LOS HECHOS REALES
La inflación es un hecho real, que aún no ha alcanzado su máximo por los subsidios a determinados sectores alimenticios (carnes, lácteos, etc), pero fundamentalmente a los combustibles, al transporte de pasajeros y de carga, a la energía (combustibles, electricidad hogareña). Si estos valores se sinceraran, la aceleración de la inflación sería inevitable.
El INDEC no refleja esta realidad porque Néstor había decidido, hace más de un año, “romper el termómetro” que medía la fiebre. Aquella decisión significó durante 2007 un ahorro muy importante en dólares, en el pago de intereses de los Bonos de la Deuda indexados por el CER (la inflación). Estrategia gallinácea de bajo vuelo, ya que al no ser creíble, reavivó otros fuegos.
La deuda externa sigue siendo un factor que, enmascarado de las noticias diarias, mantiene su importancia en la economía y la dependencia nacional. Se sitúa en los USD 130.000 millones nominales, a los que hay que sumarle los Hold Outs (los que no aceptaron la quita, pero a los que algo vamos tener que pagarles) por USD 25.000 millones, más el Club de Paris, otros USD 5.000 millones y varios más, que suman la friolera de unos USD 170.000 millones, que al 3-4 % anual significa una sangría por intereses de USD 6.000-7.000 millones por año. El gobierno sabe que en la turbulencia financiera mundial se hace difícil conseguir crédito para refinanciar la deuda. Igualmente insiste en vender Bonos, pagando tasas crecientes. No habría que descartar un nuevo default dentro de poco tiempo, según vayan las cosas.
Si bien el saldo total en divisas (exportaciones menos importaciones) es positivo en unos USD 10.000 millones, el componente energético (exportaciones de petróleo y naftas menos importaciones de gas-oil y gas) se está reduciendo a cero y será negativo a partir del 2009. Solo quedarán entonces las exportaciones agrícolas como reaseguro que permita el pago de la deuda.
Es en este contexto más amplio que se explica el constante aumento de las retenciones a los productos del agro, en orden a lograr saldos de caja para (a) comprar divisas para pagar la deuda externa; (b) tener fondos para subsidiar una baja artificial, vía subsidios, de los productos alimenticios de consumo interno; (c) manejar la política por vía del otorgamiento de fondos no coparticipables a los caciques provinciales.
Este es “todo” el esquema del tan mentado “modelo de distribución” kirchnerista. Tan simple y efectivo que, hasta ahora, ha impedido cualquier debate de ideas, no ya opositoras, sino de aquellas que a favor de un verdadero desarrollo y de un mejor sustento de la justicia social, vienen alertando de la fragilidad de tanto despotismo no ilustrado.
Como nada se discutía, ni en el gabinete, ni en el partido político, ni en las campañas electorales, todo estaba aparentemente bien, porque “democráticamente” los K ganaron las elecciones. La prensa ausente o presente, según el calor de los avisos oficiales, poco aporta al debate de ideas.
El bruto monopolio de las ideas, no ya de la fuerza, propio de la mediocridad reinante, solo nos conduce a nuevas frustraciones. Es cuestión de tiempo. Tiempos que parecen haberse acelerado, producto no solo de la soberbia de la “pareja real”, sino de la inexperiencia juvenil de un ministro de economía, muy risueño y según dicen muy inteligente, pero con poca “calle” y quien parece conocer “el campo” sólo desde los reciclados “silos” de Colegiales.
El reciente Congreso del PJ reunió, junto con los advenedizos del poder, a viejos militantes peronistas de los años 60 y 70, a los que no los dejaron ni preguntar ni argumentar sobre ningún tema. Se eliminó el cupo femenino de un plumazo, sin chistar y sin que se dieran cuenta. Ni la prensa hurgó en el tema. Este estilo de “democracia partidaria” que la Nomeklatura estalinista disimulaba con grandes discursos de alabanza a los líderes, hoy no puede aplicarse porque ni “líderes” hay; sólo “patrones de estancia” que reparten una caja de dinero según los niveles de sumisión. Pero esos militantes, inclusive los más cercanos ideológicamente al modelo, ya se están cansando y prontos a romper con el aislamiento, tal como les ha pasado a los chacareros del interior del país. Paradojas de la vida, los más duros, como Pérsico, del Movimiento “Evita”, han acatado la orden de Néstor, incorporándose (como congresal) al PJ, y tuvieron que sentarse junto a los previamente repudiados dinosaurios del conurbano bonaerense, o perder su caja. Triste papel para un “revolucionario” convencido que hay que debatir el modelo neoliberal de los 90.
