EDITORIAL “ASAMBLEAS EN RADIO”

Lunes 25 de AGOSTO
“Asambleas en Radio” por AM 570 Radio Argentina los sábados a las 11 hs.
y por CADENA ECO AM 1530 los lunes y jueves a las 17 hs.
Conducción: FERNANDO MARTIN

“Las mafias no perdonan ni olvidan”
por Ruben Saboulard

En febrero pasado, una empresa inmobiliaria ligada al hijo del Ministro de Plani ficación, Julio de Vido, y al grupo constructor kirchnerista Fernández Prieto, se vio obligada a pagar una indemnización de más de cinco millones de pesos a las 250 familias de inquilinos del inmueble de Bolívar y Moreno. Después de dos años de lucha, los inquilinos organizados con la ASAMBLEA DE SAN TELMO habían logrado transformar un desalojo expulsivo en algo parecido a un resarcimiento para facilitar su reubicación, a expensas de los colosales beneficios que obtenía el grupo empresario.
Este desalojo tuvo una gran cobertura en los medios de difusión, los que des- tacaron los intereses involucrados en un gran negociado inmobiliario, muy extendido, que consiste en comprar muy barato inmuebles ocupados o alquilados por familias humildes, desalojarlos violentamente y ponerlos en “valores actualizados”.
En el caso de los cinco edificios de Moreno y Bolívar, basta con recordar que fueron adquiridos, un año antes, en menos de diez millones de pesos –cuando aún estaban ocupados- y que su valor inmobiliario ascendió, al anochecer del 25 de febrero, el día del desalojo, a no menos de 80 millones de pesos, ya que se trata de casi media manzana, en pleno casco histórico, frente al Colegio Nacional Buenos Aires.
Este “modus operandi” de las mafias inmobiliarias y hoteleras en esta zona de la ciudad, se ha repetido hasta el hartazgo, haciendo negocios y beneficios inmensos expulsando miles de familias humildes residentes en pensiones y conventillos del casco histórico. Los métodos para desocupar los edificios siempre han sido violentos, incluyen amenazas, agresiones, corte compulsivo de los servicios públicos, y otras delicias como ésas, amparadas, invariablemente, en la cooperación de la nacional y popular Policía Federal dirigida por el ex prófugo Ministro Aníbal Fernández.
Pero, desde febrero pasado, con el ejemplo de lo conseguido por los inquilinos de Bolívar y Moreno, ha comenzado a surgir un amplio movimiento de resistencia, tanto de los arrendatarios como de los propios vecinos de los barrios afectados, que se niegan a convertirse en forasteros de sus terruños. La lucha ha derivado en una ola de ocupaciones y conflictos, que tienen un apoyo sustancial en la organización social que dirigió la resistencia en Bolívar y Moreno, antes en la Ex Clínica del Valle y que más ha trabajado el derecho a la vivienda en la zona de San Telmo, Montserrat y Constitución, las ASAMBLEAS DEL PUEBLO.
Hoy mismo, más de una veintena de miserables conventillos –camuflados de hoteles familiares- están ocupados por sus habitantes –unas 800 familias- y se gestionan de manera cooperativa, con el apoyo de las ASAMBLEAS y otras organizaciones sociales y de DD.HH. Así sus alquileres han bajado de cifras superiores a los mil pesos por cubículos de 15 metros cuadrados a menos de cien pesos, con lo que han podido permanecer, provisoriamente, en los mismos barrios donde han nacido, donde trabajan y donde se educan sus hijos.
La mafia de la burbuja inmobiliaria, la que ha ideado el famosos corredor turístico CENTRO-SAN TELMO- LA BOCA no está dispuesta ni a perdonar los 6 millones que tuvo que pagar de indemnizaciones en la Ex Clínica del Valle, ni los 5 millones del complejo Bolívar y Moreno. Las mafias no tienen el perdón fácil, menos aún cuando se trata de organizaciones enquistadas en el poder como éstas que estamos denunciando.
Peor aún, ni perdón ni nuevas batallas perdidas! Ellos no aceptan otro discurso que no sea el elaborado por su comandante, el gran estafador inmobiliario, Nestor Kirchner, quien ha hecho su enorme fortuna personal sobre la base de apropiarse de viviendas hipotecadas, en la época de la dictadura, y de bellísimas tierras fiscales en el Calafate, ahora. Ellos no nos van a perdonar que los hayamos denunciado y enfrentado, pero, como buenos usureros que son, menos nos van a perdonar una sola de las monedas que les hemos arrancado.
Y, menos aún, están dispuestos a permitir que las ASAMBLEAS DEL PUEBLO sigan adelante con su trabajo de organizar a los inquilinos para resistir estos desalojos brutales.
Es por esto, en realidad, que están presos nuestros 23 compañeros arrestados en el Hotel Carlos V. El juez titular de la Causa, Manuel Arturo de Campos es un hijo dilecto del poder kirchnerista: fue el propio Nestor Kirchner quien lo promovió, en noviembre del 2006 a ése cargo y es un conspicuo cortesano de los ámbitos dividistas.
Su mayor mérito curricular es ser profesor de varias materias en la nacional y popular Policía Federal que regentea el compañero Aníbal. La jueza subrogante, Fondana de Piombo, ha sido, desde su desempeño en la causa Legislatura, una leal sirviente del poder pingüino. Finalmente, el Secretario del Juzgado, Dr. Aníbal Gonzalez, es un buen cadete del sistema judicial montado por la dictadura y apenas maquillado, en beneficio propio, por el Kirchnerismo.

Las mafias de la construcción y de la burbuja inmobiliaria, acunadas en el gobierno, han decidido cobrarse lo que le hemos arrancado en los desalojos que perdieron y, sobretodo, han dictaminado que las ASAMBLEAS DEL PUEBLO sean eliminadas como un vinculo de la organización popular que lucha por la vivienda.

Pero, nada es más difícil que tapar el sol con los dedos, porque la lucha por la vivienda atraviesa a toda la sociedad porteña y, lejos, muy lejos está de ser determinada
por las ASAMBLEAS DEL PUEBLO. Efectivamente, nos golpean, nos encarcelan y nos persiguen, pero no pueden evitar que las ocupaciones se sigan produciendo, que las rebeliones de inquilinos terminen en huelgas de pago de alquileres exorbitantes, ni que las familias se resistan violentamente a los desalojos. Casi 800.000 personas están afec-
tadas por la crisis de vivienda sólo en la Capital Federal, por lo que no hay un conflicto
menor, ni artificial, sino una necesidad imperiosa que exige el respeto de derechos constitucionales violados.
Decimos eso en relación a la lucha por la vivienda. Pero, en lo que hace a nosotros, como organización, decimos, como lo hemos hecho siempre:
“Han caído luchadores, han caído por luchar, entonces, más que nunca

VIVA LA LUCHA!!”


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