Definiciones sobre la alergia sindical
Buenos Aires, ag. 5 (ANSud.com) - El ex empleado de Wal-Mart que más dolor de cabeza le causó a la empresa, Gustavo Córdoba, expresó que “los cambios son notorios” en materia sindical dentro de la tienda sita en la calle Güemes, en Avellaneda. Sin embargo, alegó que “los grandes responsables son los propios trabajadores”, y recordó que “cuando se le hizo el primer reclamo en el Ministerio de Trabajo, echaron a toda la familia del delegado” que encabezaba la iniciativa, Leonardo Camil. “Quienes hemos tenido acceso a los detalles que rodearon esos despidos tenemos bien claro que la empresa mintió”, sentenció.
Entre las góndolas, todavía recuerdan la jornada en que los trabajadores vinculados a las primeras protestas, fueron encerrados bajo llave en un cuartito el 20 de julio de 2006. Allí, las autoridades de la firma los atosigaban para que rubricasen un escrito en el que admitían que le habían robado a Wal-Mart. A los pocos minutos, el director de la empresa, Mariano Pochat, echó a rodar la versión de que habían hecho “una investigación” y se habían comprobado los faltantes que les adjudicaban a sus empleados sin más pruebas que el mitin a puertas cerradas.
Por aquellas horas, un agente de seguridad que trabaja en el hipermercado hablaba de 60 telegramas de despidos. “Entonces, todos hablábamos de las 60 cartas de despidos y no del flagrante delito de calumnias e injurias de los que estaban siendo víctimas esos trabajadores”, le dijo Córdoba a ANSud.com. Y en la misma dirección, alertó que “directa o indirectamente, todos los trabajadores han sufrido la perversa alergia antisindical de los directivos de Wal-Mart”.
A continuación, sus apreciaciones sobre la lucha de los empleados.
P: ¿Cómo era la composición de la representación gremial dentro de la tienda?
R: De los cuatro delegados que había, uno sólo era el que reclamaba. Así que, al mismo tiempo, esos delegados que no acompañaban el reclamo decían que la empresa tenia razón, que el reclamo sobre el presentismo era una locura y se decía lo mismo de la modificación de contratos de quienes reclamaban que, si trabajaban 48 horas semanales, se les modificara el contrato -que hasta entonces era de 36 horas semanales- porque los perjudicaba al momento de cobrar los tikets canasta o frente a cualquier aumento salarial, o indemnizaciones.Por esos días, sólo el 20% tenía contrato de 48 horas semanales, un 52% estaba contratado por 36 horas semanales -aunque hacían 48 horas la mayoría- y un 24% estaba contratado por 32 horas semanales, aunque gran parte era del sector cajas y los fines de semana trabajaban entre 8 y 10 horas. Hoy, los contratados por 48 horas trepan a un 51%, los recibos por 36 horas cayeron al 30% y los trabajadores bajo régimen de 32 horas se desplomaron al 8% del total de la planta.
P: Qué otras cosas cambiaron en los últimos años dentro de la tienda
R: La efectivización de los contratados por Manpower, agencia que provee trabajadores en temporada de mayor demanda, como en la época de las fiestas. Sin embargo, todo el año se cubren vacantes fijas con trabajadores eventuales.
Entre 2007 y en lo que va de 2008, luego de haber sido planteado por los delegados Omar Díaz y Martín Falcón ante el Ministerio de Trabajo y la Cámara de Diputados, más de 100 trabajadores en esa condición fueron efectivizados.
Con sólo ver estas dos conquistas, se entiende perfectamente el papel que ha jugado cada uno. Por un lado, la agresividad de la empresa; y por el otro, el histórico silencio del sindicato, aunque luego sea el que se sienta ante la autoridad de aplicación a firmar los cambios en las condiciones de trabajo.
Muchos trabajadores que ingresaron entre 2007 y 2008 ya tienen su contrato de 48 horas, frente a otros que esperaron más de 10 años para conseguirlo. Ese trabajador nuevo ya tiene otra visión de la empresa y es más difícil que se involucre en nuevas conquistas laborales, como puede ser la participación en las utilidades. Por ejemplo, en 2007 la tienda de Avellaneda facturó 50 millones de dólares, cuando tenía previsto vender 45 millones. Hay 5 millones extras, que los generó el trabajador y es justo que tenga participación en esa ganancia a través de un mejor salario.
La empresa se expande vertiginosamente y abre sucursales en todo el país, pero los trabajadores que llevan 10 o más años en Wal-Mart Avellaneda no han podido acceder ni siquiera a un terreno propio o la vivienda digna. La pregunta es para ellos y sobre todo para los trabajadores nuevos, que sienten que no tienen motivos para unirse, si es que creen que con este nivel salarial van a poder acceder a los bienes necesarios para lograr la plena calidad de vida. Pero nada se consigue si no es través de la participación, exigiendo un sindicato honesto y democrático. Parece utópico pero también lo eran hace dos años las mejoras laborales que han logrado los trabajadores del hipermercado y sus delegados.
P: ¿Será que son muchos años de propaganda cultural contra la organización sindical y la redistribución de la riqueza?
