CARTA ABIERTA A LOS “PROFESORES”
En un medio local (Varela al día – 13/08/08 – pág. 6) esta semana se expresaron los que hasta ahora no mostraban su voz con respecto al cambio de nombre de la Escuela de Educación Técnica Nº 2.
Aunque callados hasta el momento, era obvio que existían ya que es imposible que un nombre como el de “Tte. Gral. Don Pedro Eugenio Aramburu”, un dictador , permanezca casi 30 años (25 de Democracia) en una institución educativa sin que un sector esté contento y de acuerdo, sosteniéndolo o al menos resultándole indiferente.
De todas maneras, este grupo se manifiesta anónimo. ¿ Cuál o cuáles de los 6000 docentes del distrito es uno de los “profesores de Florencio Varela”, como firman ensuciando nuestra profesión?
Si les resulta “conflictivo” la posibilidad de que algún día la escuela llegara a llamarse “Rodolfo Walsh” pero no les importó soportar 29 ciclos lectivos contínuos llevando una Escuela el nombre de un dictador, censor, fusilador, anulador de todas las garantías individuales, derogador de cientos de derechos sociales conseguidos por el pueblo y los trabajadores, ¿por qué no pueden firmarlo?
Seguramente, no es el miedo. Los que piensan como ellos son los que siempre han atacado en las sombras, desaparecido y torturado a los que no piensan igual.
Hoy, a sus crímenes la sociedad argentina los condena con juicios orales, con tribunales constituidos, fiscales y defensores, un proceso judicial garantizado por el Estado de Derecho.
Será entonces una mezcla de vergüenza e impunidad, más una completa tendencia de estos grupos al anonimato.
Acusan a la CTA, entre otros, de querer “imponer” el nombre del compañero escritor Rodolfo Walsh pero en ningún momento se quejaron de la imposición del nombre actual allá por el año 1981 en un acto con fuerte presencia policial y militar que incluía francotiradores en los techos de la escuela y aledaños.
Sería de muchísima utilidad para el conocimiento de nuestros alumnos en las escuelas recordarles a estos profesores que el “conflictivo” nombre de Rodolfo Walsh no se conoce sólo por su literatura militante y comprometida con los derechos políticos y sociales en la argentina a través de sus dos obras magistrales, “Carta abierta a la Junta Militar” y “Operación Masacre”, obra que no sólo denuncia el fusilamiento de trabajadores peronistas sino que inaugura dentro de la literatura universal la narrativa del non fiction, como se la denomina en los claustros universitarios internacionales y falsamente atribuída a Truman Capote y su obra “A sangre fría”.
Nuestro escritor y militante, de nombre “conflictivo”, junto a Horacio Quiroga marca la línea directriz de la literatura policial argentina como precursora en el resto de la literatura latinoamericana de los últimos treinta años, que tendrá como continuadores a Julio Cortázar, Juan José Saer, Ricardo Piglia en distintas vertientes y escuelas literarias nacionales.
Más allá de cuestiones académicas, lo que aquí se confronta claramente son dos campos ideológicos.
El de los que firmamos con nombre y apellido cada uno de nuestros actos aunque en ello se nos vaya la vida y el de los que actúan desde las sombras y el anonimato como en los años de plomo, cuando impunemente arrasaron con la vida, con la democracia y con el futuro de los argentinos.
Nombrar Rodolfo Walsh a nuestra escuela no es sólo un reconocimiento, es un pequeño acto de justicia, saldando una deuda que minoritarias y anónimas expresiones nunca van a reconocer en su haber. Negar esta realidad será como asesinar a Walsh dos veces.
JUAN VITTA IGNACIO CONCETTI
Secretario General Secretario Administrativo
CTA Florencio Varela
17 ago 2008
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