18-12-07
Estimado Sr., no hay presos políticos en la Argentina -por lo menos militares-. Todos los militares, miembros de las fuerzas de seguridad y miembros del poder judicial que participaron del genocidio deberían ser dados de baja de las FFAA, de seguridad y de la Justicia y se deberían construir FFAA democráticas y nacionales –que estudien con el resto del pueblo en la Universidades públicas, con suboficiales que puedan ascender a oficiales, rompiendo la casta oligárquica-militar-eclesiástica, y construyendo un ejército moderno, restituyendo el servicio militar popular con fuerte control ciudadano- y no asesinas de su pueblo y entregadoras de su patrimonio. Por supuesto también deberían estar presos Martínez de Hoz, Cavallo, Zorreguieta, Santiago De Estrada, Jacques Perriaux, Rodríguez Varela, García Belsunce y demás civiles traidores a la Patria asesinos de su pueblo y entregadores de la nación. Luego de ser dados de baja todos los militares, miembros de fuerzas de seguridad y miembros del poder judicial que ejercieran funciones durante la época de la dictadura, responsables de los crímenes mas aberrantes y atroces que conoce nuestra historia moderna, deben ser condenados y metidos presos en cárceles comunes y no en countryes VIP como el penal de Marcos Paz. Es increíble que esos asesinos -violadores de mujeres, torturadores de niños, asesinos y ladrones de niños- que mataron de manera abyecta y con crueldad sin par a 30.000 compatriotas, hablen de 'presos políticos'. Son criminales vulgares y despreciables porque además entregaron la patria la capital finaciero multinacional y deben estar en cárceles comunes con el resto de los ciudadanos presos.
La oligarquía -digna hija de la Iglesia católica, de la España invasora y asesina y de la Europa imperialista-, nunca tuvo vergüenza en falsear los hechos e hizo de la mentira su forma de ideologizar y dominar, pero esto es el colmo, realmente es una vergüenza.
Su carta tiene también una dosis de racismo pocas veces visto, pero que los argentinos vemos en las espantosas telenovelas venezolanas que estupidizan -junto con las argentinas- la tarde de los televisores argentinos, y que muestran tal grado de racismo y desigualdad social que rápidamente se puede comprender cuan diferentes son dos países donde por uno de ellos pasó la politica igualitaria y reparadora de los derechos del pueblo de Yrigoyen, Perón y Evita ya hace más de 60 años, y otro donde ese proceso recién se inicia con el gobierno del compañero Chávez. También muestran el brutal fascismo que caracteriza la clase alta venezolana y que Ud., expresa de manera increíble. Pretender que un país débil y pobre, aislado y cercado por el imperialismo como es Cuba 'domine' a Venezuela es tal vez el colmo de la estupidez, pero claro el rencor y el odio de las oligarquías indoamericanas contra sus pueblos no tienen límite, y cada vez que un gobierno hace algo en favor del pueblo y de los intereses de su nación, salen los demiurgos de la dominación colonial -como Ud., y sus cómplices o el diario La Nación de Bs. As., que apoya descaradamente al gobierno de Bush contra el gobierno argentino- a pedir que cesen las reformas en favor del pueblo. Lo han hecho a lo largo de toda nuestra historia, primero con Túpac Amaru, Túpac Katari, Tiradentes y Murillo, luego con Hidalgo y Morelos, con Castelli y Moreno, con Belgrano, San Martín, Güemes, Artigas, Dorrego, O'Higgins Monteagudo y Sucre y finalmente con el Libertador Bolívar a quien obligaron a exiliarse y a morir en soledad. Luego lo hicieron con el heroico Francisco Solano López, con la montonera que inundó el continente entre 1850 a 1880. Finalmente lo hicieron otra vez asesinando a Villa, Zapata y a Sandino, prefiriendo la invasión extranjera con tal de no ver al pueblo 'libre y feliz, objetivo de todo buen gobierno' (frase común a Mariano Moreno y a Simón Bolívar) Luego siguieron destruyendo y llamando 'tiranos y demagogos y monos' (igual que hace ud., ahora con el Presidente Chávez, seguramente ud debe ser blanco) a Lázaro Cárdenas, a Perón, a Jacobo Arbenz, a Paz Estenssoro, a Salvador Allende, a Velazco Alvarado, a Fidel y al Che (estos les ganaron y no se lo pueden perdonar) y a todo gobierno que quisiera recortar vuestros privilegios y defender los intereses nacionales contra las apetencias imperiales. Asesinaron a Elaizer Gaitán para impedir en Colombia un gobierno de mayoría popular semejante a los de Cárdenas y de Perón, desatando una guerra civil que aun continua y que no saben como terminar porque la han perdido, y que por supuesto terminará con una alianza continental contra el imperialismo norteamericano y sus empleados como Uribe, Carmona, Alan García o ud., y un gran pacto que incluya a las FARC en un nuevo gobierno de unidad nacional de la Patria Grande.
Así también asesinaron más de 350.000 indoamericanos entre 1956 y 1980 para impedir los gobiernos populares, de los cuales sólo 250.000 los mataron en Guatemala (la mayoría de la gloriosa nación Maya). Así de seguido fueron los empleados del nuevo orden económico multinacional que destruyó nuestros estados nacionales entre los 80 y los 90 recientemente, y por supuesto son nuevamente enemigos feroces de la reacción de los pueblos americanos –resistencia permanente desde la invasión española de 1492-, que no hizo esperar y el Caraczo, el Santiagazo, Chiapas, las rebeliones Bolivianas Ecuatorianas y Argentinas abrieron un nuevo tiempo histórico –un cambio de época como hemos señalado otras veces- que transitamos, y que todo indica que dará por resultado la definitiva liberación de Indoamérica y el cumplimiento de los sueños de Túpac Amaru, Túpac Katari, Tiradentes, Miranda, Moreno, Castelli, Hidalgo, Morelos, San Martín, Güemes, Artigas, O' Higgines, Monteagudo, Sucre, Solano López y Bolívar. Tal vez, desde las gloriosas campañas emancipatorias de San Martín, Bolívar y Sucre, nunca estuvimos tan cerca por eso la desesperación de todas las ratas reaccionarias o fascistas como Ud.
Y esta situación produce la unión de todo el campo reaccionario hasta lo indecible. Aunque cueste creerlo la Iglesia Católica Argentina dirigida por el señor Bergoglio, llamó en sus sermones del día del referéndum venezolano a votar por el No. Cosa de no creer, o sí, si uno piensa que la jerarquía eclesiástica argentina apoyó con muy pocas excepciones a a los militares genocidas argentinos.
Un gran pensador de la Patria Grande don Juan José Hernández Arregui, solía decir de nuestras oligarquías parásitas, fascistas y racistas bajo su disfraz liberal: 'esa clase estéril e infecunda siempre que el pueblo comió vio demagogia.' Sus palabras y las del genocida que ud., defiende confirman las palabras del maestro.
Por último le pido señor que borre mi dirección de su correo y diga a esos asesinos que nos devuelvan a Jorge Julio López, a Febres (para poder juzgarlo) nos digan donde están los cuerpos de los 30.000 desaparecidos y de los cientos de niños robados a sus padres asesinados y que aun no hemos podio recuperar.
Lamento no poder saludarlo, pero Ud., es un infame cómplice de los asesinos y entregadores de la nación y como tal un infame traidor a la Patria, en su caso a la Patria Grande Bolivariana o San martiniana, así que no merece mi saludo sino mi más profundop desprecio.
Ing. Agr. Alberto Lapolla Buenos Aires, Argentina
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