R: Siempre se ha dicho que, cuando la empresa creciera, el derrame de beneficios llegaría para todos. Hoy vemos que ese derrame no llega, y lo poco que gotea son cargos medios con salarios que son insulto para todo el esfuerzo y sacrificio que han puesto esos trabajadores.
Además, están los que conocen mejor que nadie su oficio, su sector y saben cómo tratar a las personas. Son los primeros que se dedican a capacitar nuevos trabajadores. Pero, cuando llega el momento de una oportunidad para crecer, les dicen que no tienen secundario completo. Entonces, para qué sirve el Centro de Capacitación y Desarrollo (CECADE) si no es suficiente para formar un nuevo jefe. La pregunta que nos hacemos todos es cómo hacer para que eso no pase, y la respuesta es organizarse.
P: Cómo se organizan en una empresa reacia a esas prácticas
R: Organizarse no es salir todos los días con un bombo a la calle. Es conocer nuestros derechos. Si nosotros hubiéramos sabido lo que decía el artículo 40 del convenio, no nos hubieran metido la mano en el bolsillo tanto tiempo, y eso que teníamos delegados. Por otra parte, está el gremio, que para cualquier trámite te pide recibo de sueldo, pero jamás le echaron un vistazo para saber si había igualdad salarial -que nunca existió entre muchos trabajadores que hacían la misma tarea-. Pero la responsabilidad mayor es del empleador, que no es decente, que sabe que está cometiendo un acto ilegal y lo sigue haciendo.
Muchas veces nos hacen creer que la organización sindical es sólo para los obreros de fábricas, cuando en el mundo hasta los ingenieros nucleares tienen sindicato. Los “fuera de convenio”, que en realidad están fuera de convenio para los beneficios pero no para las obligaciones, ya están formando su gremio.
P: ¿Las cúpulas sindicales temen a las bases?
R: La paranoia de los dirigentes de CGT pasa por el avance de la CTA y la realidad del trabajador no pasa por un par de siglas. Se trata de ver en qué espacio uno puede desarrollar una estrategia en conjunto.
Una cosa es el sindicalismo que uno puede hacer en Coto, cuyas órdenes empresarias se toman en el barrio porteño de La Paternal, y otra muy distinta pasa en Wal-Mart, donde las decisiones se toman en Bentonville, Estados Unidos (EE.UU.) -que luego repercuten con la misma fuerza y al mismo tiempo en Estados Unidos, China, Reino Unido, México, Brasil y Argentina-. Si uno no elabora estrategias en conjunto con las organizaciones de esos países, los sindicatos están condenados a fracasar en su intento de sindicalizar a los trabajadores. Pasó aquí, en la sucursal de Constituyentes, hasta que Falcón y Díaz denunciaron la situación al diario Página 12. Recién allí el gremio de Armando Cavalieri convocó a elecciones.
P: ¿Cómo es la situación de esos dos delegados, cuya continuidad no agrada al titular del SECLA, Pedro Machado?
R: Ya vemos lo difícil que es en Avellaneda para los delegados que responden a los trabajadores y cómo la empresa apela a recursos indirectos para extirparlos de cualquier forma. Vemos cómo las cámaras de seguridad que han captado todo, se vuelven ciegas frente a la agresión a Díaz. De haber sido al revés, es decir si el compañero Díaz fuera el agresor y no el agredido la empresa no hubiera ignorado el hecho, no sería cómplice del encubrimiento, hubiera pedido el desafuero a la Justicia y lo habría despedido con justa causa.
Es claro que Wal-Mart no quiso proceder de acuerdo a las leyes ni siquiera a su reglamento interno, que suele aplicarle a los trabajadores por consumir un paquete de galletitas. Hasta le pidieron a los testigos que redacten por escrito su descargo de lo que vieron.
P: Hay quienes creen que Díaz y Falcón exageran en sus reclamos contra Wal-Mart. ¿Cuál es tu opinión?
R: Justificar la falta de acción gremial en Wal-Mart por el hecho de los supermercados chinos exploten más a sus trabajadores no le quita el derecho al trabajador de la empresa norteamericana de reclamar sus comisiones como vendedor de electrodomésticos. Pensar que uno debe organizarse y reaccionar frente a Wal-Mart porque es parte del imperio americano es una burrada burócrata. Si vamos al caso, Wegmans es un supermercado estadounidense y es un ejemplo de empresa, incluso en los últimos años ha estado entre las tres mejores empresas de ese país. Creer eso sería caer en un patriotismo ridículo que al trabajador no le interesa. Pero se dice lo contrario para desacreditar a los delegados de Wal-Mart Avellaneda. Sobre todo, cuando son las organizaciones de EE.UU. las que principalmente brindan su apoyo a los trabajadores de Wal-Mart en Argentina.Intelectuales de importantes universidades norteamericanas siempre nos escriben. Jamás hemos dicho que hay que combatir al imperio. Eso de poner a los delegados Omar Díaz y Martín Falcón como unos “loquitos troskistas”, tal como llaman los burócratas sindicales a las bases que no son funcionales a la orgánica sindical y sus intereses -que no contemplan la voluntad de sus representados-, prueba el total desconocimiento del compromiso de estos compañeros con su tarea gremial.
CUERPO DE DELEGADOS DE WAL-MART AVELLANEDA
6 ago 2008
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