Conflicto agrario
Una posición desde los trabajadores de la educación
Los trabajadores de la educación de la provincia nucleados en el Encuentro Colectivo Docente de la Provincia de Buenos Aires queremos hacer oír nuestra voz ante la crisis generada por el rechazo de las entidades agrarias a la suba de las retenciones dispuesta por el gobierno nacional:
-En esta disputa por la apropiación de la renta agraria, los trabajadores ocupados y desocupados, los que vivimos en el campo o la ciudad, aparecemos silenciados, como si nada tuviéramos que decir frente a este estado de cosas.
-Sin embargo la primera víctima del lockout son los ingresos de los asalariados, de los jubilados, de los que trabajan por cuenta propia o reciben un subsidio por desocupación. La crisis ha generado inflación y deterioro de los salarios, desabastecimiento, suspensiones de trabajadores y un escandaloso derroche de leche y productos básicos ante los ojos de millones de argentinos subalimentados.
-Bajo la máscara de un falso federalismo y con la bandera principal de la anulación de las retenciones móviles, se promueven medidas afines a los intereses de la Sociedad Rural, las corporaciones cerealeras y las multinacionales agro-químicas, con el acompañamiento y la fuerza social de miles de pequeños y medianos productores que no desmarcaron sus intereses del de los grandes propietarios de la tierra.
-Se está disputando el dinero que proviene de algo que no es un negocio sino un derecho básico: el derecho del pueblo a alimentarse. Y frente a ello como clase social los trabajadores tenemos que decir que para nosotros las verdaderas retenciones son el IVA en los artículos de la canasta básica, la inflación, los salarios pisoteados, el trabajo en negro.
-Así como nos sentimos hermanados con los hombres y mujeres que trabajan en el campo, con los que aspiran a tener una vida digna sin explotar a otros, y con aquellos que luchan por la tierra contra los desalojos y la extranjerización de la misma, no admitimos que aquellos que sólo defienden sus enormes ganancias que provienen del precio de los alimentos, nos vengan a hablar de federalismo, patria o progreso.
-Tampoco podemos admitir que el gobierno diga que aumenta las retenciones para redistribuir la riqueza. Por más que disfracen la inflación, la realidad que vemos y vivimos todos los días en las escuelas nos muestra la persistencia de la desigualdad y de las injusticias.
-Mal puede hablarse de distribuir, cuando se proyecta un pacto social para congelar los salarios, cuando en el reparto del presupuesto nacional, la parte del león se la sigue llevando el pago de los intereses de la deuda externa y los subsidios al capital más concentrado, cuando se entregan por 30 años los pozos de petróleo más ricos y las multinacionales se apropian de la renta del petróleo, el gas y la minería, cuando se acuerdan inversiones de 5.000 millones de u$$ en un “tren bala” para ricos, mientras la red ferroviaria sigue desmantelada y se continua subsidiando a empresas privadas que se quedaron con los trenes.
-Ninguna distribución de la riqueza, ni del conocimiento ha llegado a la educación pública. Por el contrario se agranda la brecha, entre educación de calidad para pocos y educación básica para las mayorías. En la provincia más rica del país, un millón de chicos viven en la pobreza, 450 mil jóvenes de entre 15 y 18 años no van a la escuela, miles de niños no tienen un lugar en la educación inicial por falta de jardines maternales y de infantes y el año pasado, la mortalidad infantil aumentó.
-Los problemas de infraestructura y de falta de material didáctico son tan cotidianos como la violencia social dentro de las instituciones educativas. A los comedores escolares se les asegura 1,70 pesos por alumno para almuerzo y el salario básico para el/la maestra/o de grado está en 692 pesos
-Este estado de cosas cuenta con la parálisis, la omisión y la complicidad de la mayoría de las direcciones sindicales. Todos sentimos bronca e indignación frente a esta situación. Lo primero es decir NO, es decir BASTA. El otro paso acaso sea elaborar el rechazo, expresar su fuerza, contribuir a organizarlo y darle poder, mostrar como nuestra voz resuena a través de una sociedad que reclama más y mejor educación para todos. Habría que apuntalar esa resonancia con trabajo y compromiso y construir entre todos los instrumentos para luchar. Para ello tendremos que dar la pelea por lo más inmediato y al mismo tiempo identificar las causas más profundas de nuestros males. Luchar por la escuela pública, por las condiciones de trabajo y por el salario sabiendo que un futuro, a la medida de nuestras esperanzas, implica también dar batalla en el terreno político, donde se decide la distribución de la riqueza, donde se define que se produce, como se produce y en beneficio de quienes. Hoy esto no significa ser neutral, sino intervenir con nuestra fuerza social como trabajadores para exigir alimentos baratos y de calidad para todos, canasta básica sin IVA, aumento de salarios y jubilaciones ,inversiones públicas en escuelas, hospitales, viviendas , caminos y trabajo genuino para todos, como primeros pasos hacia una salida favorable a los intereses de las mayorías.
Lista Granatel
en el Encuentro Colectivo
Bahía Blanca 24-6-08
3 jul 2008
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