3 jun 2008

CRISIS ENERGÉTICA: EL CHANTAJE DE LAS PETROLERAS

29 de mayo de 2008.
Compañeras/os:
Con amenazas de colapso energético, interrupción de los servicios, desabastecimiento, reclamo de incremento en los precios de los combustibles "para llevarlos a precio internacional"...las multinacionales petroleras extorsionan al conjunto de la sociedad para forzar aumentos de tarifas con la intención de engordar todavía más sus escandalosos beneficios.De la misma manera que el enfrentamiento entre el gobierno y las asociaciones patronales agropecuarias, ya dejó su primera e inocultable víctima: el bolsillo de la mayoría del pueblo. Así quienes viven de un salario, un trabajo ocasional o de un subsidio por desempleo, ven amenazado uno de sus principales derechos el de alimentar a sus familias.El saqueo devastadorNunca como ahora el hombre ha tenido tanta capacidad técnica y científica para extraer de la naturaleza lo necesario para satisfacer sus necesidades y nunca como ahora las condiciones de vida de los pueblos marchan tan brutal y aceleradamente en sentido regresivo, con millones de personas arrojadas al hambre, la miseria y la ignorancia. El mismo sistema que hoy destruye progresivamente al planeta es el que hace del lucro y la explotación del hombre la base de su existencia, el mismo que no solo contradice la condición humana sino que atenta contra la permanencia de la especie.Son las imposiciones del capital financiero internacional y de las multinacionales imperialistas, como Monsanto, Cargill, Shell, Esso, Pan American o Repsol, las que obligadas por la lógica de su propio funcionamiento irracional: "aumentar la tasa de ganancia" para sobrevivir; empujan a la humanidad al cotidiano riesgo de guerras, al crecimiento brutal de la desocupación, al descontrol de las finanzas mundiales, al endeudamiento de usura, al saqueo de las materias primas no renovables, la destrucción del ecosistema por deforestación o contaminación del agua y el aire."Producir más, gastar menos", es su lógica de acumulación.Ejemplos sobran en nuestro país.La presidenta Cristina Fernández acaba de decir que Argentina tiene potencialidad para producir alimentos para varios cientos de millones de personas; sin embargo siendo apenas cuarenta millones de habitantes en nuestro país son muchos los que padecen hambre por no tener acceso a los mismos.La ausencia de inversión en la construcción de redes gasíferas que permitan satisfacer la demanda interna, cuando más de 14 millones de pobladores no tienen acceso al gas natural por redes y están condenados a comprar garrafas a precios altísimos; va de la mano con el funcionamiento a pleno de 10 gasoductos destinados exclusivamente a la exportación, porque resulta más rentable.La desinversión en la exploración de gas y petróleo -Argentina agotará sus reservas de hidrocarburos entre 2013 y 2015 según los últimos estudios-, se combina con el privilegio de las petroleras a liquidar fuera del país el 70% del valor de sus exportaciones, utilidades que son sistemáticamente repatriadas a sus respectivas metrópolis y repartidas entre sus accionistas.Cuando el 51% en las ganancias que obtienen las 200 empresas más grandes del país corresponde a los monopolios hidrocarburíferos, y el Estado recibe sólo magras retenciones por la venta al exterior de petróleo crudo -hoy a más de 130 dólares el barril- gas licuado y combustibles -con la nafta llegando aquí a un dólar por litro-; las multinacionales se apropian de una renta superior a los 15.000 millones de dólares anuales.El contrato firmado por el gobierno nacional y los estados provinciales en Chubut y Santa Cruz con Pan American Energy (British Petroleum y Bridas) para la renovación de la concesión del mayor yacimiento del país hasta 2047 -con una renta potencial de 29.000 millones de dólares-, bajo el modelo de la entrega en 2001 de la gigantesca explotación gasífera neuquina de Loma de la Lata a Repsol; se prolonga en la tasa de ganancia de las multinacionales petroleras que en nuestro país supera el 25% del capital invertido.La parábola del sometimientoMientras la economía nacional se reprimariza aceleradamente: cuando no llueve baja el caudal de agua en los embalses y queda al borde del colapso la generación de electricidad, cuando hace frío no tenemos suficiente gas, cuando comienzan las cosechas no alcanza el gasoil, cuando aprieta el calor hay cortes de energía...el gobierno de Kirchner fuga hacia delante profundizando las concesiones al capital. Aprueba leyes con beneficios fiscales inéditos para los monopolios petroleros, reprivatiza YPF permitiendo que Repsol capitalice activos que no le pertenecen para invertir en destinos