Uno de los rasgos que caracteriza políticamente al gobierno municipal de Granadero Baigorria es la interminable interna del Partido Justicialista que tiene de rehén a toda la ciudad.
La inédita campaña electoral montada en base a la construcción de imagen de dos profesionales jóvenes y preparados para enfrentar los desafíos del presente desde la intendencia y desde el Consejo, terminó con el triunfo en las elecciones y con dos compañeros de fórmula que llegaron ya separados a la asunción de sus respectivos cargos. Todas las promesas de cambio, de una ciudad distinta, de una nueva política y de muchas otras fantasías, comenzaron a desvanecerse el propio 10 de diciembre. Esas imágenes a todo color que pretendían diferenciarse de sus lamentables antecesores, hoy comienzan a parecerse demasiado.
Gran parte de los principales acontecimientos políticos estuvieron teñidos de internismo y como siempre sucede en estos casos, nadie puede sacar todos los trapitos al sol porque en la vereda de enfrente también tienen que mostrar. Así, la veloz auditoría al ex intendente Lioy fue usada como propaganda oficial y como herramienta para despedir trabajadores y justificar el impuestazo de enero pero de ninguna manera para poner en aprietos con la justicia al padrino político del actual intendente quién denunció públicamente un déficit de ocho millones de pesos originados en la desastrosa gestión anterior.
El conflicto con los trabajadores municipales también sacó a relucir la interna del partido gobernante y la cara explotadora del estado patrón (contratos basura, salarios de hambre, despidos y nombramientos clientelares).
Sin duda, el tema de las areneras fue la vedete de este primer semestre y sirvió para sacarle la careta a muchos actores políticos y sociales de la ciudad y especialmente mostró que el gobierno municipal no tenía ningún conflicto con su presencia ni con su actividad, el conflicto lo tiene directamente con los vecinos que no toleran los trastornos que ocasionan ni la burla de vivir en barrios llamados "residenciales".
El intendente se olvidó súbitamente de todo lo que dijo siendo concejal, se olvidó de la ciudad prometida en la campaña y entonó con entusiasmo y convicción la versión menemista de la marcha peronista que dice:..... "complaciendo al capital".
También en este tema hubo una fuerte interna del P.J. Primero fue el apriete de los gremios navales al presidente del consejo para que derogue la ordenanza de tránsito pesado y nuevamente la marcha peronista como punta de lanza de la interna.
Finalmente el intendente y los empresarios de las areneras recurrieron a otro bastión del justicialismo santafesino como es la Defensoría del Pueblo de Rosario para ponerle el moño a la maniobra mas repugnante de la vida política de la ciudad de los últimos años, al que el intendente llamó "un acuerdo muy beneficioso para la ciudad" y el presidente del concejo "un verdadero arreglo entre pusilánimes".
La interna siguió y en estos días se manifestó nuevamente con acusaciones públicas entre el intendente y el presidente del consejo, de un tenor tal que entre personas sensatas llevarían a una situación irreconciliable, pero teniendo en cuenta la variedad de alianzas de las últimas elecciones nunca está dicha la última palabra.
A pesar de los esfuerzos mediáticos del intendente y de la publicidad oficial para convencernos que todo está cambiando, lo único que ha cambiado es parte de su gabinete debido al desgaste prematuro de una gestión que choca frontalmente con las expectativas que había generado en gran parte de los habitantes de la ciudad.
Se insiste en presentar como logro del período la puesta en marcha de algunos servicios y el arreglo de algunas calles lo cual es mejor aceptarlo como apuesta a la esperanza que analizarlo en detalle.
El gran problema son las decisiones que se han tomado en algunos temas y las que no se han tomado a esta altura de la gestión.
La consolidación de las areneras cediendo a los intereses empresariales y a las patoteadas es una definición política de tal trascendencia que no solo le hizo ganar el título de "gerente de las areneras" sino que además abre un abanico de dudas o certezas acerca de otros temas que hacen al perfil y al futuro de la ciudad.
Un tema que afecta la calidad de vida de los vecinos de tres barrios, el futuro de sectores estratégicos de la costa, el abandono de espacios públicos usurpados, etc., fue resuelto apelando a todo tipo de recursos desde la mentira, el tráfico de influencias, el enfrentamiento entre vecinos y el pisoteo de sus promesas hasta herramientas políticas puestas al servicio de intereses opuestos al bien común.
