20 jun 2008

MANUEL BELGRANO: HOMENAJE EN EL OLVIDO

El 20 de junio se recuerda el día de la bandera en homenaje a Manuel Belgrano, su creador. ¿Pero fue a caso el hecho de crear la bandera lo más importante en su vida, como para recordarlo solamente por esto?. Manuel Belgrano fue uno de los pensadores más visionarios que supo cosechar estas tierras, y también, uno de los condenados por la historia oficial argentina. Condenado al olvido, como tantos otros (¿Quién recuerda a Castelli, Moreno? ¿Y a Monteagudo?), todos ellos victimas de una política de eliminación de los próceres civiles; sólo se recuerda al Gral. San Martín, Gral. Urquiza, Gral. Alvear, Rosas, Sarmiento, Julio A. Roca y tantos otros próceres militares, algunos merecedores dignamente de éste título y otros, una verdadera vergüenza para la patria. También fue condenado a la pobreza. Nació en el seno de una familia "de bien", dio toda su fortuna por la revolución, fue un ejemplo de abnegación y humildad, elogiado y destacado por todos, pero imitado… imitado por nadie. Belgrano falleció en la miseria más grande: en sus últimos momentos no le quedaban objetos de valor por vender, a pesar de que el Estado le adeudaba miles de pesos en sueldos atrasados. Y como si todo esto fuera poco siguió siendo condenado, condenado por la historia, condenado al silencio, condenado a no ser. La fecha de su muerte se conmemora el día de la bandera, y sin menospreciar la importancia de ésta, Belgrano fue mucho mas que un "sastre", como pareciera que se lo recuerda hoy en día. Él como muy pocos hombres en nuestra historia, fue coherente en pensamiento y obra, fue capaz de pensar un país, de pensarlo sin exclusión, sin marginalidad, sin olvidar ningún aspecto.
Belgrano, un economista, precursor del periodismo nacional, impulsor del la educación popular, la industria nacional, la justicia social, ideólogo de una verdadera independencia americana, y a pesar de no querer serlo, también fue militar, luchó contra las fuerzas realistas al mando del Ejército del Norte, y sólo por considerar que así la patria lo demandaba. Estudió Abogacía en España, mientras en Francia se desarrollaba la Revolución Francesa, gracias a que tuvo acceso a libros de autores prohibidos, por ser considerado por la Iglesia como "herejes" e "inmorales", pudo nutrirse de las ideas de igualdad, libertad, siendo uno de sus principales influencia Jean-Jacques Rousseau. Belgrano decidió no quedarse en la retórica y poner en práctica sus proyectos desde el consulado, en una primera instancia, y desde los distintos lugares que ocupó después, creando así las escuelas de Dibujo, Matemáticas y Náutica. Propuso la igualdad entre el hombre y la mujer, entendía que "la mujer es la que forma en sus hijos el espíritu de futuro ciudadano" y por lo tanto una mujer ignorante era una mala generadora de ciudadanos. Intentó fomentar la industria y modificar el modelo productivo vigente, proponía subvencionar las artesanías e industria locales porque "la importación de mercaderías que impiden el consumo de las del país o que perjudican al progreso de sus manufacturas, lleva tras sí necesariamente la ruina de la nación", ésta era, a su entender, la única manera de evitar "los grandes monopolios que se ejecutan en ésta capital, por aquellos hombres que, desprendidos de todo amor hacia sus semejantes, sólo aspiran a su interés particular, o nada les importa el que la clase más útil al Estado, o como dicen los economistas, la clase productiva de la sociedad, viva en la miseria y desnudez".Impulsó e ideó distintos proyectos con un profundo sentido social, y de reparación histórica, como la monarquía Inca que en su momento propuso como forma de gobierno para éstas tierras, apoyada por San Martín y por Martín de Güemes. Cuando estuvo a cargo del gobierno de Paraguay, liberó a los naturales de las misiones; propuso la igualdad absoluta entre criollos y naturales; estableció escuelas gratuitas de primeras letras; expropió las propiedades de los enemigos de la revolución; impuso penas a los que siguieran estafando a los naturales, penas que incluían la pérdida de sus bienes, y destinó el producto de esas expropiaciones a un fondo para la construcción y el mantenimiento de las escuelas; creó derechos laborales; castigó a quienes aplicaran castigos corporales a sus trabajadores. ¿Y cómo le retribuyó el gobierno patrio todo esto? Con un juicio.
Consciente de que gran parte de sus proyectos no iban a concretarse por culpa de una acérrima oposición que llevaría a cabo la oligarquía criolla y española y los conservadores poseedores del poder político, él escribe: "Mi ánimo se abatió, y conocí que nada se haría a favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses particulares posponían el del común. Sin embargo, ya que por las obligaciones de mi empleo podía hablar y escribir sobre tan útiles materias, me propuse echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos".
Y así fue querido Belgrano, tus semillas han dado sus frutos y éstos frutos seguiremos dando semillas….

Gonzalo RIOS

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