fue implacable: "Sería lo extraordinario dentro de lo raro". El perito de la querella, el médico legista y criminólogo Dr. Hugo Nandín coincidió con los expertos, y agregó que sería "imposible la trayectoria comprobada en la autopsia como lo describe el Sr. Luquet".
Completaron la jornada el sacerdote Jorge Romero, párroco de la capilla del barrio donde vivía Marcelo, que lo describió como un chico "que estudiaba y trabajaba, muy luminoso, siempre sonriente", y el maestro Eduardo Corazzina, que recordó a su ex alumno como buen deportista, "nada agresivo, siempre dispuesto a colaborar".
Cuando terminó la audiencia, en los pasillos del tribunal resonaban todavía las palabras finales del policía Luquet, que trató de justificar su acto diciendo "Quiero aclarar que obré dando cumplimiento a lo que me ordena la superioridad". Lo dicho, no hay manzanas podridas ni loquitos sueltos. El gatillo fácil es una política de estado.
El jueves 5 de junio se escucharán los alegatos de las partes.
CORREPI Coordinadora contra la Represión Policial e InstitucionalCiudad de Buenos Aires • Argentina
30 may 2008
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