Una vida al servicio de la democracia obrera y el socialismo
Hace 68 años, un 20 de agosto de 1940, el revolucionario ruso León Trotsky fallecía asesinado a manos de Ramón Mercader, un agente secreto de Stalin. Esta fecha, que tuvo un fuerte impacto en toda la vanguardia marxista, se suma a otro acontecimiento de estrecha relación con el primero: los 70 años de la fundación de la Cuarta Internacional.
La figura de Trotsky está indisolublemente ligada a batalla por la Revolución Socialista internacional y a la democracia obrera. Dos cuestiones por las que luchó de manera incansable hasta su muerte.
Sus aportes teóricos y prácticos al servicio de la liberación de la clase trabajadora de la explotación y opresión del capitalismo son invaluables. En 1905, durante la primera revolución rusa, con tan solo 26 años de edad fue el Presidente del Soviet de Petrogrado, epicentro de aquel “ensayo general” de la posterior toma del poder. En 1917 ingresó al Partido Bolchevique, fue nombrado nuevamente presidente del soviet de Petrogrado y, junto a Lenin, dirigió la insurrección armada que instauró el poder obrero en manos de los Soviets (consejos populares).
La de Octubre de 1917, fue la primera Revolución obrera y socialista triunfante en la historia. Su impacto fue tremendo y conmovió a millones de explotados en el mundo entero, que vieron demostrado que no sólo era necesario, sino posible, arrancar el poder político a la burguesía y construir una nueva sociedad.
Trotsky fue uno de sus inspiradores y más abnegados defensores del nuevo Estado Obrero. Cuando la contrarrevolución imperialista amenazó ésta, que era la mayor conquista del proletariado mundial, enviando más de 21 ejércitos a invadir la Rusia soviética fue León Trotsky quien, de las cenizas del antiguo ejército zarista, construyó un poderoso y disciplinado ejército de obreros y campesinos: el Ejército Rojo.
El Ejército Rojo venció en la guerra civil, pero el país pagó un alto costo. La destrucción ocasionada y la muerte de los principales activistas obreros y cuadros del Partido Bolchevique se sumó al atraso económico y cultural que Rusia había heredado del zarismo. En estas condiciones, al ser derrotada la revolución en el resto de los países europeos, la revolución rusa quedó aislada.
El surgimiento de la burocracia stalinista
Todos estos factores, en especial la no expansión de la revolución, posibilitó tras la muerte de Lenin en 1924 el surgimiento de una poderosa casta privilegiada y burocrática dentro del Partido Bolchevique y el Estado Soviético. El líder de este sector fue Josif Stalin.
Trotsky encabezó una dura pelea contra la burocratización del partido y el Estado Obrero, cuya camarilla comenzó a subordinar los intereses de la revolución rusa y mundial a la manutención de sus privilegios. Es así que Trotsky, desde la Oposición de Izquierda, luchó contra la teoría del “socialismo en un solo país” que proponía abandonar la lucha por la revolución mundial. Trotsky combatió todas y cada una de las capitulaciones del stalinismo en todos los terrenos: programático, político, teórico y moral. En 1927, por esta oposición frontal, es expulsado del partido y, en 1929, lo expulsan de la Unión Soviética.
Desde el exilio siguió su lucha por mantener el hilo conductor del marxismo-leninismo en momentos donde la contrarrevolución y la crisis económica mundial causaban estragos en el movimiento obrero mundial. En 1933, Hitler y el nazi-fascismo llegan al poder en Alemania, derrotando –y luego aplastando físicamente-, al proletariado más organizado del mundo sin que éste haya dado la más mínima pelea, gracias a la nefasta política del stalinismo. Ante esto hecho, Trotsky declara la muerte de la Internacional Comunista, la tercera, como una organización revolucionaria y llama a construir un nuevo Partido Mundial de la Revolución: la Cuarta Internacional.
El mejor homenaje a Trotsky: la lucha por reconstruir la Cuarta Internacional
El fundar la Cuarta Internacional fue, en palabras del propio Trotsky, la principal obra de su vida. La Cuarta fue fundada para luchar por resolver el principal problema de la humanidad, en la actualidad: la crisis de su dirección revolucionaria.
La crisis de la humanidad se expresa en el hambre, el desempleo, la miseria, las guerras y la destrucción del medio ambiente, en una época donde el desarrollo de la ciencia y la tecnología tienen las bases para resolver todos estos problemas. Por eso la crisis de la humanidad se reduce a la crisis de su dirección. De una dirección política que dirija una revolución que frene el proceso de destrucción del planeta y de la humanidad, acabando con la desigualdad y la opresión.
La burocracia stalinista convirtió a los Partidos Comunistas de todos los países, en instrumentos para negociar con los gobiernos burgueses. Los colocó al servicio de la mantener el orden capitalista internacional con la llamada “coexistencia pacífica con el imperialismo” y con la política de los “frentes populares” una alianza estratégica para gobernar con sectores burgueses “democráticos” y “progresistas”.
Stalin precisaba apagar toda llama de la revolución que amenazase sus mezquinos intereses. Ésa llama era León Trotsky y la Cuarta Internacional. La persecución del stalinismo contra Trotsky culminó con su asesinato en 1940 en México, decapitando la embrionaria Cuarta Internacional.
Pero Stalin no consiguió su objetivo, no consiguió cortar el hilo conductor del marxismo revolucionario. El programa histórico de la Cuarta mantiene hasta hoy una extraordinaria vigencia. No es suficiente que las masas se insurreccionen y derroquen gobiernos, como en Argentina, Bolivia y Ecuador. Necesitamos un partido revolucionario que conduzca a los trabajadores a la toma del poder, a la instauración de un régimen democrático para los trabajadores y de dictadura contra los ricos, para evitar que éstos vuelvan a tomar el poder.
Ese partido tiene que ser internacional porque la barbarie del imperialismo es mundial. Reivindicamos la iniciativa de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT-CI) de acercar y unir a los revolucionarios para reconstruir la Cuarta Internacional. El Partido de los Trabajadores (PT) nació y orgulloso se reivindica trotskista. Hoy sostenemos que, el mejor homenaje a Trotsky en esta fecha, es ratificar nuestros mayores esfuerzos militantes en reconstruir la Cuarta Internacional.
Comité Ejecutivo del PT
Asunción, 20 de agosto de 2008
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