Pero no es este el único tema que generó definiciones políticas trascendentes. Ante la demanda de mayor seguridad por parte de algunos sectores de la ciudad, abrazó con fervor la propuesta provincial de "saturación policial" que tiene como principio ideológico fundamental la revictimización de la pobreza y como herramienta la persecución de los portadores de cara y mala traza. Ante un tema de profunda raíz política y social donde lo que está ausente es la justicia, se optó por la vía que más satisface a quienes reclaman, que se aleja de la justicia y que a esta altura del hartazgo lo único que genera es justamente "saturación".
Con el mismo criterio se habla de la "recuperación de la costa" mandando mensajes muy claros a los pobladores de los barrios El espinillo, Virgen del Rocío y Remanso Valerio. Para el estado gerenciador y para los asechantes inversores no son barrios sino "asentamientos irregulares" y la política de ablandamiento va renovando sus herramientas con el objetivo de generar la certeza de que en algún momento tendrán que irse del lugar que no les pertenece. De esa manera, cuando finalmente tomen la decisión política de expulsarlos, cualquier limosna resultará un regalo extra.
El arsenal desplegado incluye juicios de desalojo, proyectos de ordenanza que avanzan 10 pasos y retroceden uno, asistencialismo clientelista, intervenciones policiales con mensajes políticos, etc.
Por distintas razones este proyecto político, que no tiene nada de novedoso más que el look de shoping, no cuenta con una oposición orgánica ni en el concejo ni en la sociedad.
El concejal Walter Gomez, presidente del concejo, juega fuertemente su interna con el intendente pero no a favor de un proyecto distinto de ciudad sino de una acumulación personal de poder dentro del concejo que luego pueda capitalizar electoralmente.
Con un perfil fuertemente mediático intentó recobrar el orden y la autoridad de un cuerpo desprestigiado y a la hora de jugar un papel en el conflicto con las areneras facilitó la consumación del arreglo a favor de los empresarios para luego criticarlo en los medios.
Victor Bocco, desde hace años juega su propio partido contando en su haber con una vidriera llena de proyectos oportunistas a la medida de cada conflicto. Su actuación más destacada en este período fue presenciar desde un bar la aprobación irregular del arreglo con las areneras y compartir con el intendente otro apriete al Remanso Valerio a través del proyecto de un futuro boulevard que lo circunda. Además trabajó a favor de la saturación policial y operó desde las sombras en la interna policial a favor del regreso de Ramírez para satisfacer la demanda de mano dura.
Osvaldo Seguezzo, quien se suponía que podía encarnar una oposición con un proyecto propio, rápidamente optó por favorecer la gobernabilidad y el consenso abandonando toda confrontación y demostrando que ambos Frentes no son tan diferentes cuando se los observa en profundidad.
Ada Fava, Adriana Perez y Marisol Alionis fueron las levantamanos oficiales del arreglo arenero con argumentos que no se los creen ni ellas mismas y con un desconocimiento absoluto del problema y del daño que estaban ocasionando.
Mientras este proyecto político sigue su curso, el Plan Estratégico de la ciudad está a punto de convertirse en leyenda sin que se debata ni una sola idea. Este tema fundamental para cualquier ciudad como Granadero Baigorria sigue cajoneado por conveniencia del estado gerenciador y de los intereses inmobiliarios, industriales y comerciales ya que cualquier discusión democrática sobre la estructura y futuro de la ciudad atentan directamente contra ellos.
Es mentira el discurso de la "costa para todos" cuando se atornillan las areneras de por vida. Es mentira el discurso ambientalista sin gestión del arbolado público ni previsión de espacios verdes. Es mentira el discurso de salud mientras se mantiene a GABAPEL. Es mentira el discurso del tránsito pesado si no se controla nada.
Es mentira el discurso de integración regional si no se discute el avance industrial contaminante que se proyecta en las puertas de nuestra ciudad y las consecuencias del modelo sojero que nos rodea.
Es mentira el discurso del transporte público si se continúa con el festival de chapas de remises y el descontrol absoluto del servicio mientras esperamos que Rosario nos alargue sus recorridos a voluntad de los empresarios que ya padecemos hace décadas.
Este es el gran objetivo que debe plantearse la ciudad, una discusión amplia sobre su estructura, sus objetivos, su perfil, su integración regional, su crecimiento urbano y productivo, etc. y esta discusión no puede quedar a cargo de técnicos sino que la única garantía de continuidad en el tiempo es que sea enriquecida por el aporte del pueblo.
Granadero Baigorria, Julio de 2008
La Asamblea
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