EDITORIAL “ASAMBLEAS EN RADIO” lunes 22 de junio/08

AM 1530 CADENA ECO SATELITAL

Con la definición de las retenciones en el Congreso, el conflicto entre el gobier- no y los chacareros ha entrado en una nueva etapa. Los cortes se han levantado, los piquetes han abandonado las rutas, los camioneros están transportando cereales y el de-
sabastecimiento de alimentos está quedando atrás.
Eso ha sido reemplazado, ahora, por un juego de presiones cruzadas sobre los diputados –y después lo habrá sobre los senadores- para lograr las modificaciones o la aceptación lisa y llana del proyecto del gobierno. Intendentes, gobernadores y producto- res, por un lado y emisarios del gobierno, por el otro, se turnan en éste juego de presio- nes sobre el parlamento que, todavía, no tiene un resultado claro.
Todo pareciera tender a normalizarse y los cien días más largos de los últimos años estarían pasando al olvido, diluidos en un debate parlamentario.
Pero, es realmente así?
No, la experiencia histórica indica que nada ha sido resuelto y que, más bien, las
partes en conflicto buscan un escenario en el que puedan recomponer sus fuerzas para,
finalmente, seguir adelante con la pelea. Porqué decimos esto? Porque está muy lejos del espíritu del kirchnerismo conceder en el parlamento lo que no cedió en la calle y lo mismo puede decirse de los productores agrarios.
Si los diputados actúan como cadetes del grupo gobernante, como lo han hecho en éstos cinco años, sólo conseguirán aprobar una ley a placer de Néstor y Cristina pero al costo de empujar al conjunto del sistema político al mayor descrédito social desde el 2001 y, en consecuencia, acelerarán y extenderán la crisis política abierta.
Porque, en verdad, éste momento debiera servir para hacer un recuento de fuer- zas y aliados, sobre todo en el campo del kirchnerismo. Más allá de las discusiones so- bre el último acto en la Plaza, su número, su costo y su real alcance político, está claro
que el gobierno ha salido muy debilitado de ésta etapa de la guerra gaucha. No hace falta mirar encuestas independientes, lapidarias todas ellas; alcanza con medir el humor social, perceptible en todos los campos de nuestra sociedad para comprender que el gobierno kirchnerista se enfrenta a futuros mucho más duros, complicados y caros que comprar algún diputado con la BANELCO para hacer pasar su ley.-
El costo político de tener en Luis D Elía, Pérsico, De Petris o Tumini a los voceros de la política gubernamental es muy alto. Con éste tipo de amigos no se ganan
Simpatías. Con una columna de San Miguel, en la Plaza, bajo la bandera “Aldo Rico,
Presente”, tampoco. En el mismo sentido, muy poco puede aportar el par de miles de simpatizantes de Moyano, que, encima, se fueron antes de que terminara el discurso de Cristina. El radicalismo K directamente ni fue a la Plaza, al igual que buena parte del aparato de los barones del Gran Buenos Aires, tal vez los mismos que han estado tomando mates con Duhalde para descifrar el futuro.
Alejado de la opinión pública independiente, con un aparato desgajado, con punteros horrorosos que sólo mueven gente con plata, con los viejos enemigos afilando sus cuchillos, con la Iglesia más lejana que nunca, el gobierno está, en realidad, sentado sobre un polvorín.
Una vieja anécdota cuenta que, en el peronismo, la lealtad al jefe consiste en acompañarlo, si es necesario, hasta el cementerio y, si es imprescindible, hasta la tumba,
pero que la lealtad no incluye, en ningún caso y bajo ninguna circunstancia, en enterrar- se con el jefe. Es evidente que muchos caciques peronistas opinan que ya han pasado la puerta del cementerio y que es hora de pegar la vuelta.
Mucho más cuando, al entrar el conflicto con el campo entre algodones, aun- que sea por unos días, lo que se viene es bastante malo. El constante aumento de los
precios de los alimentos, los problemas de abastecimiento energéticos, la escasez de combustible, la ola de inseguridad que sigue a todo debilitamiento estatal, se suman a la desconfianza económica de las capas medias y amenazan severamente la paz social ya no del campo sino de las grandes ciudades.-
A los intendentes del Gran Buenos Aires, los cacerolazos bastante masivos de la clase media porteña no le dolieron nada en comparación con los raquíticos pero expresivos sonidos del metal en sus propios bastiones, en sus plazas y frente a sus muni-
cipios. Y esto sucedió en varios municipios del primer cordón bonaerense, el pasado lunes, con diversa intensidad.
Más allá de éstos días frenéticos que hemos vivido, una reflexión se abre pa- so: el proyecto de poder del kircherismo, basado en el doble discurso de progresismo para encubrir una práctica de corrupción, autoritarismo, entrega del patrimonio nacio- nal, mentiras e injusticia social, ha sido derrotado. Resta por saber si su derrota se con-
sumará en el segundo capítulo de la guerra gaucha o un poco más adelante. Pero, lo im-
portante es que el régimen está perdiendo la única herramienta que podía utilizar para calmar a las fieras después del 2001 y no ha podido construir, aún, nuevos líderes para derrotar al pueblo. Por eso vemos reaparecer a De la Sota, Reuterman o Duhalde. Tiene razón Marx, tan mal citado por Cristina: la historia se repite como farsa.
Lo más paradójico de éste derrumbe es que a las huestes de Kichner y DElía no las derrota el pueblo trabajador urbano, artífice de los grandes cambios en la historia del país, sino un heterogéneo equipo de chacareros, medianos y grandes productores agrarios que, desde el punto de vista de ésa misma historia juegan afuera de la cancha, casi en la tribuna.
Habrá que ver que sucede cuando el verdadero protagonista ingrese en el campo de juego, empujado por los salarios del hambre, la miseria creciente, la crisis energética y el hartazgo político con un gobierno agotado.

FERNANDO MARTIN
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