16 may 2008

DISCURSO DEL AMBAJADOR DE PALESTINA EN ARGENTIAN, S.E. FARID SUWWAN

En el día de ayer, el Grupo Parlamentario de Amistad con Palestina de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, junto a la Delegación General de Palestina en la República Argentina, llevaron a cabo el Panel "60 ANIVERSARIO DE LA CATASTROFE PALESTINA / AL NAKBA", en el Salón Delia Parodi de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

Les enviamos en archivo adjunto el discurso del Embajador de Palestina en Argentina, S.E. Dr.Farid Suwwan.


Hoy se cumplen 60 años de la fundación del Estado de Israel y también 60 años de la tragedia palestina, el Nakba, o el desastre.
La creación del Estado de Israel puede parecer “un milagro” para algunos y será celebrada con gran alegría. Sin embargo, esta celebración encubre, cada vez menos, las bases inconfesables sobre las que este “milagro” se constituyó: la negación de los derechos del pueblo palestino, de los habitantes de la tierra, su expulsión y la destrucción de su patria. Por eso, para los palestinos y para un número cada vez más significativo de seres humanos de todas las partes del mundo, el día 15 de Mayo es un día para recordar el inicio de la tragedia aún no solucionada.

El NAKBA palestino se extiende de 1947 hasta este mismo momento, a veces con más intensidad, a veces en los bastidores.
Pero en cada uno de estos 60 años, no ha habido un único día en que los palestinos no hayan sentido en la carne la amenaza de exterminio, la total precariedad de sus vidas, la certeza de en realidad no poseer nada, ni siquiera tener una patria, un refugio, la horrible percepción de haber sido puesto en la posición de ser un pueblo que sobra en el Oriente Medio.
Un pueblo que molesta, que puede ser siempre y si las circunstancias internacionales lo permiten, arrancado, expulsado y hasta exterminado.

Para poder entender esta terrible vivencia del pueblo palestino, hay que volver un poco en la historia, a 60 años atrás.
Entre 1947 y 1949, con un auge en 1948, los judíos sionistas, a tan solo tres años del Holocausto, se propusieron en Palestina la expulsión de la mayor cantidad posible del pueblo nativo del país, así como la destrucción de las ciudades, pueblos y todo trazo cultural de Palestina.
Por que habían determinado que sería un Estado Judío, en el cual no había lugar, ni derechos nacionales, ni derechos humanos, para los no-judíos de aquella tierra, es decir, para el pueblo palestino.

Los palestinos, en 1948, representaban 2/3 de la población y se encontraban en posesión del 93% de la tierra.
Después de la proclamación del Estado de Israel, y en los meses que se siguieron, 800.000 palestinos habían sido arrancados de sus casas y de sus ciudades y lanzados al exilio. 485 ciudades y aldeas palestinas que tenían antigüedad de siglos y milenios habían sido arrasadas, casas, escuelas, monumentos, iglesias, mezquitas, cementerios, todo.
Para decirlo en pocas palabras, 2/3 del pueblo palestino fueron expulsados de la tierra donde habían vivido por milenios, el país ancestral fue destruido y robado, y la vida, incluyendo la cultura, la estabilidad, la seguridad, la esperanza, los deseos, todo lo que caracteriza a una vida humana, fue aniquilada.

En términos porcentuales significaría que 26 millones de los 39 millones de argentinos fuesen expulsados de su patria y que el 78% de la Argentina fuese ocupado y declarado como otra nación distinta, en la que los argentinos tendrían prohibido vivir y a la que no se les permitiese retornar.

Este es el desastre, AL NAKBA, que recordamos hoy, y que no ha hecho sino continuar en estos 60 años. Por esto, por esta persistencia de la tragedia durante 60 años, es especialmente hiriente este recuerdo, esta fecha.
La celebración, las músicas y las danzas se van a llevar a cabo sobre las ruinas de Palestina, sobre las tumbas de 50,000 palestinos exterminados entre 1947 y 1949 y sobre la desesperación de 800.000 personas arrancadas de su país.

Israel acabó por ocupar la totalidad de Palestina, en 1967. En esta tierra palestina de Gaza y Cisjordania, el pueblo palestino sufre persecuciones de toda orden.
25% de la población de Gaza y Cisjordania han pasado por las cárceles israelíes.
Hay en este momento 11.000 presos palestinos, la mayoría sin acusación ni condena formal, entre ellos mujeres y niños.

Existen en Cisjordania 530 puestos de control, que hacen la vida cotidiana imposible para los palestinos, además de destruir la economía e inviabilizar cualquier proyecto colectivo.
Cosas tan simples como ir a la escuela, acudir al trabajo, volver a casa, acudir a un hospital, dependen de un permiso israelí o de la voluntad de un soldado en un puesto de control.

Diariamente Israel incursiona, mata, hiere y secuestra palestinos en sus tierras y en sus casas.

Gaza, con 1.500.000 habitantes, es un inmenso campo de concentración, bloqueado por Israel por tierra, mar y aire, además de sufrir un monstruoso bloqueo humanitario y el corte de suministros de los insumos básicos.
No hay en este momento en que hablo ningún atisbo de que la Legalidad Internacional, las resoluciones de la ONU, el Derecho natural al retorno, el fin de la ocupación militar y de la colonización de la tierra palestina sean instaurados. Sin estas condiciones, no habrá paz en Oriente Medio y por lo tanto, seguiremos sin tener mucho que celebrar.
En estos 60 años y contra todas las previsiones, el pueblo palestino ha librado una batalla diaria contra el intento de aniquilación, por sus derechos humanos y nacionales. Ha conseguido alzarse en el mapa político y llevar su reivindicación adelante, contra el ejército más poderoso de Oriente Medio y contra una política inhumana de negación y desposeimiento.

Esto sí hay que conmemorarlo en sus debidos límites.

El pueblo palestino va a continuar luchando por su vida, por sus derechos naturales, por la preservación de su patria, por el retorno de los refugiados y por la creación de su Estado Nacional, sobre su tierra palestina, lado a lado con el Estado de Israel, y con su capital en Jerusalén Oriental, la Jerusalén palestina de milenios.

Estoy seguro que en un día no muy lejano, podremos realmente celebrar el mes de mayo como una fecha alegre, y recordar AL NAKBA como una tragedia pasada, ya justamente solucionada, declarando nuestro rotundo NO al racismo, a la limpieza étnica y la destrucción deliberada de la patria y de la cultura de otro pueblo, así como un enorme NUNCA MÁS, que jamás en el futuro pase algo parecido, manteniéndonos alertas contra ideologías exclusivistas, racistas, colonialistas.

Muchas gracias

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