Los militares, igual que los mejores jóvenes profesionales de todas las ramas del saber, tampoco debaten: renuncian a la Argentina y se van. La “fiesta” kirchnerista es tan pobre y falta de ideas que no se atreve ni a debatir en serio. Solo la imposición de la fuerza bruta del reparto de los ingresos estatales de impuestos no participables (básicamente retenciones a las exportaciones de un modelo de cambio alto) puede lograr semejante decadencia.
Los hasta ahora beneficiarios del “modelo de distribución” kirchnerista fueron: (a) los dirigentes pseudo-izquierdistas cuya “revolucionaria” tarea fue anestesiar a los anárquicos grupos piqueteros, que expresaban el auténtico dolor de los excluidos del sistema, convirtiéndolos en sumisos clientes del kirchnerismo político; (b) la “casta” política feudal (gobernadores, intendentes, diputados, senadores, etc sin el mínimo fervor en la doctrina peronista; (c) la clase media del campo (fundamentalmente de la Pampa húmeda), hoy en estado de abierta rebelión, que aprovecharon económicamente esta etapa ; (c) los gremios que pudieron ejercer el dominio de la calle, a la cual tanto le temen los K; (d) cierto sector industrial beneficiario de la protección del 3:1; y esto es lo principal (e) los grupos concentrados de la economía mundial y sus socios locales, que fueron quedándose con los resortes más importantes de la economía nacional (continuación del menemismo, pero con otro discurso ideológico).
Hoy el esquema gubernamental está bastante agotado y por eso se exteriorizan los problemas: (a) la inflación ha deteriorado el poder de compra de los planes sociales dedicados a los excluidos –ya hay reclamos, protestas u otras variantes mas peligrosas- ; el “paco” hace estragos entre los más jóvenes y el futuro no es viable; (b) la “casta política” se mantiene, pero su imagen se complica paso a paso; los gobernadores tendrán que optar entre representar mínimamente a sus bases agropecuarias o aislarse sumisamente a los K; el Parlamento se ha vuelto abstracto, no existe o está ausente del debate; (c) la clase media del campo, los chacareros y los de los pueblos circundante se habían comenzado a inquietar hace mas de un año, pero confiaron (votando a Cristina) en que ya se había arribado al límite de su aporte; no vieron el panorama en su conjunto, fueron facilistas y cómodos; pero ahora, al comprobar que también le tocaron el timbre de sus casas (como en la obra de Brecht), comenzó la rebelión, que no es de los oligarcas o estancieros (ahora hay que llamarlos “pool de siembra”), sino de la clase media rural , aún muy numerosa, medianamente representada por la FAA (Federación Agraria Argentina) y el FAN ( Frente Agropecuario Nacional) ; (d) los gremios saben que a sus bases sólo les interesan los precios del supermercado, no los del índice mal llamado “Moreno” (debería llamarse “Néstor”). Por eso es muy probable que en el segundo semestre haya inquietud y necesidad de un nuevo reajuste salarial; (d) los empresarios beneficiarios de la protección saben que los costos internos en dólares han subido mucho y que ya no es tan fácil exportar o que la importación ha crecido notablemente en el último año. Algunos están pidiendo una nueva devaluación (4:1) o mayores subsidios. Con el poder concentrado (e) el gobierno tiene menos problemas: le regala una parte de YPF, o le prolonga las concesiones petroleras, o de los casinos, o de las estaciones de radio y TV, por 40 años más. De ellos nunca va tener una queja; por el contrario, tal vez reciba alguna propina.
