AGUANTEN LOS CHACAREROS

Por Ricardo Fierro

La rebelión agraria volvió a las rutas. Hay que apoyarla para que triunfe, uniendo la solidaridad con los reclamos obreros, estudiantiles y populares.

1. Segundo round de la rebelión agraria
La rebelión agraria está en su "segundo round", con cortes de ruta muy grandes, muy firmes y con mucha bronca. Hay incontables asambleas, tractorazos, cacerolazos y marchas. Este "segundo round" arrancó exitoso: el gobierno se jugó a que no hubiese cortes de ruta, y fracasó (ver notas de esta edición). Hay mucha bronca por el doble discurso del gobierno. Se conocen las órdenes que salen desde Olivos, de la boca de Néstor Kirchner: "Quiero verlos de rodillas. Vendrán con la lengua afuera" (La Nación, 11/5). Pero no intimidan: los cortes ya son tantos o más que en "el primer round". La voluntad en las rutas es continuar el paro.El fracaso de la política del gobierno de dividir y aplastar a la rebelión agraria va haciendo que el tiempo se le vuelva en contra. Cada día que pasa es mayor el deshilachamiento del aparato que el kirchnerismo creía tener bajo su pié con "la caja K". Crece la insubordinación de gobernadores, intendentes y legisladores de la región pampeana. Schiaretti y Binner cuestionan el aumento de las retenciones y se reunirán con las cuatro organizaciones agrarias. En Santa Fe Reutemann recorrió en moto los piquetes, y la dirección del PJ provincial emitió un documento en apoyo a la protesta agraria. En Entre Ríos, el ex gobernador Busti anda por los cortes. Scioli, presionado por Kirchner, no recibió a los dirigentes rurales. Kirchner lo tienta con la promesa de que será su candidato presidencial para el 2011, ante el gran desgaste del gobierno. Pero el recuerdo de su antecesor, Felipe Solá, le sobrevuela como un fantasma. Solá fue el que le aconsejó a Kirchner romper con Duhalde, y el pago de Kirchner fue borrarlo del mapa político.El cordobés De la Sota trabaja su candidatura presidencial. Se reunieron Duhalde y Rodríguez Saá. Macri dejó de hablar de los baches y pasó a discursear de política. Carrió recorre piquetes. Crece la fuga de gobernadores e intendentes que integraron el "radicalismo K", como Brizuela (Catamarca) y Colombi (Corrientes).Sigue la guerra entre el gobierno y Clarín.La rebelión agraria ha removido todo el tablero político. Crece lo nuevo, y también, resucitan los que parecían "cadáveres políticos", le salen agallas a otros que venían calladitos.

2. ¿Adónde quiere ir Kirchner?
El kirchnerismo no quiere retroceder. Defiende su caja buscando recauchutar su "modelo" para que resista a los sacudones de la crisis económica que arrancó desde Estados Unidos y va zamarreando al sistema capitalista-imperialista.No retrocede y paga caro su tozudez. Quedó herido el "acuerdo del Bicentenario", unido al cambio de ministros y a Alberto Fernández por "el chino" Zanini. Se postergaría para el 9/7. Sucede que los empresarios del interior han presionado a la UIA para no firmar ese acuerdo mientras esté en curso la rebelión agraria. Un relanzamiento del gobierno sería hoy la foto de su extrema debilidad: los Kirchner con Moyano, D'Elía, y gobernadores que van quedando "en el aire", como Urtubey (lo dejaron afuera de la dirección del PJ), o Urribarri (apretado por Busti).En esa situación, hay "cerebritos" del gobierno que elucubran planes para demonizar el conflicto. "Pegarlo" con la derecha fascista y con "el terrorismo". Un "hombre de" Kirchner, el diputado Kunkel, habría sido visto fotografiando torres de alta tensión. ¿Para qué? ¿Preparan los servicios atentados para "justificar" la implantación del Estado de Sitio? ¿Hubo reuniones en las que se discutió el tema y se evaluó si las Fuerzas Armadas acatarían la orden de reprimir si el gobierno decreta el Estado de Sitio? ¿En esas reuniones se habría llegado a la conclusión de que las jefaturas no garantizarían la movilización de las tropas? ¿Se están elaborando listas de dirigentes agrarios, de medios de comunicación, políticos (entre otros del PCR), para encarcelarlos, acusándolos del supuesto "complot"? ¿Los artículos provocativos de Horacio Verbitsky tratan de "crear el clima" para el Estado de Sitio?, un trabajo sucio como el que hizo durante la dictadura, cuando escribió un libro para el comodoro "cadete" Güiraldes, del Servicio de Inteligencia de la Aeronáutica.El complot solo existe en las cabezas calenturientas del gobierno. El problema está en que no va más el kirchnerismo prepotente que hacía y deshacía a su antojo. Si Kirchner cree que se puede llevar puesta a la rebelión agraria, sólo acelerará su debilidad, y acelerará una crisis política.

