Lunes 28 de Julio
“Asambleas en Radio” es el programa de las ASAMBLEAS DEL PUEBLO
Se emite los lunes y jueves a las 17 hs. por AM 1530 Radio CADENA ECO
y los sábados a las 11 hs. `por AM 570 RADIO ARGENTINA
Conduce: FERNANDO MARTIN
Por Ruben Saboulard
Jeremías Guevara no llegó a cumplir los cuatro años de edad, ni a los ocho kilos de peso, ni a pisar una escuela, ni a jugar con despreocupación de niño, ni a soñar
un mundo mejor. Murió el pasado jueves, en su rancho natal de Nonogasta, en La Rioja,
entre paredes de adobe y sueños de vinchuca, murió de hambre y desnutrición disfraza- das de bronqueolitis o gripe.
Había nacido cuando ya el gobierno kirchnerista había comenzado su revo- lución social y murió en el apogeo de la redistribución de la riqueza oficial. Su familia, rota y desocupada, sus madre analfabeta y abandonada, jornalera de changas escasas y salarios mínimos, recibía una gran ayuda alimenticia para sobrevivir: 50 pesos mensuales para que Jeremías pudiera soñar con soles de chocolate como los que abrigan a los niños de las estadísticas kirchneristas.
Pero, ésa gran ayuda que tiene la desfachatez de llamarse “Plan Crecer Mejor”, dejó de llegarle a la familia Guevara hace casi un año: en septiembre pasado fueron dados de baja del plan y nadie, ni un asistente, ni un piquetero oficialista, ni una dama de caridad llegó a su rancho a visitar a los Guevara.
En Nonogasta hay unos 400 niños con bajo peso por desnutrición infantil y en toda la provincia de La Rioja, unos 20.000 niños reciben esa ayuda de $ 50, o 1,63 por día, con los que deben salir de la miseria.
Jeremías y su triste muerte son el crudo y presente testimonio de cómo ha sido la revolución social y a quiénes les ha redistribuido la riqueza y los fondos oficiales el gobierno kirchnerista. Después de cinco años de mentiras y doble discurso, la socie- dad presencia un recrudecimiento de la pobreza, la miseria y la desnutrición infantil co mo no veíamos desde la gran crisis del 2001.
Las estadísticas del INDEC sobre pobreza dejaron de confeccionarse en marzo del año pasado, a instancias de la patota de Guillermo Moreno para no amargar, con malas noticias pasajeras, a la pareja presidencial. Pero, muy a su pesar, la miseria, la pobreza creciente, la inflación desbocada han sido registradas por la propia experiencia del pueblo y por algunos economistas independientes.
Un estudio reciente habla de más de cuatro millones de argentinos en la miseria y de otros ocho millones y medio en la pobreza y de una inflación anual que supera el 35%. Jeremías Guevara era parte de esta sociedad empobrecida, negada por la estadística kirchnerista, pero reflejada en el profundo malestar del pueblo argentino con éste gobierno de charlatanes, mentirosos y entreguistas.
Ni las mentiras sobre Aerolíneas Argentinas, ni las sonrisas colgate de Sergio Mazza, ni la satisfacción de los cajeros De Vido y Jaime, podrán disimular o postergar los problemas reales que angustian al pueblo.
La permanencia en el seno del poder de los principales artífices de ésta política económica, de éste desastre social, de ésta corrupción y entrega de la soberanía nacional que ha caracterizado al quinquenio de los infames –leáse De Vido, Moreno, Jaime y el capo de todos ellos, Nestor Kirchner- asegura a todos los argentinos que, difícilmente, será por las buenas como podamos torcerle el rumbo al gobierno.
La crisis política en la que ha quedado el kircherismo, no lo ha llevado a pensar en cambios en sus politicas centrales, sino en reforzarlas y sostenerlas en una alianza con lo peor del viejo aparato peronista y de la corrupta burocracia sindical.
Los D Elia, Persico, Tumini y Depetris, que jugaron el triste papel de sargentos de barraca persiguiendo a los que protestaban contra el gobierno, descubren,
ahora, que en la derrota, el kircherismo se apresta e entregar sus cabezas a los viejos barones peronistas a cambio de un nuevo apoyo mercenario para seguir robando.
Aparecen, como los tristes tigres de papel que son, llorando por la nula participación que les darán en el nuevo gobierno. No entienden, todavía, que si bien la victoria es promiscua –porque todos son padres del triunfo- a la derrota hay que buscarle, siempre, padres, responsables, causantes, culpables. Y qué mejor que buscarlos entre los impresentables de ésa armada brancaleone, tan costosa, tan patética y tan ineficaz, que, con dinero de todos nosotros, bancó Oscar Parrilli, Secretario de la Presidencia, durante todos éstos años.
Poco y nada queda de un gobierno que pretendió aparecer como abande- rado de las nuevas demandas políticas y sociales. Ya ni el recuerdo persiste de la franela con la CTA y con el centro izquierda, ni de los abrazos con los Bonasso, Ibarra y los nuevos aliados. Los transversales, semilla del prometido futuro poder politico, se transformaron en jarrones chinos, que nadie sabe para qué sirven ni donde ocultarlos. El matrimonio kirchner, que hasta prohibía que se cantara la marcha peronista en sus actos,
ahora compite con los peores caciques del gran Buenos Aires, para ver quién canta mas fuerte y afinado.
Estamos presenciando el cierre, sobre sí mismo, de un nuevo círculo de mentiras, estafas y traiciones al pueblo argentino. El kirchnerismo agoniza, se refugia en el peronismo corrupto y feudal para demorar su hora, e hipoteca, en ésas manos, el poco resto que le quedaba para soñar con la eternidad de la cajita feliz.
El pueblo deberá comenzar a pensar en una nueva etapa en su lucha hacia la sociedad justa y la liberación nacional. Estamos viviendo el fin de un sueño de verano, expropiado por pequeños ladrones provincianos, y estamos en vísperas de nuevos vientos en los que depositar nuestra indomable, inagotable, incansable esperanza de revolución social.
Hay miles de Jeremías Guevara que, desde el frío dolor de su cuerpìto
desnutrido, aguardan que nuestra lucha y compromiso les abra una rendija de luz desde donde espiar el mundo de los niños felices.
asambleasenradio@yahoo.com
27 jul 2008
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