Sí, vivimos del campo, ¡pero de lo que se le saca a la oligarquía, no de las ganancias extraordinarias que ésta se guarda! El paro del campo es indefendible. Con las retenciones móviles el Estado no hace más que apropiar una mayor porción de renta de la tierra, ya incrementada por los altos precios internacionales y el peso barato. Nada tiene que ver esto con los costos de producción en el agro, es todo ganancia extraordinaria.
Las retenciones no son, sin embargo, parte de una política redistributiva . Porque el gobierno no ha reformado el actual sistema impositivo, sumamente regresivo, ni pretende limitar las también extraordinarias ganancias de otros sectores de la economía. Pero sobre todo porque lo que le extrae al campo se utiliza para subsidiar a la industria y aumentar las reservas con el fin de mantener un dólar alto, cumplir con los compromisos internacionales y ensanchar un "fondo anticrisis"¿Cuántas personas más deberán estar por debajo de la línea de la pobreza para declarar en crisis un modelo económico que necesita la sobreexplotación de la fuerza de trabajo y mantener bajos los salarios para sostenerse?
Tampoco esta medida modifica el actual modelo agrario. El aumento de las retenciones no desarticula la lógica de los agronegocios basada en la "sojización" de la producción, que tiene como principales beneficiarios a sectores fuertemente concentrados, carterizados y transacionalizados. La soja sigue avanzando y a su paso, además de desplazar a otros productos, destruye las tierras, desmonta los bosques, elimina a los pequeños productores rurales y expulsa a familias campesinas que pierden sus medios de subsistencia y deben someterse a condiciones laborales deplorables. El trabajo en negro, el trabajo estacional, el trabajo infantil y los ínfimos salarios no son sino parte de un modelo de producción agraria que las retenciones no pretenden ni podrían por sí mismas afectar.
Llama poderosamente la atención (aunque no para quien tiene presente la historia no tan reciente de nuestro país) que el apoyo al "paro" del campo encuentre unidos a sectores que van desde espacios como "Memoria completa" hasta algunos partidos de izquierda que se alinearon funcional e infantilmente a capitalistas agrarios y terratenientes.
En este contexto se refuerza el desafío de construir un proyecto político serio, una izquierda acorde a las necesidades de nuestros tiempos y circunstancias, capaz de comprender reflexivamente la realidad sin perder de vista una clara perspectiva de clase, una fuerza decidida a luchar por una transformación radical de la sociedad.
Agrupación PRISMA + Frente Cultural RAYMUNDO GLEYZER
en LA JUVE, Corriente de Izquierda
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