3. El campo y la ciudad
La rebelión agraria fue la justa respuesta al alza confiscatoria de las retenciones a la soja. Pero esa fue nada más que la gota que rebalsó el vaso. La prepotencia y la sordera del gobierno volcaron a la protesta a todos los sectores agrarios golpeados por la política del kirchnerismo en el campo, y por el saqueo impositivo a las provincias para "la caja K".La prepotencia del gobierno, que le impidió volver atrás con el aumento de las retenciones, provocó el empalme de la rebelión agraria con la bronca contra la inflación, que se comió los aumentos salariales pactados con el tope impuesto por el gobierno.El corte de la Panamericana por salarios de los trabajadores de Terrabusi-Kraft (pag. 7); el corte de Fate, también de la Panamericana; la lucha, rebalsando a las direcciones de los del ingenio San Martín del Tabacal, del ex Nobleza, del San Isidro y de las Cooperativas de Tabaco, en todos casos con autoconvocados; los petroleros de Santa Cruz y Chubut paralizaron la producción de 6.000 pozos; los docentes de Tierra del Fuego y otras provincias, y numerosas luchas de los estatales. Hay una enorme corriente de jóvenes trabajadores harta de ser superexplotada, de trabajar en negro, de los dirigentes sindicales propatronales llenos de plata, de la podredumbre de la política del sistema. El caso de Rigolleaux es emblemático. Una asamblea de 5.000 trabajadores se pronunció contra el golpe de Estado antes del 24/3/76, impulsada por la agrupación clasista y el PCR. El 23 de marzo de ese año, echaron a todo el cuerpo de delegados y vino la represión de la dictadura. Desde entonces la patronal impuso una brutal superexplotación. Ahora, 32 años después, con jóvenes trabajadores a la cabeza se abrió un proceso de recuperación sindical que desbordó todo. Son 32 años los que estallaron, y 40 años en el Tabacal, de una clase obrera de veteranos con heridas de sangre, y una juventud que dice ¡Basta! de cargar como bestias, por un salario de hambre, el enriquecimiento de la patronal, los jerarcas y el gobierno.

4. Se multiplican las multisectoriales
Cuando estalló el conflicto de los ganaderos por la política de carnes -120.000 tienen menos de 100 cabezas de vacunos y sacan lo mismo que un salario en la línea de pobreza-, y se agudizaron las contradicciones del gobierno con la Iglesia y las Fuerzas Armadas, advertimos que esos tres sectores, campo, Iglesia y Fuerzas Armadas, habían pasado a la oposición al gobierno. Que ni Perón había logrado gobernar en esas condiciones.Después de las elecciones, señalamos que se equivocaba el gobierno con su triunfalismo. No tenía demasiado de que alegrarse si miraba bien los números: el gran ganador fue el no voto, blanco o nulo, expresando el descontento creciente de gran parte de lo de abajo y de las capas medias urbanas caceroleras. El gobierno cortó ancho con la suba de las retenciones, empujando a la oposición a todo el campo. A los de abajo porque les abrió un camino que ya recorrieron cuando fueron llevados a la quiebra por la convertibilidad. Y a una parte de terratenientes porque les metió la mano en el bolsillo y fueron arrastrados por la correntada.No hay voluntad golpista ni en la rebelión agraria ni en la protesta salarial. Ni en el estudiantado que más temprano que tarde se va a unir en las calles reclamando más presupuesto. Ni en las fuerzas populares que alentamos esas luchas. Más aún, tampoco la hay en la oposición dentro del sistema porque carece de figuras de relevo. Ni en las Fuerzas Armadas que aprendieron de las rebeliones "carapintadas", pese a la propaganda de la derecha fascista que ve facilitado su juego por la falta de un mínimo de patriotismo en la política kirchnerista. Si algún grupo fascista intentara actuar -y no fuera alguno de esos grupos fascistas que inventa la SIDE- sería aplastado por una pueblada.¿Qué se le está reclamando al gobierno? Que le abra la mano al campo, a los salarios, al hambre, a la educación, a la salud.Por eso la solución está en las manos del gobierno. Si persiste en actuar creyendo que puede llevarse puesta a la protesta campesina, obrera y popular, va a fracasar. Podrá negociar con Urquía, Elsztain y Grobocopatel (como lo intenta bajo cuerda), con Moyano, pero no va a poder llevarse puestos a las decenas de miles de chacareros, de trabajadores, de estudiantes.La solidaridad con la rebelión agraria, para que triunfe, es el centro de la política nacional. Uniendo la solidaridad con la pueblada agraria a las luchas salariales y de paritarias del movimiento obrero, al reclamo presupuestario de los estudiantes, y a las demás reivindicaciones populares. Confluyendo con la convocatoria en Rosario el 25 de Mayo. Con la jornada nacional del 22, acordada por la CCC, el FTV disidente (CTA) y otras organizaciones. Es el pronunciamiento desde asambleas y cuerpos de delegados y demás organizaciones populares, de un paro nacional activo obrero, campesino y popular.No son tiempos de sentarse a esperar que surja un Perón, un Alem, un Chávez o un Che Guevara. Los hombres aparecen cuando los pueblos toman en sus manos su futuro. Hay que seguir el ejemplo de numerosos pueblos y ciudades en las que se formaron multisectoriales y autoconvocados que coordinan la lucha de trabajadores, campesinos, estudiantiles y otros sectores populares. Con programas que recogen los reclamos y urgencias que brotan en las calles y rutas. Es ese reagrupamiento de fuerzas populares, patrióticas y democráticas, que se va forjando desde abajo y al calor de las luchas, la herramienta para unir fuerzas y timonear en las tormentas que ya estamos y las que se vienen.