LAS CONSECUENCIAS
Si la puja con el sector agrícola resultase negativa para el gobierno (como parece ser) y debiera retroceder, todo su andamiaje se complicará enormemente. Sus propias bases políticas comenzarán a distanciarse y el “doble comando” traerá complicaciones en las negociaciones externas y en la distribución del poder interno. No por casualidad De Vido y Moreno están tan callados, mientras Moyano y la UIA se ven casi obligados a “defender” las medidas tomadas por Cristina, Néstor, Alberto Fernandez y Lousteau.
El clima social se enrarecerá aún más. El oficialismo no cuenta con la simpatía de los sectores medios urbanos. Ahora tampoco tendrá los favores de los sectores medios de las zonas agropecuarias. Tampoco tiene una sólida relación con los “capos” sindicales; todo son negociaciones puntuales. Cristina, que pretendía cambiarlo a Moyano en la CGT, pasó a ponerse el gorrito del camionero en su cumpleaños. Si esto no es debilidad, como la podríamos llamar ........
Moyano y los dirigentes sindicales tienen una oportunidad de oro para plantear un real cambio de rumbo, a partir de una nueva alianza con los sectores medios. Para ello debe propiciar el debate de ideas sobre un rumbo nacional a seguir, con reparto de la torta real y no nominal, porque él bien sabe, o debería saber, que la inflación fue inventada para que los poderosos recuperen económicamente lo que perdieron en la negociación política. Moyano y la CGT tienen la opción de seguir encerrandose con la mediocridad kirchnerista o bien, con altura, proponer una estrategia nacional superadora.
Se habla de la entrada de un nuevo Ministro de Economía, orientado por Lavagna, al que se le reservaría el cargo de Canciller de un eventual “cambio de gabinete”. De hecho Lavagna ya ha comenzado a sugerirle a Cristina que comience el diálogo con el sector agropecuario, porque cualquier dilación puede escalar a situaciones aún más complicadas.
Tampoco resulta creíble la teoría de un triangulo que comande el gobierno (Cristina, Néstor y un Ministro fuerte), porque ello sólo llevaría a una mayor conflictividad a mediano plazo. Es sabido que los triángulos amorosos (e igualmente los del poder) no son viables ni sustentables.
Frente a un gobierno con dificultades, o que parezca debilitado, los gobernadores entrarán en acción y solicitarán (sólo para colaborar ...) al menos un reparto, sin contraprestaciones políticas, de las retenciones agropecuarias. Cabe recordar los 14 puntos que impulsaron en la crisis del 2002 para “orientar” al entonces Presidente Duhalde.
El peronismo verdadero, que salió mascullando del Congreso partidario, contra la dictadura interna, comenzará plantear sus muchas y variadas discrepancias, que se traducirán en mayores divisiones; precisamente lo contrario a lo buscado por Néstor, que está tratando de maniatar y silenciar al PJ, para hacerlo copartícipe de la crisis que está llegando y del ajuste con el que, inevitablemente, deberá salir.
Ya se sabe que cuando el guapo del barrio trastabilla, salen montones de “valientes” a disputarle la calle. Por eso prevemos que las elecciones del 2009 presentarán un panorama poco auspicioso para la dupla presidencial, y tal vez comenzarán, más temprano que lo previsto, su ocaso; tal vez definitivo.
En una Argentina con un tercio de sus empleados en blanco, un tercio en "negro" y otro tercio en la indigencia, no resulta fácil saber si algo de lo escrito anteriormente puede hacerse realidad o prosiga en la fantasía de los que creemos posible un país mejor. Mucho dependerá de los valores y la voluntad de la mayoría de los argentinos que saben leer y escribir, más responsables que los que han sido empujados hacia la exclusión y el abandono, particularmente los niños y jóvenes. Esperemos no seguir anestesiados frente al dolor de tantos compatriotas nuestros. Porque ayudándolos a ellos, nos ayudamos mas a nosotros mismos.
Ricardo Auer
22 de marzo de 2008
25 mar 2008
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