26 may 2008

LUEGO DE UN ESCRACHE ALLANAMIENTO DUDOSO A UN TALLER TEXTIL

Publicación: 26/05/2008
Temática: Justicia
LUEGO DE UN ESCRACHE
Allanamiento dudoso a un taller textil Fue realizado por los policías de la seccional 20, quienes dejaron entrar al subsecretario de Trabajo, Jorge Ginzo; al director de Protección del Trabajo, Nicolás Siseles; y a la directora de Trabajo Domicilio, Liliana Rapicaboli, dos horas después. La organización Alameda, que denunció al taller, expresó que 'fue arreglado con la mafia coreana'.Por Lucas Schaerer NOTICIAS URBANAS realizó la cobertura de un escrache que forzó a un juez Federal a la realización de un allanamiento en un taller textil denunciado penalmente porque allí habrían nacido dos hijos de costureras (sin atención médica por su condición de semiesclavizados) que, además, incluía a una treintena de costureros, muchos de ellos menores edad e inmigrantes bolivianos indocumentados.El escrache de la organización denunciante La Alameda, llegó a la sede del taller textil (Dean Funes 1754/60), a las 19. La pirotecnia, bombos y su clásica bandera de color amarrilla y letras verdes provocó que muchos vecinos salieran a ver que sucedía. Muchos de los ciudadanos del barrio Parque Patricios acercaron su solidaridad, preguntaron de qué se trataba, otros se molestaron por el ruido, aunque compartían, y algunos dieron cuenta de más talleres y destalles sobre el escrachado.Los forcejeos al portón de ingreso al taller textil y los cánticos para que liberen a los costureros fue registrado por los noticieros televisivos y radiales. La policía federal, seccional 20, no hacía más que cortar la totalidad de la calle Dean Funes con cuatro móviles.Los federales sólo se acercaron cuando el titular del juzgado federal Nº 12, Sergio Torres, ordenó allanar pasadas las 22, pese a que la denuncia se radicó al mediodía de este viernes. El trámite judicial se inició en el juzgado de Norberto Oyarbide pero éste se desentendió de la denuncia pese a esta a cargo de la megacausa contra el sistema neoesclavista de la industria textil, en la que debe investigar las marcas de ropa más importantes del país y en el mundo.Los integrantes de la Alameda estaban esperanzados en dar con los niños nacidos esclavos, los menores y los indocumentados, que había denunciado una costurera que se había fugado del taller propiedad de un coreano 'con importante influencias económicas y políticas'. La costurera liberada R.V. denunció los hechos ante La Alameda porque no confió que la justicia los protegiera del poderoso patrón Kim Paek Un H y su encargado boliviano, llamado Víctor, los cuales terminaron esposados y detenidos en la comisaría 20.Los bomberos llegaron para abrir el portón de color azul y tras eso ingresaron los efectivos de la seccional 20 con el liderazgo del comisario Ricardo Clarc. Afuera esperaron -por dos horas-, el subsecretario de Trabajo, Jorge Ginzo; el director de Protección del Trabajo, Nicolás Siseles; y la directora de Trabajo Domicilio, Liliana Rapicaboli. La justificación del comisario Clarc por el retraso del ingresó de los funcionarios fue que 'en la orden de la justicia no figuraban con autorización al ingreso'. LA MAFIA COREANA'Hola Gustavo, vos sos el justiciero, el zorrillo (cuando quiso decir el emblemático personaje televisivo el zorro). Cómo podemos suavizar la situación', así empezó un coreno la charla en medio del escrache, con Vera. 'Este personaje -expresó Vera a NU- vino a intimidar a los costureros y a tratar de arreglarme con plata. Tiene tanta impunidad que quería entrar al taller para arreglar con la cana. Se llama Jorge Kim y es el presidente de la Cámara de Asociación de Empresario Coreanos de la calle Avellaneda. Esto lo voy a denunciar en la justicia'. Minutos después del allanamiento llegó hasta el escrache un supuesto ex empleado del taller. Este ingresó como testigo del procedimiento policial. El referente de La Alameda, Gustavo Vera, relató que 'el testigo, supuesto ex empleado, estuvo todo el allanamiento sentado en la oficina administrativa mirando papeles y no revisando el lugar'. La madrugada y el frío avanzaba con rigor. Pocos de los que se movilizaron a escrachar quedaban. Tres coreanos rondaban la zona. Los costureros después que declaraban en el taller mismo eran, algunos, traslados a la seccional y sino a la calle. Allí se vió que algunos de ellos por su contextura a aparentaban ser menores de edad. Cuando se intentaba hablar, algunos en ojotas y sin medias pese al frío, repetían que trabajaban bien, en horario y desmentían todo. Sobre los colchones que fueron encontrados en los cuartos repetían que era 'para los que vivían lejos'.'Esto es la mafia coreana con complicidad de la policía. Sabemos que dentro de la oficina del taller había fotocopias de la cédula de identidad de los costureros. La policía no entregó a los inspectores la documentación que acreditaría las edades y a nosotros nos rechazó como testigos diciendo que era orden del juez, lo cual es mentira', añadió el líder de La Alameda, quien recurrirá a la justicia para denunciar estos hechos.La Dirección de Migraciones, que depende del Gobierno Nacional, estuvo ausente en toda la jornada por lo que no se pudo verificar la documentación personal más allá de las declaraciones de los costureros. 'Dejaron dudosa la cuestión de los menores e inmigrantes. Quieren que el tema pase a un correcional y duerma en un cajón. Además no se clausuró y los detenidos están libres hoy', concluyó Vera.El resultado del allanamiento por parte de la Subsecretaría de Trabajo arrojó que 30 personas trabajaban, tres exhibieron documentos, y se encontraron cuartos con colchones, por lo se suspendieron tareas por 72 horas en cuestiones de seguridad e higiene con apercibimiento de clausura. Hasta el jueves tiene la patronal coreana la oportunidad de presentar documentación de sus empleados.El abogado del dueño del taller es Alejandro Macedo, quien reconoció defender a represores apropiadores de bebés y defender también a un acusado de narcotráfico y lavado de dinero en el caso Viñas Blancas.La asistencia social a los costureros fue también cuestionada. Tres empleados del Programa Buenos Aires Presente llegaron a la 1.40 de la madrugada casi sin poder hacer un relevamiento de las víctimas.

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