más rentables, o firma contratos espurios de la mano de Enarsa dando un paso más en la liquidación de los yacimientos ubicados en la plataforma marítima argentina.La dictadura militar abrió el camino a la destrucción total de la industria hidrocarburífera nacional. El endeudamiento de YPF fue la palanca utilizada en el camino por llevar a niveles inconcebibles la ilegal deuda externa. Pero a los militares siguió la política de apertura a los capitales internacionales del gobierno de Alfonsín. El menemismo puso el broche de oro con la privatización de YPF; estrategia que tuvo su continuidad en las presidencias de De la Rúa y Duhalde. Con el gobierno de Kirchner se cierra esta parábola, profundizándose la política de entrega y enajenación de los hidrocarburos.Hay que decirlo con absoluta claridad para que las nuevas generaciones que sufren las consecuencias de marginación y pobreza no lo olviden: la sumisión del país al imperialismo no se produjo por el desembarco militar de los "marines" en nuestro territorio, como ocurrió recientemente en Irak o tantas veces antes en diversos países latinoamericanos.La responsabilidad del metódico saqueo de las riquezas nacionales recae en las clases dominantes argentinas, la oligarquía terrateniente y las distintas fracciones burguesas, que por intermedio de los sucesivos gobiernos peronistas y radicales practicaron la asociación con el capital extranjero para su propio beneficio.Certezas del combate por venirLas entidades patronales del campo y el gobierno nacional mienten cuando hablan del impuesto a las exportaciones llamado retenciones. Las primeras, mediante el lock out, pretenden seguir percibiendo íntegramente las ganancias extraordinarias provenientes de la suba del precio mundial de los alimentos producto de la especulación y la producción de biocombustibles. Por su parte el gobierno no está pensando en ninguna redistribució n de los ingresos, sino en recaudar más para continuar cumpliendo con los pagos de la deuda externa, que crece incesantemente, y los subsidios al capital más concentrado.Por su parte el comportamiento del sector petrolero no tuvo variación durante las últimas décadas: aumento de la producción con fuerte incremento de las exportaciones de crudo, gas y combustibles, disminución de la exploración, salida de divisas al exterior, y superexplotació n de los trabajadores.Los sindicatos petroleros, agrupados en la Federación Argentina Sindical de Petróleo y Gas Privado (FASPyGP) cumplieron durante todo este período un papel decisivo para las multinacionales tomando en sus manos el trabajo sucio. Por ejemplo manteniendo un silencio cómplice durante el proceso de entrega de las riquezas de nuestro subsuelo, del desguace de YPF hasta su definitiva privatización, que tuvo entre otros efectos la reducción de 52.000 trabajadores a menos de 5.000.La ausencia de una perspectiva política propia de los trabajadores y el pueblo permite que el gran capital y sus lacayos de la burocracia sindical manipulen nuestros justos reclamos, para impedir que cuestionemos con nuestro accionar el esquema vigente de apropiación de la renta petrolera.Sin embargo tenemos un camino: encabezando la demanda por mejores salarios, jornadas máximas de 8 horas y mejora en las condiciones laborales; los trabajadores y empleados de todas las empresas de producción, transporte y comercializació n de energía debemos plantearnos la recuperación de esas empresas, su restitución al patrimonio nacional y asumir el control de la producción para garantizar el abastecimiento a toda la población. Deteniendo el saqueo del petróleo, el gas y los demás recursos naturales, para edificar una Argentina próspera e igualitaria.La importancia del combate que debemos librar excede absolutamente la geografía argentina, y hoy se traduce como un espejo en la situación de todo el hemisferio, con epicentro en Bolivia, Ecuador, y muy particularmente en la revolución Bolivariana de Venezuela. Un tembladeral continental que desata las reservas de lucha y rebeldía de nuestros pueblos. Recuperar los recursos naturales es un desafío crucial que requiere poner en pie a una fuerza de millones, acorde a la magnitud de la tarea, afirmada en las raíces de la independencia, la soberanía y la unidad latinoamericana.¡CONTRA EL SAQUEO Y LA EXPLOTACIÓN!¡EL HAMBRE ES UN CRIMEN! ¡COMER ES UN DERECHO HUMANO!ALIMENTOS SIN IVA¡CONTRA EL DESABASTECIMIENTO Y LOS ESPECULADORES!LOS RECURSOS NATURALES AL SERVICIO DE LA UNIDAD LATINOAMERICANAPETRÓLEO Y GAS: ¡NACIONALIZACIÓ N YA!
Jorge G. Montero, trabajador petrolero.Sec. Gral. Comisión Gremial Interna de la Refinería de Shell en Dock Sud - Avellaneda

No hay comentarios.: